Capitulo I

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(Sharon caminó de un lugar a otro con el celular en el oído. Ámbar estaba en la cama medio dormida, el terrible dolor de cabeza se había calmado, pero seguía un poco mareda)

Sharon: Sí, cariño, estamos esperando los resultados.

Luna: ¿Ambar sigue dormida?

(Sharon mira hacia Ámbar y la ve con los ojos cerrados)

Sharon: Sí, sigue dormida, la dieron un tranquilizante que la hizo dormir ...

Luna: En cuanto vuelva vendré a visitarla.

Sharon: De acuerdo.

Luna: Señora Benson.

Sharon: Dime Luna.

Luna: Mantengame informada, por favor.

Sharon: Lo haré. Que tengan buen viaje, y saludá a tus papás de mi parte.

Luna: Adiós.

(Cuelga Sharon y justo en este momento entra el doctor con los resultados de los exámenes)

Sharon: Doctor ¿cómo se encuentra?

Doctor: Es justo lo que me temía, señora Benson.

Sharon: ¿Qué quiere decir?

Doctor: La señorita sufre una malformación arterial venosa cerebral, por ahora ha tenido mucha suerte.

Sharon: No...no comprendo ¿qué quiere decir con eso?

(Ámbar trató de abrir los ojos, pero no podía, se sentía cansada, sólo podía escuchar dos personas hablar a su lado)

Doctor: Es una enfermedad muy peligrosa que afecta el cerebro, puede tener alucinaciones, fuertes dolores de cabeza, mareos, escuchar voces, a veces puede sufrir una hemorragia cerebral y si llegamos a este punto, siento que no vamos a poder hacer nada.

(Sharon miró en dirección a Ámbar con lágrimas acumulándose en sus ojos, después mira al doctor)

Sharon: ¿Y qué podemos hacer?

Doctor: Como ya le dije, hay que interferir en una cirugía mañana a primera hora para ver si podemos hacer algo.

Sharon: ¿Y qué posibilidades hay de que se cure?

Doctor: Lamentablemente no es seguro, sólo podemos esperar un milagro...

(Sharon se lleva las manos a la boca para reprimer el llanto y las lágrimas bajan por sus mejillas)

Doctor: Lo lamento mucho, señora Benson.

(Se va el doctor y Sharon se acerca a la cama y toma a Ámbar de la mano)

Sharon: Dios mío cariño...eso no te puede estar pasando, aún SOS muy joven para eso, sos muy niña. No soportaría que te pase algo malo, mi amor...yo moriría con vos.

(El sudor emana el cuerpo de Ámbar cuando ésa consigue abrir los ojos, aún se siente un poco mareada. Mira de un lugar a otro y nota que está sola)

Ámbar: ¿Madrina?—llama con voz asustada mientras se quita el suero y los cables que tiene en la cara. Todo da vueltas a su alrededor —Madrina ¿donde estás? —se baja de la cama, descalza y camina hacia la puerta chocándose. Camina de la habitación apoyándose a la pared.

Ámbar: Debo... Debo salir de aquí. —llora mientras camina descalza hacia las escaleras del hospital, las baja sujatandose a la barra hasta la planta baja—. No...no quiero morir. Sale del hospital y camina por la calle a media noche, sin saber hacia dónde dirigirse, está asustada y lo único que desea es alejarse de todo y de todos.

Camina sola por la calle, con las lágrimas y el sudor emanado sus rostro hasta que se detiene en un alto puente. El viento azota su pelo rubio.

Se acerca al borde del puente y mira hacia abajo, la altura era extremadamente alta. Ámbar empieza a subir poniendo primero un pie sobre el bordo, temblando a causa del frío de la noche, estaba helada, muy helada. Pone el otro pie. Respira hondo antes de pensar en saltar. Cuando está a punto de hacerlo, alguien la toma por la cintura alejándola dem lugar. Ambos caer al suelo, sentándose.

Ámbar se echa a llorar en voz alta, dejando salir todo el dolor que lleva por dentro mientras el chico la abraza fuerte.

Simón: Tranquila, ya todo pasó.

Ámbar: Quiero morir, no me debiste salvar.—llora con la cabeza sobre el pecho de Simón.

Simón: Tranquila, tranquilizate...todo va a salir bien, tranquila. (Ámbar levanta el rostro para mirarlo a la cara. Simón pasa los dedos por sus ojos azules para secarla las lágrimas)

Ámbar: ¿Eres real? (Simón sonríe)

Simón: Creo que sí...puesto que te estoy tocando.

Ámbar: Es que ya no sé que es real ni que es sólo una imaginación. —dice bajando la cabeza con voz débil, sintiendo que se le congela todo el cuerpo.

Simón: Debo sacarte de aquí, estás helada.

Ámbar: No...no me lleves al hospital, por favor, no quiero que me operen, de todos modos voy a morir.

Simón: No digas esas cosas. (Ámbar tosió)

Ámbar: Es que es la verdad.

Ámbar: Los doctores dicen que sólo un milagro me puede salvar. (Simón la toma por las mijillas y hace que Ámbar levante la mirada)

Simón: Escuchame.. Si te quieres curar debes pensar positivo, si no te arriesgas nunca sabrás si puedes pasar esa prueba o no.

Ámbar: ¿Estás seguro de que no eres un ángel caído del cielo? (Simón vuelve a sonreír) Simón: No... (Los ojos de Ámbar empiezan a cerrarse)

Ámbar: Pare...ces un...un

Simón: Oye..no, no cierres los ojos, por favor, no los cierres, por favor.

Ámbar: Tengo mucho sueño...

Simón: No no..aguanta, no te duermas. (Simón mira la pulcera que lleva Ámbar, es la pulcera que la han puesto en el hospital, pone el nombre de ella y el nombre del hospital. De pronto, Ámbar deja caer la cabeza sobre su pecho)

Simón: Señorita...oye, oye.—intenta despertarla Simón, pero Ámbar no se despierta. Simón se levanta y la toma en brazos—. Aguanta, un poco, prometo que te vas a curar, te lo prometo.

(Simón corre con Ámbar en brazos, asustado por que la pasara algo grave o que estuviera muerta. Simón llega al hospital bañado de sudor por tanto correr. Sharon y los demás doctores estaban buscando a Ámbar por el hospital)

Sharon: Ámbar, Ámbar... Cariño... —dice Sharon corriendo hacia el encuentro de Simón. Simón: Ayuda...ayuda, por favor.

Doctor: Traigan una camilla y preparen todo para una cirugía ya mismo.—dice el doctor a las enfermeras. (Dos hombres parecen con la camilla, Simón deja a Ámbar encima y se la llevan corriendo. Simón y Sharon intenta ir tras la camilla pero una mujer les impide entrar) Enfermera: Lo siento, no pueden pasar.

Sharon: Debo pasar, debo ir a verla... Simón: Señora, calmese, por favor. ....

-En la sala de operaciones: una hora-

Enfermera: Las pulsaciones son cada vez más débiles.

Ayudante: La estamos perdiendo.

Doctor: Creo que ya nada se puede hacer, hemos intervenido muy tarde...

-En la sala de espera-

Simón: No es posible que no hayan salido a decirnos algo.

Sharon: Dios mío, por favor, ayuda a mi ahijada, por favor.. (Simón, incapaz de aguantar un segunda más, camina hacia la sala de operaciones y abre la puerta)

Ayudante: Señor, no puede pasar.

Simón: Quiero saber lo que pasa...

Amo esta novella con todas mis fuerzas...😍
Mi hermana es una genia, al escribrirla 🙈❤️
Espero que les guste! 🙏🏻 No olviden votar y comentar! ❤️

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