Capítulo 1

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  Hola soy Sibisse Melián y trabajo en una empresa de marketing, como becaria. Si lo sé, ser becaria no es que sea el mejor puesto pero por algo hay que empezar en el mundo laboral. Vivo con mis mejores amigas Lena y Daila dos rubias de armas tomar en un pisito de tres habitaciones, cocina-salón y un baño. Si... También me doy cuenta, un baño para tres mujeres... pero conseguimos no matarnos entre nosotras cuando nos tenemos que preparar. Lena es administrativa y le encantan los animales. Daila una columnista de una gran revista aparte de esto en su tiempo libre se dedica a escribir novelas.

  Para empezar, esto es lo normal en mi vida desde hace más o menos unos meses, voy a trabajar, cuando salgo voy a casa y es ahí donde me relajo. Los fines de semana son para:

Plan A: Estar en casa atiborrándome a lo que se suele llamar comida basura y viendo pelis o series de asesinatos, en definitiva cosas que no me hagan pensar mucho en amor.

Plan B: Que es, que las chicas me arrastren de fiesta.

   Hoy parece que todo está en mi contra, la media se me rompe a primeras hora de la mañana, mi jefa de mal humor todo el día, mi mecherito (mi coche) me deja votadísima para volver a casa, para más inri cuando voy a por el autobús empieza a llover y por fin cuando llego a casa mojada desde la cabeza a los pies, pensando que me iba a poder dar una ducha y relajarme, mis planes se me destrozan al encontrarme que en mi casa tengo visitas inesperada y mucho menos deseada. Mi desde hace más de seis meses ex-novio Gabriel.

– ¿Qué coño hace ESTO aquí?-le pregunto a Daila señalándolo despectivamente y sin ni siquiera mirarlo

–A mí no me mires, no lo deje entrar yo. Él solito entro con SU llave

   Mierda, las llaves hoy no estoy para estas cosas.

­–Sibi ¿Podemos hablar? - me pregunta Gabriel con cara de no haber roto un plato

– Mira Gabriel ya te dije que no me volvieras a llamar así, ese privilegio lo perdiste desde que decidiste largarte con una de las damas de honor de la boda de tu hermano, y lo perdiste aún más cuando fui a recoger mis cosas a tu piso y ni siquiera estabas para darme la explicación que ahora estas rogando que escuche. Y otra cosa te he pedido esas putas llaves demasiadas veces y siempre estás muy ocupado, así que aprovechando que estas aquí Devuélvemelas –digo extiendo la mano. Él se acerca me las da, pero no se retira – y ahora ya te puedes largar de mi casa y de mi vida

–No me pienso ir sin que me escuches. Te quiero y eso fue un pequeño error que espero que me perdones....

– Pues habértelo pensado antes. Si me hubieras querido no lo hubieras hecho, o hubieras venido a buscarme antes ahora largo antes de que llame a la policía

   Me mira incrédulo pero a la vez de modo seductor, con esos ojos claros que me vuelven loca y me hipnotizan.

–No serás capaz de hacer eso, tú me quieres y yo a ti – me dice esto mientras se acerca a mí intentando que caiga en su trampa- vuelve conmigo nena. Somos la mejor pareja que se ha visto en este mundo...

   Ya a punto de caer en sus redes, mi amiga Daila apoyada desde la isla de la cocina con el teléfono en la mano y comiendo un bol de cereales con leche nos recuerda que esta ahí.

–Tengo el número de la policía marcado pírate antes de que llegue a cero. Cinco, Cuatro, tres...-

  Como adoro cuando me salvan de mi misma. Lo empujo para separarlo y le señalo la puerta.

–Fuera de esta casa, ya no te quiero volver a ver más.

–Te arrepentirás de esto. Ya no voy a volver más y no encontraras a alguien como yo.

Sibisse (pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora