Capitulo 1

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Dieciocho años después...

Estados Unidos - California 

Me encontraba en el suelo. De un momento a otro solo me encontraba allí sin poder moverme. El techo que tenía a la vista era solo oscuridad y profundidad que causaba algo de temor en mi interior y me hacía temblar. ¿A qué le estoy temiendo?

En eso siento un cuerpo gelatinoso y viscoso rodearme la espalda. Siento aquella incomodidad en mi espina dorsal, el cómo se remueve en mi piel desnuda y se extendía hasta tomar mis brazos. Era una masa negra que como serpiente se enrollaba en gran parte de mi cuerpo y me jalaba hacia abajo más lo único que conseguía era presionar mi cuerpo contra el suelo. Apretaba, dolía, realmente dolía. Mi espalda comenzó a arder de un momento a otro, como si hubieran puesto velas debajo de mí. Intentaba gritar pero simplemente no podía, el único ruido audible era un resonante bombeo.

¡Pumpum! ¡Pumpum!

Era mi corazón... Retumbaba con fuerza. Ese sonido aceleró y esta vez cada latido hacía temblar el lugar o me estremecía solo a mí. La constante aceleración de mis latidos me causó más terror, intenté cerrar los ojos para despertar.

"!Despierta!" pensaba.

Estaba a punto de llorar en cuanto ese cuerpo viscoso había tomado gran parte de mí dejando solo mi cabeza libre. Poco a poco sentía como recorría mi cuello pero de una manera más lenta.

-Asmodeus...

Abrí mis ojos enormemente en cuanto esa voz pareció escucharse en mi cabeza. Estaba sorprendido de escuchar algo más que mis latidos en esa soledad. Vi fijamente lo que tenía enfrente; En ese cielo oscuro y profundo parecía que desde lo lejos algo intentaba venir hacia mí. Cerré mis ojos del temor a lo que se pudiera acercar.

Mis mejillas fueron alcanzadas por un tacto. Unas manos ásperas y escamosas, parecían huesudas, acariciando mis pómulos, mi mejilla, mi mentón y mi barbilla.

Un tarareo...

Increíblemente mi corazón dejó de retumbar tan aceleradamente para volver a un ritmo normal. De alguna manera, de algún modo su presencia me calmó y lo sentí tan familiar. Para cuando abrí mis ojos lo que debió de asustarme me causó una sensación de alivio que comenzó a esbozar de sus tenebrosos ojos que brillaban de un color carmesí. Parecían un par de rubíes que me miraban no de una manera curiosa, sino de una orgullosa, de alguna manera así lo sentía. Así sentía su tacto y su mirada, así sentía esa presencia como una manifestación orgullosa de mí.

-Falta poco Asmodeus.

Su voz era rústica, ronca y completamente grave. En ese momento sentí el impulso de despertar. Aquello que me había calmado cambió drásticamente cuando esa presencia me habló. Por primera vez en ese momento sentí un gran temor recorrer mi cuerpo. Aquellos faroles rojos en sus ojos se iluminaron repentinamente. No pude hacer más que cerrar los ojos con fuerza deseando desaparecer de allí ya.

Me levanté de mi cama acelerado, con mi respiración completamente agitada y mi playera gris sudada. No podía contar cuantas veces latía mi corazón pero se iba de los parámetros normales. Note que estaba por fin en mi habitación, en mi cama y pude respirar profundo para calmar mis alterados nervios y olvidar el mal rato de esa pesadilla.

Me levanto de la cama y me dirijo a la ventana para abrir sus cortinas y dejar que la luz del sol me haga despertar completamente. Solté un gran bostezo y estiré mis brazos para relajar mis músculos.

Volteo a ver el reloj en mi mesita de noche y al ver la hora notó el poco tiempo que me queda para arreglarme e ir a la universidad. Intento actuar rápido y salgo disparado de mi habitación al baño para tomar una ducha de no más de 10 minutos y cepillarme los dientes.

Descendientes Del PecadoWhere stories live. Discover now