4. Hay cosas más difíciles

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―Asher no siempre estará de tu lado ni a tu lado, Caleb, Asher es una persona libre y puede hacer lo que quiera y si decide no apoyarte, estás muerto, así que suéltalo, deja de coaccionarlo con tu actitud prepotente, déjalo decidir que quiere hacer.

―Primero; deberías saber ya que Asher está totalmente loco por mí y nunca me dejará y segundo; ¿Quién coacciona a quién? Él siempre ha sido libre de elegir lo que quiere hacer y siempre me ha elegido a mí... no solo pretendas llegar y creerte su héroe, yo soy el único dueño de Asher ¿Entiendes?

―¡Ya basta! ―Asher empieza a sacudir la cabeza con los ojos cerrados, parece alterado, asustado y muy desesperado―. ¡Ya basta, ya basta, ya basta, no quiero escucharlos!

―Asher... ―levanto mi mano para tocarlo pero Caleb tira más de él.

―¿¡Qué está pasando aquí!? ―grita alguien desde afuera.

En ese momento, Caleb empuja a Asher lejos de su cuerpo mientras aun está sumergido en su crisis. Él termina contra mi pecho, así que lo abrazo suspirando tranquilo porque ya ha acabado la pelea. Un profesor entra y empieza a reclamarnos y a decir que no deberíamos estar allí y menos peleando. Asher se acurruca en mi pecho, con sus manos aferrándose a mi camisa temblorosamente. Asher no está para nada bien, así que ignorando a Caleb, digo que tengo que llevarlo a casa porque está teniendo un ataque de pánico y lo tomo en brazos sacándolo de allí inmediatamente.

No he mentido, realmente está teniendo un ataque de pánico. Le falta el aliento, se sacude y llora. Nunca lo había visto así ―a nadie, en realidad― pero estoy seguro de que puedo controlarlo. Lo llevo a la enfermería rápidamente que normalmente está vacía, lo pongo en la camilla y me quedo con él, solo abrazándolo un buen rato pero el ataque sigue así que como no encuentro otra solución y de verdad no soy un experto o he experimentado esto antes, hago lo único que puedo hacer para hacerlo distraerse del pánico y lo beso, no en los labios; en las mejillas, en los ojos, en las orejas, en el cuello. Finalmente, poco a poco, se calma y me rodea con lentitud el cuello. Sus brazos aun tiemblan pero son firmes cuando me aprietan. Trato de acariciar su espalda con ternura y su cabello, él se aferra a mí como si estuvieran a punto de arrancarlo de mis brazos, con un aura de soledad que cualquiera podría notar.

―Miles... ―lloriquea―, no te vayas.

―No estás solo ―susurro acariciando su cabello―. Me quedaré contigo tanto como quieras, Asher, no estás solo.

Me pregunto si es por esta razón que él se niega a dormir en su casa. Tal vez, le tiene fobia a la soledad. Pero fueron las palabras de Caleb lo que encendieron el miedo dentro de él. Claramente, Caleb es la razón de problema o al menos una parte importante de él. Y aun así, probablemente sabiendo de la condición de Asher, lo empujó hacia mis brazos con tal de salvaguardar su reputación.

Pero no podría estar más feliz de haber sido yo quien estuvo allí para sostenerlo. Quiero creer que no cualquier otra persona hubiese sentido lo mismo que yo por Asher. Solo soy yo queriendo sentirme especial.

―¿Tienes sed? ―le pregunto cuándo se calma por fin, él asiente en silencio.

Me alejo un momento para ir a la máquina expendedora de afuera. Él promete que va a estar bien. No quiero dejarlo solo pero tampoco puedo llevarlo afuera, está alterado todavía y un poco débil también. Estoy seguro de que tampoco almorzó así que además de agua, compro un emparedado en la otra máquina también, supongo que por ahora será suficiente.

Cuando me dirijo de nuevo hacia la enfermería, capturo a Caleb a punto de abrir la puerta y tomo su brazo para alejarlo de ella inmediatamente bloqueándola con mi cuerpo. Caleb me mira, está totalmente furioso y estoy seguro de eso pero hay gente cerca y creo que sabe que crear un escándalo no es muy sensato.

Gato callejero |BL|Where stories live. Discover now