El aparcó la camioneta en el estacionamiento de Olive Garden, lo sabía, me traería a uno de esos restaurantes famosos de NY. Claro que no le diría nada, no quería que se incomodara.

Bajamos de la camioneta y caminamos a la par hacía las puertas del restaurante. El me miró y me dio una pequeña sonrisa.

—Espero que te guste este restaurante, la verdad es que no sabia si traerte aquí o a algún restaurante italiano — diablos, la verdad no preferiría ninguno, los dos son igual de caros, claro para mí, por que se que para el no es ningún problema, reí por dentro.

Entramos al restaurante y el mesero nos guió hacia una mesa de dos personas, estaba a un lado de la ventana y podíamos ver la calle desde aquí. El mesero nos entregó las cartas y ahí empezó mi angustia, no sabia ni siquiera que significaba algún platillo de aquí, así que con toda la pena del mundo le pedí ayuda a Elian.

—Uhmm.. Elian — dije y el despegó la mirada de la carta — ¿podrías ayudarme? No sé qué pedir — dije apenada. El me miró ¿tiernamente?

—Claro que si Kasia, discúlpame tal vez no era de tu agrado este restaurante — dijo con culpa, yo negué.

—No te preocupes, solo que no acostumbro a venir a este tipo de restaurantes — dije sincera.

El acercó su silla a mi y empezó a explicarme cada platillo, y yo en lo único que pensaba era un su exquisito aroma, dios, su perfume, olía tan bien, me encantaba todo de él.

—Y eso es todo, ¿ya decidiste que pedirás? — dijo y yo rápidamente me aleje de mis pensamientos.

—Uhmm, si, esto — señale uno de los platillos que había escuchado, era pasta con camarones y alguna guarnición que no entendí muy bien.

No me había dado cuenta que sus guardaespaldas estaban a unos metros de nosotros, uno de ellos se me hizo muy conocido. Y claro si era uno de los hombres del restaurante, era el hombre que sabia mi nombre, que coincidencia.

—¿Kasia? — habló Elian, lo mire — tal vez te preguntarás por qué no llegue a tiempo a tu casa — dijo y asentí.

—Pensé que habías olvidado nuestra salida —

—Kasia, yo nunca lo hubiera olvidado, créelo — tomó mi mano, sentí un escalofrío inmenso — solo que mi padre y yo tuvimos unos asuntos que atender a las afuera de la ciudad, y nos retrasamos un poco, no tenía señal para mandarte un mensaje — dijo y yo lo comprendí — enserio que pensé que me rechazarías, me sentí muy mal cuando vi que eran las dos de la tarde y yo no estaba en tu casa, discúlpame — dijo arrepentido.

—Está bien Elian, no hay problema, tu trabajo es primero, aún que créeme que si pensé que me habías dejado plantada — reí, el negó

—Nunca lo haría Kasia, nunca — dijo mirándome directamente a los ojos.

Sentía una conexión muy extraña, me hacia sentir muy bien, a su lado me sentía protegida, me sentía a gusto.

La comida llego, se veía deliciosa, comimos en un silencio cómodo, cada varios segundos nos mirábamos a los ojos, no paraba de sonrojarme, solo el me hacía sonrojar con una sola mirada.


Elian

Estar con ella me hacía muy cómodo, ella platicaba conmigo sin preocupación, sin sentir pena, hablaba mucho, pero sus platicas me entretenían, sus platicas eran interesantes y su voz era tan angelical que me relajaba.

—Mi madre tiene un puesto de comida, vende comida mexicana solo los fines de semana, solo que estos días no nos ha ido muy bien y no ha podido invertir para comprar las cosas — contaba ella mientras comía.

—¿Es enserio? Debe de ser deliciosa la comida que hace tu madre — ella sintió.

—Claro que lo es, espero que este fin de semana que viene pueda vender de nuevo y tú puedas probar la comida — dijo sonriendo.

Terminamos de comer, pedí la cuenta, el mesero la trajo, $178 dólares, eso no era nada para mí, Kasia quería pagar la mitad, pero obviamente no la deje, jamás la haría gastar dinero mientras estuviera conmigo.

Salimos del restaurante, no sabia si llevarla a otro lugar, no sabia si ella ya se quería regresar a su casa, diablos, nunca había estado en una situación así, ¿que hago?

—Uhmm... — nos miramos.

—¿Quieres una helado? ¡Yo invito! — dijo Kasia alegremente, otra vez ella había tomado la iniciativa. Soy un imbecil.

Maneje hacia una heladería cercana, nos bajamos y ella se acercó a pedir, un estupido estaba atendiendo, digo estupido por que miraba a Kasia de arriba a bajo, la miraba mucho desde que entramos.

—Hola, que te puedo servir nena — dijo "simpáticamente" el idiota, yo estaba rojo de la furia.

¿Le gustara a Kasia? Claro, claro que Kasia preferiría a alguien asi, digo quién va a querer salir con un chico asqueroso lleno de cicatrices, todas las chicas preferirían a alguien así. Eso me ponía mal, nunca llegaría a nada con ella, solo mírenla, ella es una hermosa, un ángel, tan tierna y con esa sonrisa que derrite corazones, y yo, yo soy un simple monstruo.

Entonces ella hizo algo que me sorprendió y me hizo darme cuenta de que ella no era así.

Amor, ¿de qué quieres tu helado? — habló Kasia.

Ella era un ángel.

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¡Nuevo capítulo!

Pregunto de nuevo ¿Quien ama a Kasia?

#TeamKelian

Hay muy pocos comentarios, como ven subo un capítulo por día, pero eso se acabara ya qué hay muy pocos comentarios. Sorry.

Nos vemos pronto.

¡Gracias por leer! ❤️

SCARSWhere stories live. Discover now