Mi vida... entre Creepypastas

Capítulo 1: No debiste hacerlo

- ¿¡Estás loco!?- chillé, dándole un capón a mi amigo. ¡El muy idiota se había metido solo en el bosque de Marble Hornets!-. ¡Podría haberte pasado algo!

- Pero no me ha pasado nada, y además tengo pruebas de que estuve allí y que salí de una pieza- repuso Sam, enseñándome una hoja. Me quedé helada. "Leave Me Alone", rezaba el papel. Estaba medio grisáceo y algo agrietado por la humedad. Definitivamente, ésa era una de las legendarias ocho hojas de Slenderman. 

- ¡No debiste hacerlo, Sam! ¿Y qué pasará si Slenderman va a tu casa y te mata por haber robado la hoja?- intenté intimidarlo. Yo no creía demasiado en todas esas leyendas del bosque, pero aun así tenía respeto al lugar. 

Le arranqué la hoja de la mano, metiéndomela detrás de la espalda para impedir que Sam la cogiera de vuelta.

- ¡Eh! ¿Sabes lo famoso que me hará esa hoja en el instituto! ¡Devuélvemela!

- No, Sam. Sea Slenderman real o no, esta hoja estaba por algo en el bosque, y por algo pone "Déjame sol@". Voy a devolver este papelito y no dejaré que lo vuelvas a encontrar. 

- Haz lo que quieras: hice una fotocopia de la hoja y la enmarqué- se jactó él. Puse los ojos en blanco. 

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Al regresar a mi casa, dejé la hoja sobre mi escritorio antes de bajar a comer con mis padres. Estuve muy charlatana con ellos: total, si me pasaba algo, quería pasar un buen rato, a lo mejor el último. 

Por la noche, me puse unos jeans negros con unas Vans azul marino y una camiseta de manga larga con el símbolo infinito en rojo enganchado al de la paz, en azul, sobre un fondo negro. Me acomodé mi pelo negro por la cintura hacia atrás con los dedos y me miré en el espejo de cuerpo entero de mi habitación, mirando por último mis relucientes ojos verde jade (lo que hace honor a mi apellido: el pelo negro, al menos desde mi punto de vista, se asocia con los vampiros, y los ojos verdes, con los demonios). 

Suspiré, cogí la hoja y salí de mi casa en completo silencio, tomando aire antes de alejarme definitivamente de mi casa. 

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El bosque de Marble Hornets era realmente tétrico, y si ya de día era oscuro, por la noche ni hablar. Mi única linterna era la luna, que se filtraba entre las ramas de los árboles. Decidí irme bastante adentro para tratar de evitar que alguien más encontrara la hoja. 

Caminé durante casi diez minutos, hasta que me detuve y pegué la hoja en un árbol joven. Justo en cuanto retiré la mano del papel, las nubes taparon la luna y me sumieron en la más completa oscuridad. No podía ver nada. 

Opté por no moverme, no fuera que perdiera el sentido de la orientación y después no supiera por dónde volver. El viento azotó los árboles, alterando mi pelo negro y despejando de nuevo la luna. Y apenas la luz plateada volvió a bañar el bosque... vi una figura alta, esbelta y escalofriante.

Slenderman me había encontrado. 

N/A: En la foto, Slenderman.