Adoración Secreta, libro 2 Bilogía Secretos, Borrador

Capítulo #6 Parte 2, Ella

Había pasado unas malditas semanas lleno de ansiedad, algo me molestaba, no sabía que podía ser y para colmo, no podía sacarme a Tori de la cabeza, desde ese día que la vi en Francia, los recuerdos me llenaron, extrañé cuando éramos novios, jóvenes y despreocupados por los problemas de la vida, extrañé estar a su lado, pero estaba claro en algo, porque toda ella lo gritaba sin decir nada...ella, estaba enamorada y feliz.

Di vueltas en la cama sin lograr conciliar el sueño, prácticamente era la una de la madrugada, cuando un mensaje whatsapp ingresó a mi celular. Nicholas. No era frecuente que mi amigo me escribiera a esas horas. Mi gran amigo mantenía la empresa al día, no tenia quejas de él, trabajábamos juntos desde la distancia, por video conferencias la mayor parte del tiempo.

*Nick, espero te encuentres borracho por escribir a estas horas, imbécil*

Bromee.

*Siento molestarte hermano...estoy preocupado*

Mierda. Me senté en la cama de inmediato.

*¿Qué ocurre?*

*Estoy en el hospital con Sojhar*

Decidí llamarlo.

—¿Qué ocurre con Sojhar?

Un jadeo se escuchó del otro lado de la línea, Nicholas lloraba, no podía creerlo, era la primera vez que lo escuchaba llorar. Esperé paciente y ansioso.

—Le pedí que fuera... mi... esposa —dijo forzadamente. Eso me alegró grandemente, llevaban un año juntos, se amaban de verdad, ellos no podían adorarse más de lo que ya lo hacían.

—¡Oye, esa es una gran noticia... pero entonces, dime Nick, ¿qué ocurrió? acaso ¿Te dijo... que no? —de nuevo, balbuceó, me rasqué el cuello con frustración. No entendía absolutamente nada.

—Theo... ella me dijo que sí, aceptó ser mi esposa y luego...perdió el conocimiento.

—¡Demonios! Nicholas, necesito que te calmes y me expliques de una vez lo que ocurre hermano, te juro que me estás asustando —me levanté de la cama e inicié una caminata de un lado a otro por toda la habitación.

—Lo... siento hermano, estoy muy nervioso y asustado ...ella...la amo con todas las fuerzas de mi corazón...no quiero que le suceda nada malo... —lo interrumpí, sino decía que sucedía no podría ayudarlo.

—¡Nick! Cálmate, ¿sí?

—Ella tenia días sintiéndose agotada, sin poder dormir, hasta tuvo algo de fiebre pero ya sabes cómo es, muy cabeza dura y no fue al médico, le atribuía su malestar al stress y presión en el trabajo, y yo...tampoco le insistí que fuera y ahora ocurrió esto. La traje al hospital, nadie dice nada...llevo una hora acá y te juro que siento que voy a destrozar este lugar si alguien no me da información de mi Tinker Bell.

No pude evitar reír cuando le escuché decir la manera peculiar como comenzó a llamar a su novia desde que descubrió la obsesión que ella tenía con ese personaje animado. Respiré profundo, Nicholas me necesitaba, nunca antes lo había visto tan vulnerable. Troy, en unas horas estaría pisando suelo japonés, por lo tanto yo podría partir a Alemania antes, eran varias horas de vuelo, debía hacerlo a la mayor brevedad posible y de esa manera lo hice.

Dieciséis horas y media más tarde, arribaba al hospital donde se encontraban mis amigos, el cansancio del viaje era lo de menos y trataba de mantener a raya el sueño que me invadía. En recepción me dieron la información requerida y me encaminé apresurado al tercer piso. Allí se encontraba Nick, adormilado, con unas desmedidas ojeras y lágrimas medio secas en su afligido rostro; estaba a punto de anochecer y desde el día anterior no pude comunicarme con él. Me senté en la silla vacía a un lado, no quise despertarlo pero su móvil lo hizo. El dio un respingo y se levantó resoplando por la nariz, no se había percatado de mi presencia.