Enamorado De La Muerte ✓ →[Steve Rogers]

𝒞𝒾𝓃𝒸ℴ

-¿Raven? -Preguntó con nerviosismo ante el contacto frío (casi helado) de la mano de la muerte sobre su mejilla, pero la morena lo seguía viendo fijamente pero después de unos segundos bajo su mirada hacia la comisura de sus labios lo cual noto Steve y lo hizo ponerse mas nervioso aún, pero todo paso cuando ella con su pulgar limpió una pequeña mancha de café que llevaba observando desde hace tiempo.

-Listo. -Dijo la morena al separarse de él. -Tenías una mancha de tu bebida. -Explicó.

Steve llevo su mano libre hasta donde había tocado la chica y parpadeo confundido varias veces, sus mejillas no tardaron en sonrojarse al ver lo que este había pensado con la cercanía de la morena.

-Vamos, te prepararé él desayuno. -Sin decir más Steve prácticamente corrió hacia la cocina dejando a la chica plantada ahí.

-Eso fue... Extraño. -Murmuró para sí y después con tranquilidad se fue tras él.

Steve estaba entretenido cortando fruta y ocupando la licuadora para hacer un licuado de chocolate, estaba tan entretenido tratando de distraerse que no noto que la muerte había llegado a la cocina y se había recardo en la pared observando fijamente lo que hacía, los ojos color marrón iban de un lado a otro, detallando cada aspecto y movimiento que hacia él hombre.

"Impresionante"

La muerte podía escuchar los latidos del corazón del súper soldado latir, hace unos minutos su corazón estaba completamente acelerado, pero ahora estaba bastante más calmado.

Con algo de curiosidad llevó su mano a su cuello, y lo sintió, él palpitar constante que le indicaba que tenía un corazón.

Pero no lo entendía, eso jamás había ocurrido en su existencia, solo era cuando él estaba ahí.

"¿Qué me has hecho súper Soldado?"

-¡Por amor de Dios! -La muerte fue sacada de sus pensamientos gracias al grito del rubio, él cual se veía considerablemente alterado al verla.

-¿Ocurre algo, Steve?

-¡¿A que hora llegaste?! -Exclamó aún jadeante. -No te escuche llegar.

-Vine tras de ti. -Respondió con calma, para luego olfatear a su alrededor. -¿No sientes un olor extraño?

-¡Los hot cakes! -Volvió a gritar mientras corría a la estufa.

-Creo que eres un poco escandaloso....

-¿Tu crees? -Preguntó claramente ofendido y molesto mientras tiraba los hoy cakes calcinados a la basura. -En todo caso es tu culpa.

-¿Mía?

-Sí, tuya, desde que apareciste todo mi mundo termino de cabeza.

Raven parpadeó en repetidas ocasiones para luego ladear la cabeza y observar con curiosidad al rubio.

-Desde mi punto de vista. -Hablo con voz pausada. -Nada parece estar al revés, al menos tú no estás de cabeza.