La Razón Por la que Soraru No Respondió Somasomasomasomasomasoma

309 30 53
                                    

El único ruido audible en aquella habitación, pobremente bañada en los rayos de sol, era el lápiz paseándose sobre el papel. Mafumafu se había despertado envuelto por las danzantes notas que bailaban es su mente, la necesidad de escribirlas impresa en sus manos.

Estiró su cuerpo para abrir el cajón de la mesilla y el dolor punzante que atravesó su espalda le hizo detenerse un momento, sólo para mirar atrás y lanzar una furibunda mirada mezclada con un tierno puchero al responsable, pero el culpable dormía placenteramente a su lado, quien, al igual que él, cubría su desnudez bajo la sábana.

Rindiéndose, porque su mirada no iba a molestar y mucho menos despertar a Soraru, continuó con su labor de buscar donde manifestar aquellas notas que se repetían impacientemente en su cabeza. Cuando finalmente halló uno de sus cuadernos no perdió ni un instante y comenzó a componer, ya después arreglaría las notas disonantes en el estudio. Sin embargo su móvil comenzó a vibrar, al principio lo ignoró pero las tres consecutivas vibraciones que siguieron a la primera despertaron su curiosidad. Eran notificaciones de twitter.

"Somasomasomasomasomasoma!"

Al parecer Urata había retuiteado el nuevo vídeo que había publicado junto con Soraru acompañado de palabras sin sentido, pero a todos les pareció divertido comenzar a twittear lo mismo y a Mafumafu le pareció entretenido, disfrutaba hablar con ellos y seguir sus tonterías como ellos hacían con él, era una sensación cálida y agradable, una que jamás pensó sentir, sin embargo gracias a él ahora era capaz de reír libremente.

Mafumafu aparcó a aquella canción a un lado y comenzó a responder a sus compañeros, con pequeñas y diminutas risas.

"Somasomasomasomasomasoma!"

Le sorprendió ver que hasta Lon había entrado en el juego, aunque ella fue la primera al preguntar por Soraru cuando vio que no respondía a pesar de que muchos lo etiquetaban.

— Oh...

Por impulso comenzó a escribir un twitt respondiendo a las dudas de Lon, sin embargo antes de enviarlo lo leyó. ¿No era demasiado extraño poner algo así? Todos se darían cuenta y le era conocedor las sospechas que algunos de ellos tenían, aquello bastaría para acercarlos más a la verdad.

Borró el twitt enseguida mientras sus mejillas ardían en un vibrante color rojo y se giró para mirar a su acompañante, quien continuaba durmiendo.

— Soraru-san. — Exclamó agitando el cuerpo del peliazul, pero tan sólo recibió un vago gruñido como respuesta. — ¡¡SORARU-SAN FUEGO!!

Soraru se levantó en un instante, su pelo revuelto en una maraña, su mirada perdida por el sueño pero gritando preocupación y sus manos, palma con palma, sobre su cabeza. Sin embargo su rostro cambió cuando se dio cuenta que se trataba de una broma de mal gusto y las risas de su amante solo lo confirmaban.

— ¡Tu cara Soraru-san! Hahahahahaha ¡Tu cara! Hahahahaha, estabas... hahahahahaha... he lo... hahahaaha... -ado sor... hahahahaha -erte hahahaaha... — Continuó riéndose mientras limpiaba algunas lágrimas de diversión que paseaban por su pálida piel.

Soraru frunció el ceño molesto y se abalanzó sobre Mafumafu, acallando las risas. Mafumafu tragó saliva al encontrarse bajo la jaula humana de su novio.

— Ya no juego contigo a Mario y pensaba llevarte a un restaurante de gatos, uno nuevo que han abierto aquí, pero ya no.

Los ojos de Mafumafu se abrieron como platos, brillando con pena y súplica y sus labios formaban un puchero. Juntó sus manos repentinamente, dejando que el sonido que provocó el choque de sus palmas llenara la habitación por un segundo y apretó los ojos fuertemente.

— ¡Lo siento mucho!

Quería ir al restaurante.

Abrió un ojo para ver el inexpresivo rostro de Soraru sobre él.

— Pero todos preguntaban por ti y... y... Lon... ¡Pero te lo mereces! Ayer dijiste que iba a ser sólo una vez ¡y perdí la cuenta a la tercera!

— ¿Quieres empezar una cuenta nueva?

— ¡Soraru hentai!

— Baka. — El tono que empleó hubiera hecho gritar a muchas chicas, sin importar que estuviera diciendo, aquel tono debería ser un placentero castigo, pero aquella pequeña sonrisa que lo acompañaba era todavía peor, ¿Existiría alguien capaz de resistirse?

— No uses tus encantos de ikemen conmigo. — Protestó el peliblanco con un rubor imposible de camuflar, además su corazón latía demasiado fuerte, siempre había sido así desde que había conocido a Soraru, pensó que aquel latir menguaría con el tiempo, y estuvo cien por cien seguro que ya no lo sentiría después de haber terminado juntos, no obstante aquel latir sólo se hizo más intenso que la primera vez.

Soraru únicamente sonrió y se inclinó a besar las manos de Mafumafu que continuaban en la misma posición. La pálida piel del peliblanco ahora ardía en colores por el gesto inesperado de su amante, quien no parecía estar de acuerdo con darle un descanso cuando atacó su frente con un dulce beso y finalizó en sus labios.

El móvil vibró otra vez.

Soraru desbloqueó el móvil de Mafumafu.

— Ahora preguntan por ti.

Mafumafu estiró el brazo para alcanzar el teléfono pero Soraru lo apagó y lo lanzó a alguna parte de la cama.

— Vale, vamos al restaurante de los gatos.

— ¡Yaaaay!

— Pero sólo un rato, sabes cómo te afecta la alergia.

— ¡Hai!

Soraru atacó nuevamente los labios de Mafumafu para recogerlos en un tierno abrigo. Un ritmo lento en el que profesaba el amor y la protección que quería darle a Mafumafu, no quería verlo llorar jamás y aunque no lo pareciera, siempre disfrutaba de aquella chillona y excéntrica risa de su novio.

La lengua pidió permiso y Mafumafu respondió en acuerdo. Más aquella pasión se esfumó por las sonrisas que interrumpían constantemente los besos.

— Puedes dormir diez minutos más, Soraru-san.

Soraru sonrió agradecido y se dejó caer sobre el delgado cuerpo del peliblanco.

— ¿Huh? ¿Soraru-san?

— ...

— ¡Soraru-san no encima de mí! ¡Pesaaaas!

Un falso ronquido fue la respuesta del peliazul.

— ¡Sé que estás despierto! — Protestó Mafumafu bajo el cuerpo de la persona que más quería, mientras pataleaba. — ¡Soraru-saaaaaaan!

La suave y grave risa invadió los oídos de Mafumafu.

— ¡Ves, estás des-! — Sus palabras murieron al escuchar el débil susurro que Soraru tatuó en su oído, provocando otro intenso rubor sobre sus mejillas.

No le quedó más remedio que rendirse cuando vio que Soraru no pensaba moverse ni el más mínimo centímetro, y además la voz de Soraru todavía permanecía en su oído y sus palabras continuaban revoloteando en su mente. Bueno, diez minutos no era tanto.

Con una empalagosa sonrisa desvió su mirada hacía su cuaderno abandonado sobre la mesilla. Aquella canción que danzaba en su mente había desaparecido, no quedaba rastro del ritmo, ni siquiera podía recordarlo. Pero daba igual... porque ahora, en su lugar, nuevas notas festejaban en una melodía feliz.

________--

Soooo... Hade-chan quería que lo resubiera y sus deseos son mis órdenes~~ Bueno, lo escribí por ella así que es lógico que lo resuba xDD

Pues nah mah, que adoro a estos dos y lo seguiré haciendo hasta el final de los tiempos <3

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 01, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Razón Por la que Soraru No Respondió SomasomasomasomasomasomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora