Solo tenía 10 minutos para llegar al instituto, el estrés recorría todo mi ser y se acumulaba en mi cuello, ¿Cómo es posible que duerma tanto? Me hice una coleta desprolija, jeans desgatados, una camiseta, zapatillas y listo. Viernes y yo siempre tarde...
- ¡Hasta luego! - grité antes de salir y dejar ir un portazo, mi madre dijo algo que no entendí, solo cinco minutos , me subí al auto.
No iba a llegar a tiempo a la clase de biología, pero de igual forma tenía que llegar, esta era la tercera vez - Si vuelves a venir tarde una vez más me veré en la obligación de suspenderte - me había dicho el director Frank. Un hombre bien visto ante la sociedad de buena familia, cuyo legado era preparar las futuras generaciones... Algunas familias dejan herencias y la familia del director Frank dejaba nuevos directores.
El auto de enfrente se detuvo de repente y sin poder evitarlo me hundí en el, quebrando ambas luces traseras.
- ¡Dios! ¿En que estabas pensando? - grite bajándome apurada del auto.
- ¿Dios? ¿En qué rayos estabas pensando tu? - respondió en el mismo tono.
-Es tu culpa por detenerte así de repente- señale, mire el daño del carro. Me miro burlón y apunto con el dedo hacia una señal de alto, era yo la que no había visto, era mi culpa. Mierda.
-mira niña no tengo tiempo para ti... - miro su reloj apresurado - Voy tarde al trabajo- mascullo acudiendo su traje.
-Está bien, lo siento mucho... ¿Está asegurado? - pregunte apenada.
Soltó una carcajada en seco - Claro, son veinticinco mil- respondió con cara de pocos amigos.
- ¡Por favor, amigo! El auto no es de oro dije siendo irónica. Se quitó los lentes de sol, y me miro molesto... unos grandes ojos verdes... muy molestos.
-Este modelo saldrá dentro de un año, ¿En donde crees que podre encontrar las piezas que quebraste? - pregunto exasperado y paso una mano por su cabello. Su cabello era un desastre entre rizos castaños, algo confuso.
-Escucha no tengo ese dinero, soy una estudiante- musite, mire el reloj de mi muñeca. Ya estaba suspendida. - de hecho, voy camino a... - Dame el número de tu madre, con ella arreglaremos las cosas- me interrumpió.
- ¡No! - grite asustada, ella me mataría y no podría con ese gasto, el hombre miro su reloj de nuevo y murmuro algo. - ¿qué haces? - pregunté confundida, cuando tomo una foto a la placa de mi auto. Se subió a su auto y se fue a toda velocidad.
¿Me denunciara con la policía? ¿Se apiado de mí?
- idiota- dije al aire. También me subí al auto y luego de diez minutos llegué al instituto. Camine rápido por el pasillo, la clase ya iba por la mitad. Toque la puerta dos veces.
-ya sabe a dónde ir señorita- dijo el profesor sin mirarme y continúo escribiendo en el pizarrón; Fátima y Danielle me miraron y se empezaron a reír silenciosamente. las fulmine con la mirada ... amigas, amigas. cerré la puerta del auditorio.
-¿Maddie otra vez? - me reprocho el director Frank cuando entre en su oficina. - lo siento, lo siento mucho, es que tuve un accidente con un auto. - me disculpo. El director Frank me miro sorprendido. - Pero ¿estás bien? - sí, el auto de la otra persona no... pero yo estoy bien. - sonreí, me miro a través de sus lentes y reviso unos papeles. - Es la última oportunidad, y esta vez es enserio. - musito. - ahora ve a clases Maddie - dijo en tono de regaño.
. - Usted es el mejor de su generación. - le sonreí y me fui de allí. El timbre sonó indicando la siguiente clase así que entre sin decirle nada al señor Duncan, el profesor de Biología que a los minutos abandono el auditorio.
. - suspendida - aseguro Danielle. Negué con la cabeza sonriente. - no puede ser, enserio te dio otra oportunidad. - dijo incrédula.
. - y porque otra vez tarde? - dijo entre risas Fátima. - Choqué el auto de un hombre- hice una mueca y les conté toda la historia. - Entonces... ¿estaba guapo? - pregunto Fátima después que termine de hablar.
- creo que en esta ocasión lo guapo no es suficiente - rodee los ojos. - un hombre con un auto así seguro puede comprar otro - reí.
- lo que si importa es mi cita de esta noche con Paul. - sonreí de oreja a oreja. Paul era mi futuro novio, un chico amable, guapo con sus bellos ojos grises y piel pálida. Un sueño adolescente. Paul estaba en tercero, un año mayor que yo así que jamás teníamos clases juntos. - ¿ya sabes que usaras? - Fátima golpeo ligeramente mis costillas con el codo sacándome de mis pensamientos.
-Digamos que algo así, ¡estoy nerviosa! - apreté la mano de cada una con emoción.
La clase comenzó así que nos sentamos en nuestros lugares seleccionados, preste toda la atención que pude a la clase de filosofía, pero no podía dejar de pensar en el accidente de esa mañana.
¿Qué pasa si contacta a mi madre? ¿Cómo pagaríamos una deuda así de grande?
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100 días con el señor arrogante ORIGINAL
RomanceSolo 100 días con el hombre más arrogante de todos. Novelas completas disponibles en DREAME.