Día 22 de Enero, un día cualquiera para todas las personas, lo sé, para mi también lo es. Son las 00:00 de la noche y he vuelto a la rutina de siempre, pedir el mismo deseo y verte de nuevo conmigo. Parezco una inútil escribiendo esto, con lágrimas en los ojos encima... A veces le doy vueltas a todo esto, a nosotros, a si estamos cambiando o si vamos a cambiar, a si verdaderamente merece la pena. Estoy cansada de escuchar que no puedo con ello, que esto no saldrá bien porque soy rencorosa, que él cambiará y que conocerá a otra persona mejor que yo, que todo se acaba, y que parece ser que este fue nuestro adiós. No diré que no, tengo miedo, mucho miedo de que tus ojos marrones tan oscuros, se fijen en la sonrisa de otra chica cualquiera, de otra chica mejor que yo. No se me mete en la cabeza que tú me dices constantemente que eso no será así, que tú solo me quieres a mí y que si te has ido, es por un motivo. Supongo que os estaréis quedando bastante desorientados, por eso, voy a empezar desde cero, desde que todo fue perfecto y de color de rosa, y avanzaré con vosotros de una manera bastante radical hasta el día de hoy. No espero que os guste, ni siquiera que me leáis, solo me puedo desahogar escribiendo, y aunque no sea muy buena, intento ordenar todos mis sentimientos por imposibles que parezcan... Pero sin más preámbulo quiero empezar ya.
