flores y espinas: críticas al paraíso

parte I : el ser vivo. crítica al ser vivo

Te jactas de respirar, 

se supone que es lo que te divide,

pero te cuesta pensar,

se supone que es lo que te distingue.

Pero no nos dejemos arrastrar por su egocentrismo, 

piensa que es un dios,

un tipo de teocentrismo,

pero es un cuerpo vacío

del universo un anacronismo.

Todos lo sabemos,

se creen superiores,

pero son lo que comenzaron esta maldición

y cumplirán todos nuestros temores.

Un ser vivo.

 ¿Cómo sabemos que efectivamente está vivo? ¿Qué es un ser? ¿Cuáles son sus características? ¿Qué es estar vivo?

Estás son algunas preguntas que se me ocurren ahora. Para contestarlas, tendríamos que meternos en el área de la biología y comenzar a investigar. 

Lógicamente, lo que divide a un ser de estar vivo o muerto sería su vida, si la tiene o no. ¿Pero qué es en realidad la vida?

Para muchos, puede ser una regalo, algo divino. Para otros, es una maldición con la que tiene que lidiar todos los días. Esto definitivamente afecta su definición. Su definición de vida varía mucho con la que puedo tener yo. 

Los únicos seres vivos que tienen razonamiento son los humanos, según nos enseñaron. ¿Pero lo usan realmente? ¿Qué divide al ser humano de un animal?. Es una pregunta válida, ya que es conocimiento público que algunas veces nos dejamos llevar por nuestro instinto animal. Entonces, podríamos afirmar que usamos nuestro instinto animal cada vez que no pensamos antes de realizar cierta acción. 

Aunque no lo queramos aceptar, somos animales. Nuestros antepasados eran animales. Somos seres vivos que descienden de animales. No es algo malo, para nada. El hecho de que pudimos evolucionar de una célula es algo increíble. Hasta nosotros somos algo maravilloso.

Entonces, si somos tan especiales, ¿por qué será que tenemos tantos defectos? ¿por qué cometemos tantas cosas horribles?

Y no digo que todo lo que hacemos está mal. Muchas cosas se salvan de la locura. Como por ejemplo, los libros, la música, las artes, movimientos sociales, entre otros. Nuestras creaciones son espectaculares. Quiero decir, que en los últimos veinte años ocurrieron un avance tecnológico monumental. Y no solamente en el área tecnológica, en materia de derechos, de ideas y de concepciones sociales. 

Sin embargo, hay cosas que, pasen el tiempo que pasen, no cambian. Como nuestra tendencia a querer ser el mejor del todos, a la vil competencia y al etnocentrismo. 

Hay mucha gente, según mi experiencia, que opina que no se puede cambiar; que lo que está hecho, está hecho y no se puede intentar hacer algún tipo de alteración. En sociología, se dice que la gente que está más alejada a la ciudad y a las confluencias étnicas, son menos propensos al cambio y deciden dejar los errados conceptos arraigados como estaban. Quizás sea un poco cierto, pero en realidad, toda la sociedad es reticente a la modificación de su esencia.

Es posible el cambio. De eso estoy segura. Sólo hay que creer en él. Podemos hacerlo. La esperanza y la determinación son grandes requerimientos para comenzar una revolución. La revolución del pensamiento, de la ideas y, lo más importante, de nosotros mismos.