Capitulo 1: Las chicas grandes no lloran

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No dejaba de suspirar cada vez que recordaba los días en la playa junto a Gerard. Habían sido los mejores días de mi vida y me ponía como tonta enamorada al recordarlos.

Claro, los recordaba tanto porque apenas había llegado hace dos días a mi casa, bueno, pensión.

Estaba esperando, ansiosamente, en mi habitación a Angel pero ésta estaba en casa de Ray desde hace tres días y no había ni para cuando llegara a la pensión. Aún me pregunto como lo hace Ray para tener dos novias. Claro, es fácil con Angel porque ella sabe todo pero la pobre Angela no tiene la culpa de nada, solo de ser tan ciega…como Jane. Me sentí mal porque en el fondo yo era como Angel ¿no? Y Jane como Angela…no, ya, no quiero pensar en ella.

Tomé un libro dispuesta a leer y ver si se me olvidaba el sentimiento de culpa que me llenaba.

Mamá y Doña Petunia habían ido a comprar cosas para la pensión y Rachel estaba cocinando algo mientras escuchaba unas canciones, muy fuerte.

Escuché unos pasos apresurados en el pasillo y de pronto la puerta de mi habitación se abrió de golpe chocando fuertemente contra la pared.

- ¡Eres una gran y enorme perra Sophie Spears! – gritó Jane entrando a mi habitación.

- ¿Qué?- la miré aturdida. Jane parecía poseída por un demonio.

- ¡No te hagas la tonta perra! – ella se acercó a mí apuntándome con su dedo - ¡Sé que te has estado acostando con Gerard! – la miré atónita ¿Gerard le dijo?

- ¿Gerard terminó contigo? – pregunté y luego me arrepentí al ver su cara de horror.

- ¡¿QUÉ?! ¡¿VA A TERMINAR CONMIGO?

- Eh…yo…

- ¡PERRA! ¡Charlotte tenía razón! ¡eres una perra!

- ¡¿Charlotte?! - ¡MIERDA! Qué cosas le debe haber dicho mi estúpida prima.

- Ella me lo contó todo Sophie – se cruzó de brazos – sé lo que tuvieron Gerard y tú. ¡Soy tan estúpida! En serio creí que eras mi amiga…

- Jane, lo siento yo…nosotros…- ni siquiera sabía que decir. La verdad ya había salido a la luz.

- ¡Los vi, Sophie! - ella dio un suspiro - ¿sabes lo que es pillar a una de tus mejores amigas cogiendo con tu futuro esposo? 

- Jane…- esto estaba mal, muy mal.

- ¡No hagas esto! – sus ojos se habían puesto vidriosos – Gerard es mío.

- ¡No! – dije poniéndome de pie – No, Jane.

- ¿no? – me miró incrédula - ¿me vas a arruinar el cuento de hadas como te ha pasado a ti? ¿serás como Charlotte? - ¿A pesar de que Charlotte le había contado la verdad ella creía que Charlotte era la mala del cuento?

- Jane, este no es tu cuento…

- ¿No? – ella alzó una ceja - ¡Sí lo es! Por algo Gerard y tú nunca pudieron estar juntos, porque NO DEBÍAN. El destino les puso todas las advertencias y ustedes no las han tomado en cuenta. Sophie, Gerard no es tu destino…si lo hubiera sido hace mucho estarían juntos…

- No, Jane. Estás equivocada. Gerard y yo sí debemos estar juntos – yo estaba muy segura de mis palabras – así tiene que ser. 

- ¡No! – chilló - ¡Gerard tiene que casarse conmigo!

- ¿Por qué? ¿Estás embarazada? Aunque lo estuvieras, no dejaría a Gerard.

- ¿Serías capaz de eso?

Cenizas parte 2Where stories live. Discover now