F#ck me

8K 605 564
                                    

Dedicada a: Mia_hamster #MiAcosadoraNumberOne

Esperó tengas pañuelos al alcance, porque los necesitarás.








Cuando crees que nada más podía ser más aburrido que leer libros de textos, aparece JunMyeon para remover tus neuronas y darle otro significado a la palabra aburrido. Porque el mayor además de sentirse aburrido, estaba cansado, harto e insatisfecho de vivir siempre la misma situación; cuando de hacer el amor se tratase. Y el buenazo de su esposo no podía comprender su hostigación cada vez que lo hacían, y nada interesante pasaba.

JunMyeon se esforzaba para que SeHun notara lo que quería y como lo quería, pero éste parecía que no tuviera sus cinco sentidos en buen funcionamiento, porque siempre lo pasaba de alto -literal- y terminaban en lo mismo. JunMyeon, tendido sobre la cama esperando, anhelando, pidiendo casi a gritos que lo follara sin consideración y el rubio simplemente lo penetraba con sumo cuidado, despacio y con amor, besándolo con lengua tomando su tiempo para disfrutar de cada rincón.

Eso lo ponía aún más loco, ¡ah! pero lo peor era cuando llegaban a su orgasmo y SeHun siempre se lo llevaba en brazos a la ducha, porque según él "no es nada higiénico dormir con nuestros fluidos en el cuerpo" que lo jodan. Claro, que podría hacerlo él, pero eso costaba mucho trabajo y él era flojo para eso, además de que le gustaba que se la metieran.

Y no sólo era eso, también era que solamente una vez lo hacían. O sea ¡¿Qué?! ¿con quién se había casado? ¿con una monja? Porque JunMyeon podría jurar que si SeHun no fuera hombre, de seguro sería monja, hasta podría decir que en algún lugar del departamento guardaba algún hábito. Y no le sorprendería que una vez a la semana fuera a la iglesia, a confesar sus pecados.

Pero todo tenía un límite, y como cualquier persona en busca de una solución, fue a pedirle ayuda a sus dos únicos amigos pervertidos que parecían haber nacido con la diversión en la sangre. JunMyeon, agradecía tanto tenerlos en su vida, porque de no ser así, sería un SeHun versión miniatura.

Hubo muchas ideas que a JunMyeon le fascinaron y quería poner en práctica con su esposo, pero para aprender mejor; necesitaba una demostración más detallada. Y así JongDae como MinSeok se lo dieron con todo gusto, terminando sus asuntos en la habitación de invitados.

JunMyeon, rebosaba de felicidad, hoy sería el gran día y su agujero lo estaba aún más, su tan preciado invitado sería rudo con él. Si tuviera una cola como de perro, de seguro la estaría moviendo de un lado a otro mientras ladra.

Preparó la cena, algo ligero; para tener más energía en el acto sexual, preparó los preservativos; escondiéndolos en lugares estratégicos porque la cama no se usaría. El lubricante, eso si que no debía olvidarse, tener uno de bolsillo, detrás de su oreja, si era necesario.

Se puso su bata de seda roja, y luego esperó a que la puerta de la entrada se abriera mostrando a su guapo y alto esposo. No tardó mucho para que eso sucediera, y la emoción que recorría su cuerpo hacían que quisiera desvertirse, importando un demonio si el vecino del frente lo veía. Pero tomando varias bocanadas de aire, lo ayudó a calmarse.

Por mientras, él debía seguir con su papel de esposo "ángel" antes de saltar sobre su presa y rogarle una buena follada, como los dioses mandan y como JongDae y MinSeok le demostraron en la tarde.

F#ck me ↪SeHo↩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora