-Sí, no he sabido de ti, en seis meses. Quiera saber, lo que ha pasado en este tiempo.

-Casi nada. Date cuenta, sólo Monserrat, tú y yo salimos vivos de ésa. ¿Qué crees que ha sucedido? ¿Que alguien ha revivido? No, nadie lo hará -replicó, pero al último su voz sonó algo ronca.

-Oye, yo.. lo siento... no era esa mi-

-¡Ya sé que no! -replicó, había empezado a llorar -Sólo que, cada que me encuentro con algún otro Alterado que estuvo con nosotros ese día, me pregunta lo mismo. Es difícil, hablar de ello como si fuese algo normal. Pero no lo es ¡No lo es!

William se quedó quieto, algo incómodo ante el hecho de que Alba llorara. Ambos habían perdido a alguien, sentían el mismo dolor, pero él sabía que nadie, jamás, ni siquiera su hermana se parecería a ella.

-Lo siento, es sólo... Me quedé a lado de muchas personas cuando murieron... mientras salvaban mi vida. Todas ellas me dijeron sus deseos o que les dijera algo a quienes ellos amaron. Es... Duro pasear por las calles, cuando estoy ahí gracias a ellos -dijo en voz baja la joven.

-Las personas hacen eso antes de morir ¿Sabes? Lo único que uno quiere es decir todo lo que siente -le respondió -Debes saberlo.

-Si, ahora que yo tengo una vida por delante y mi hermana no -replicó -Pero supongo que debo darle las gracias.

William la miró por un segundo. Sí, ella había cambiado.

Ahora con Alba como la nueva Cuatro Elementos, las cosas parecían haber vuelto a la normalidad.

Los sismos se detuvieron, los volcanes pararon sus erupciones, los hurcanes disminuyeron su intensidad hasta desaparecer. El clima esta a bajo control nuevamente.

Pero claro está, esa tranquilidad costó muchas vidas humanas, los medios no dejaban de comunicar la gran muertes que hubo alrededor del mundo debido a las catástrofes climáticas que hubo.

Incluso en el presente, había personas que seguían sin encontrar a sus familiares perdidos entre los escombros o perdidos en el mar. Por supuesto que eso no estaba entre sus planes y aunque fue poco el tiempo en que estuvieron las dos con los Cuatro Elementos, fue suficiente para cobrarse muchas vidas.

Alba era consciente de eso. Por eso, ahora, portaba por Cuatro Elementos con algo de orgullo, de valor. Debía de hacer valer esas vidas que se perdieron, debía hacer que sus muertes valieran la pena.

-Las gracias por haberme dado la oportunidad de vivir, cuando ella ya no lo hizo. Y esto era lo que pasaría, aunque no como yo pensaba -se puso un corto mechón detrás de su oreja.

-Nadie esperaba esto. Nadie quería que aquello pasara -le dijo en voz baja -... Quiero saber algo.

-Si yo sé, te lo diré -respondió el muchacho.

-¿Cómo fue que murió?

Aquella pregunta lo tomó con la guardia baja, pero a pesar de ello, trató de responder de la manera más tranquila posible.

-Le hicieron autopsia, no me enteré hasta después. Porque de haberlo sabido, me hubiera negado a algo así. En fin, descubrieron que... -tragó saliva -Ella, ya no tenía su corazón -suspiró y continuó -Los científicos que sobrevivieron, dijeron que fue debido a lo que hizo. El Quinto Elemento, el cuarzo, de alguna manera estaba conectado con ella, por lo tanto al colocarlo en el centro de la energía pura, destruyó su corazón, lo convirtió en polvo, pero no su cuerpo.

Alba asintió lentamente con la cabeza. Miró al suelo y una lágrima cayó en la tierra.

-Mira esto, estoy llorando de nuevo -se las volvió a limpiar con el dorso de la mano -Contigo no se puede, en serio -eso hizo que Will sonriera un poco -¡Ahí está! -lo señaló -El William que conozco.

-Está por ahí, en alguna parte -movió la mano, sin darle importancia.

Alba colocó su mano en el hombro del muchacho. Le sonrió.

-Ella querría que fueras feliz, sin importar que hubiera sucedido -sacó algo de su bolso, una pequeña cajita color café -Toma, lo encontré ese día. Debe ser para ti. Ella lo hubiera querido así.

-¿Que es? -preguntó cuando la tomó.

-Ábrelo. Yo tengo que irme. Nos veremos luego -le dijo.

-Hasta luego -la despidió y ella comenzó a alejarse.

Cuando se quedó solo, abrió la caja. Lo vio y lo que quiso hacer era lanzarlo lejos. Pero no haría algo así.

Era el Quinto Elemento. Ese pequeño cuarzo transparente, reluciente. Tenía atado un cordón, era un collar.

-Para que estés siempre conmigo ¿Verdad? -le dijo a ella -Gracias, Alba -aunque la gemela ya se encontraba lejos para poder escucharlo.

Miró al cielo, se lo puso y una a una, comenzaron a salir las lágrimas.

Cerró los ojos y con tristeza, pudo recordar lo que ella había querido decirle aquel día, cuando le salvó la vida.

Te quiero. Perdóname.

-Tonta, claro que te perdono -le dijo -Pero yo te quiero aún más... Creo, que debo dejarte ir.

El viento sopló fuerte y las nubes comenzaron a moverse. Para su sorpresa, comenzaron a caer los primeros copos de nieve. Sintió felicidad cuando cayeron sobre él, era cómo si ella hubiera mandando esa pequeña nevada para agradecerle.

A partir de ese día, el tiempo de William comenzó a avanzar.

Y los elementos continuaron su curso común, así como los Alterados ahora estaban más tranquilos ya que no había nadie que los capturara o hiciera daño.

El laboratorio estaba destruido, el enemigo acabado.

Lo que seguía ahora, era la aceptación de la humanidad ante su existencia.

-karimodelarosa.

Fin.





































¿O no?

La Chica de los Cuatro Elementos Pt.1Where stories live. Discover now