—Pero no traje mi cámara —dijo la albina parpadeando confundida.

—¿Tampoco trajiste el celular?

—Ah, claro, qué tonta, ni me acordaba de él —rió Sanja.

La chica buscó en la mochila de Francisco hasta que lo encontró en el fondo de un bolsillo.

Sanja lo tomó con naturalidad, buscó la aplicación de la cámara y comenzó a hacer fotos.

Sólo Zaid, que estaba al pendiente de Gracia, pudo notar que la chica estaba muy absorta mirando cómo la albina hacía capturas de la escena que tenía al frente.

—Hey, Saña, hagamos una selfie, para recordar este momento —Zaid le dijo a su amiga con voz animada.

—Claro —dijo ella, pero en lugar de situarse ante la cámara, se puso detrás de ella para no aparecer en la foto.

—¿Es peligroso? —preguntó Ana con cautela.

—¡Para nada! —respondió Zaid con una sonrisa—, sólo deben sonreír un poco.

—Amor, ven a la foto —la llamó Francisco.

Los demás chicos comenzaron a animarla para que también estuviera con ellos en la imagen.

—No, es que... hay mucha luz —dijo ella como respuesta.

—¿Y eso qué? —preguntó Zaid sin comprender—, ¿no se supone que así salen mejor las fotos?

—No. Bueno, sí, pero no cuando yo salgo en ellas —sonrió apenada.

Todos la miraron sin entender, pero nadie dijo nada.

—Siempre salgo como una mancha blanca en las fotos...y eso no me gusta nada —explicó al fin.

Todos se quedaron callados.

—No importa, Saña... tomaremos mil hasta que salgas bien, incluso si eso implica que nosotros no nos veamos nada —la animó Zaid de nuevo.

La chica rió avergonzada.

—Bueno, lo intentaré.

Todos vitorearon su respuesta y colocó la cámara en una roca para apoyar el celular y así poder utilizar el temporizador.

Una vez que logró acomodarlo bien, presionó en la pantalla el botón para tomar la foto y corrió a situarse junto a su novio.

Cuando calculó el tiempo en que la foto sería tomada automáticamente, Sanja se giró para darle un beso a la mejilla a Francisco e inmediatamente salió el flash.

—¡Eso fue trampa! —gritó Francisco.

—¿Por qué?, ¿qué pasó? —preguntó Zaid, quien no vio lo que hizo Sanja.

La albina estaba riéndose mientras corría de nuevo para ver el resultado de su fotografía.

—Sanja me dio un beso en la mejilla para no salir de frente —se quejó su amigo.

—¡Pero salió bien!  —respondió ella defendiéndose, mientras le tendía a su novio el celular para que viera cómo habían salido.

Francisco cogió el aparato con sus manos y vio que, efectivamente era una escena muy linda, Sanja dándole un beso en la mejilla a él... eso era encantador. En secreto pensó en recortar al resto de los chicos y utilizar esa imagen en Facebook para su foto de perfil. Luego, al mirar a los demás muchachos vio a Ana y a Gracia. Ambas habían salido con los ojos cerrados, debido al flash.

—¡Oh, no! —Exclamó Francisco—, ¡Ana y Gracia cerraron los ojos!

—A ver —dijo Zaid corriendo a donde estaba su amigo.

RETROSPIRAL © (Terminada) ( #PGP2021 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora