Mandy Carton, una academia que probó el experimento en carne propia y comprobó sus resultados.
Explica el fenómeno: Las preguntas empiezan inofensivamente, y poco a poco se vuelven comprometedoras.
El vínculo que se crea de confianza es fuerte y ninguno de los participantes nota lo rápido que las preguntas se van tornando personales y las personas se van involucrando. Algo parecido a la langosta que no se da cuenta de lo caliente que se va poniendo el agua. Y cuando se da cuenta, ya es demasiado TARDE.
El estudio sugiere sobre todo, que si bien el amor, no se puede inducir, prospera donde hay intimidad y confianza, y estás dos condiciones si se pueden procurar.