El último beso y el cobarde

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—Sí, eres la mejor amiga de todas—balbuceó él, rascándose la nuca y metiendo la otra mano en el bolsillo de su suéter muggle.—¿Por qué...?

—¿Y por qué rayos no me dijiste que Mal...?

Harry estampó su boca contra la de su amiga en cuestión de segundos para que no terminara la oración y todos se enteraran de aquella tragedia. Hermione gimió de dolor ante el golpe. Abrió los ojos como platos luego de empujarlo.

—¡Harry!—se quejó Fred y Ginny fruncía las cejas.—¡Es como tu hermana!

Hermione frunció las cejas, tomó de la mano a su amigo y se lo llevó a otro lugar. Estaba tan furiosa que no le importaba dar explicaciones a nadie, ni siquiera a Ginny.

—¿Cómo diantres te enteraste, Hermione?—preguntó totalmente confundido mientras llegaban a los terrenos de Hogwarts y Hermione lo seguía arrastrando con fuerza irreconocible. Se detuvo casi cuando llegaron a casa de su amigo Hagrid, donde nadie podría escucharlos.

—¿Por qué nunca me dijiste, Harry?—preguntó mirándolo fijamente, de brazos cruzados. —¿Por qué no me dijiste que la persona que más me ha ayudado emocional y mentalmente es la misma que está enamorada de mi? Y que aparte, es el que me ha estado mandando regalos y cartas anónimamente y que... me ha confundido por completo. -dijo lo último casi en un susurro.

Harry la miró con ojos desorbitados.

—No puedes estar hablando en serio—le contestó incrédulo. Al no obtener respuesta volvió a hablar—Me imagino que toda esta molestia es solamente porque no te dije, y porque te enoja que alguien tan vil como él esté...

—¡Tú no lo conoces!—lo interrumpió, casi gritándole.

—¿Y tú sí?

Harry entrecerró los ojos y observó a su amiga fijamente. Tenía el uniforme desordenado, la cola de caballo mal hecha, estaba ojerosa y a la luz de la luna se veía más pálida de lo normal. El aire frío de octubre no ayudaba mucho a su aspecto.

—Ni siquiera recuerdas esa noche...

—¡Porque me borró la memoria!

—Aún así...

—¡Tú le dijiste algo y por eso no me ha dicho nada! —reclamó—Harry, no recuerdo esa noche, pero sí que recuerdo todo lo que sentí. A veces sueño con una sombra, alguien borroso que me susurra cosas alentadoras, cosas que no sabía que necesitaba escuchar. Nunca en mi vida me había sentido tan amada y tranquila como en esa noche—confesó.

Harry no sabía qué responderle. Negó con la cabeza un par de veces y luego se revolvió el pelo con nerviosismo.

—Alguien que me trató así no puede ser vil...

—Hermione, —dijo con tono cansado—¡Te molestó toda nuestra infancia!

Ella frunció las cejas.

—Nosotros también le hicimos cosas horribles, Harry.

Harry se alejó unos pasos de su amiga y la miró como si no la reconociera.

—No te dejes engañar. Es Malfoy. Tiene en la sangre ser ruin.

Fue el turno de Hermione de retroceder y mirarlo con aprensión.

Sonrisa tuya, suspiro míoWhere stories live. Discover now