Dos Corazones Rotos - 3ra Temporada/Jos Canela {TERMINADA}

Capitulo •1•

–¡Lizzy ven a recoger tus juguetes del suelo!– Grité al momento de tropezar con ellos.

–Lo siento mami– Se disculpo cuando me vio.

–Te he dicho cientos de veces que cuando termines con algo, lo pongas en la caja mi amor.

Comenzó a recoger sus diversos juguetes y yo la ayude con algunos. El timbre de casa sonó, haciendo que Lizzy volviera a tirar los juguetes y saliera corriendo a la puerta.

–No puede ser– Dije rodando los ojos. Dejé los juguetes sobre el sillón y caminé hacia la entrada donde se encontraba Freddy cargando a mi hija.

–¿Cómo están las mujeres más hermosas de este mundo?– Dijo sonriente.

–¡Muy bien papi!– Exclamó Lizzy feliz.

–¿Y tú?– Me miró levantando una ceja.

–Cansada, odio mis días de descanso– Solté un pesado suspiro.

–¡Oh no Lizzy! ¿Acaso hiciste enojar a mamá?

–¡No!– Respondió.

–¿Entonces cual es el problema?

–Tal vez sea porque no recogí mis juguetes y se tropezó– Cubrió su cara con sus manos y reí.

–Entonces hazlo ahora antes de se moleste más y se ponga fea– Indicó Freddy haciendola reír, la dejo en el suelo y ella corrió de nuevo hacía la sala, pero antes me dio un abrazó.

–La amo, pero a veces me desespera– Dije.

–Es normal– Rió levemente –Traje algo que te alegrara– Metió la mano a su bolsillo sacando un sobre.

–¿Que es?– Tomé el sobre y lo abrí rápidamente.

–Lo que tanto has pedido– Solté un grito al ver aquellos pasajes de avión hacia Wisconsin.

–¡Espera! Aquí dice que este vuelo sale en dos días.

–Era eso o dos meses– Aclaró.

–Pero es muy pronto– Hice una mueca –Tenemos que empacar, arreglar nuestros trabajos, la escuela de Lizzy...

–Oye calmada– Me interrumpió –Los trabajos ya están arreglados, las maletas las podemos empezar hoy y terminar mañana, y por la escuela no te preocupes, ya todo esta resuelto, ademas el curso de psicología al que quiero ir comienza el próximo martes– Lo pensé por unos momentos, aunque a decir verdad ya moría por estar de vuelta en la ciudad donde nací.

–De acuerdo– Terminé por aceptar.

–¡Genial!– Caminó hacía la cocina y lo seguí –Huele a que hiciste mi comida favorita– Dijo acercándose al horno.

–Hoy te quería consentir– Saqué tres platos y los coloque sobre la mesa.

–Eres la mejor– Dió un beso en mi mejilla –Iré por mi princesa– Informó subiendo las escaleras para ir buscarla.

Freddy adoraba tanto a Lizzy, sabía que no me había equivocado en aceptar que él la criará.

Pronto aparecieron ambos, Lizzy venía colgada sobre la espalda de Freddy, sonreí al ver esa adorable escena. Freddy la sentó en una de las sillas y él se sentó a su lado, nunca quería despegarse de ella.

Empezamos a comer, me dedicaba a observar a Lizzy, estaba muy concentrada observando una pintura que se encontraba en la pared. Cada día me recordaba más a Jos, tenía tantas facciones de él, y sobre todo, sus largas pestañas.

Me era imposible dejar de pensar en él, todos los días me preguntaba como le estará yendo en la vida, si será feliz..si ya me olvidó.

–¿Está todo bien?– Me preguntó Freddy sacándome de mis pensamientos.

–Si..si– Fingí una sonrisa.

Observe como Lizzy tomaba su plato ya vacío, y lo llevaba hacia el fregadero, a pesar de que sólo tenía cinco años de edad, era una niña muy educada e inteligente.

–Mami, ¿me puedes poner la película de los conejos?– Preguntó parándose a mi lado.

–Si mi vida, en un momento voy– Respondí besando su mejilla y después salió corriendo hacía su habitación felizmente –¡No corras en las escaleras!– Grité, ella solo dejó escapar una risita.

–Ahora si– Habló Freddy y lo miré –¿Que te pasa? No has quitado esa cara desde qué empezamos a comer.

–No es nada Freddy, solo estaba pensando– Llevé un bocado de comida a mi boca.

–¿Estás pensando en él..cierto?

–Si– Bajé la mirada.

–¿Y no has pensando que cuando regresemos a Wisconsin, podrías ir a buscarlo a Janesville y decirle que tienes una hija de él?

–¡No!– Elevé mi voz –Él nunca lo va a saber, no tiene derecho.

–Si lo tiene _____, y lo sabes.

–Basta ¿si?– Pedí ya furiosa –El único padre de mi hija eres tu, y quiero que así sea siempre– Me puse de pie.

–Oye tampoco quiero que te enojes– Dijo triste.

–Solo déjalo así– Me dirigí a la habitación de Lizzy para ponerle la película que tanto quería.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••