- ¿Nuestra ayuda?

- De caridad – dijo ______, y las 3 chicas intercambiaron una mirada entre ellas. – No se asusten. Solo que necesito que manden muchos mensajes de texto. Claro, si quieren el numero – las 4 chicas en el baño para damas guardaron silencio, intentando adivinar sin éxito alguno los pensamientos de las otras. _______ Sonrio. Dulce, dulce venganza.

...

El chico más famoso de todo el instituto Dreams, se encontraba en medio de su clase de solfeo. El profesor Nicholas estaba al frente, con el gis en su mano, hablando sobre algunas cosas que Bieber ya sabía, mientras que el estudiante estaba disperso, pero callado. Aquel profesor era el mas estricto de toda la academia y si había el mas minimo ruido, inmediatamente quería sansionar con reportes y sanciones mandadas a firmar a casa. Justin no quería problemas. Pero entonces, el destino, oh bendito e inoportuno, hizo algo con lo que Justin perdería fácilmente los estribos. Su celular comenzó a vibrar, sonando la melodía de un mensaje de texto. Dos segundos después otro, y una milésima de segundo otro. ¿Qué mierda estaba estaba sucediendo?

- ¡Bieber! – gritó el profesor Nicholas mirando a todos. Justin sacó su celular del bolsillo de su pantalón negro. - ¡No llamadas ni mensajes de texto en clase! ¡Ultima advertencia! – dijo para volver a girar hacia el pizarrón para anotar algunas notas. Intrigado, Justin miró la pantalla de su celular: 3 mensajes, de 3 numeros no identificados. ¿Era una broma? Quizas, si lo era.

Abrió uno de los mensajes, y casí vomitaba por lo que este decía: "Justin, eh querido decirte esto desde preescolar; estoy enamorada de ti, ¿Me darias una oportunidad?~ Marianne B." ¿Marianne? Se preguntó el. ¿Quien es Marianne? Abrió los otros 2 mensajes, y eran prácticamente similares. Uno de ellos era de una chica llamada Sandra, que decía que le gustaría conocerlo, y otro simplemente decía "Llamame, te gustará, XoXo" y era de anónimo. ¿Le estaban jugando una broma?

Tratando de ignorar aquellos extraños textos, guardó su celular de nueva cuenta en su bolsillo, e intento poner atención a la clase. Y si estaba funcionando, hasta que el ringtone de su teléfono empezó a sonar escandalosamente. Alterado, sacó su celular – otra vez, si, otra vez – era la llamada de un numero desconocido. Aunque rechazó la llamada en cuestión de segundos, no fue lo suficientemente veloz como para que el profesor Nicholas no se percatara de la desobedencia de su alumno.

- ¡Bieber! ¡¿Que le acabo de decir?!

- ¡No se quien me llama Profesor Nicholas! – Dijo Justin mientras se levantaba de la silla. – Son muchos números, no conozco ninguno – masculló entre dientes, y su quijada casi se le caía al ver otros 5 mensajes de gente desconocida. El teléfono volvió a sonar dos veces, una vez con el sonido de su canción de timbre, y otras 2 veces por el sonido de un mensaje nuevo.

- ¡Bieber!

- ¡Lo siento! – exclamó arrepentido y apurado.

- ¡Apague el celular!

- ¡No puedo! – dijo Justin.

Si, sí podía apagarlo, pero tenía la necesidad de tenerlo prendido. La verdad era que esperaba impaciente al llamado de aquella mujer que lo traía loco desde hacía ya varios años. ¿Apagar el teléfono, y arriesgarse a que en ese instante la deseada por Bieber le decidiera contestar, y entrara en buzon? No, eso era simplemente inaceptable. Antes de eso, prefería ser castigado con sanción por Nicholas. Y de hecho, eso sucedió. El teléfono no dejó de sonar, y el Profesor de solfeo lo envió a detención. Irritado, Justin tomó el reporte y salió del salón con una muy mala cara.

Mientras tanto, el teléfono de Justin sonaba incesantemente. En menos de 10 minutos ya había recibido mas de 40 mensajes, tenía mas de 30 llamadas perdidas de personas desconocidas, y 20 buzones de voz. ¡¿Como es que de repente su teléfono se había convertido en una línea publica?¡ Eso realmente le había amargado el día.

- ¡Deja de sonar! – le gritó al teléfono. - ¡Me tienes arto! – estrujó el teléfono en sus manos por el coraje. Por supuesto, este no dejaba de sonar. Descargó toda su ira a gritos contra el pobre aparato electrónico, hasta que calló en la cuenta de donde se encontraba: Justo frente del salón de piano. Y, para peor suerte suya, una gran ventana daba vista del exterior hacia el interior, y viceversa, por lo que todos los 20 estudiantes que se encontraban en esa clase con sus audífonos puestos, levantaron la mirada para ver como Justin Bieber, si, el mismo Justin Bieber, le hablaba a un teléfono. ¿Estaba loco? Muchos pensaron eso. Justin levantó la mirada, y miró hacia el ventanal. Todos, absolutamente todos los ojos de los alumnos estaban pendientes de el, viéndolo con cara de ¿Por que le habla a un teléfono? Hasta la maestra, la Srita. Jókebed, lo miró frunciendo la frente. Justin estaba viviendo entonces, el momento mas bochornoso de su vida. Y entonces, al fondo del salón, se percató de una mirada bastante peculiar: Era ______, que la miraba como si le causara risa. Entonces, todo encajó en su lugar, y lo supo en ese mismo instante: ______ le había dado su numero de celular a todas las chicas de la Academia. De ahí tanta llamada, el hecho de que todas las chicas tuvieran su numero telefónico no era coincidencia.

- Me las pagaras, ________. – susurró Justin con la mirada de "te voy a matar." La chica sonrió victoriosa, mientras que el chico, después de haber vivido uno de los momentos mas vergonzosos de su vida, retomó su camino hacia la oficina.

¿Quien entiende a los hombres? (Justin Bieber y tu)《Terminada》حيث تعيش القصص. اكتشف الآن