Enfermo

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--NO—la negativa resonó en las paredes, mientras en la habitación se encontraban dos héroes en una difícil discusión. —No eres mi niñera Cap. no puedes decirme que hacer y que no—por tercera vez, el más bajo intento eludir al súper soldado logrando únicamente que este le cargara de la cintura, colocándolo como costal sobre su hombro y arrojándolo a la cama.

-- Esa no es forma de tratar a un enfermo capitán—dijo con una sonrisa cínica, tratando de ponerse de pie.

--Una persona enferma no debería ir a trabajar—respondió el héroe de América cruzándose de brazos.

--Ok, tienes razón—acepto el menor mientras se sentaba en la orilla de la cama—lo bueno es que yo no estoy enfermo. Ahora si me disculpas.

Antes de que el menor pudiera moverse de su lugar, Steve lo tomo por los hombros.

"Esto es bajo, pero si con ello evito que trabaje, lo haré", pensó mientras besaba suavemente sus labios y se hincaba frente al moreno.

--Te amo

--Steve ¿Qué...?

--Casi me da un infarto cuando supe que estabas enfermo en cama, creí que era algo grave.

--Pero no lo es...

--No quiero perderte—le interrumpió mientras agachaba la mirada y sus ojos se humedecían—al menos por mí, ¿puedes cuidarte?, aunque sea solo hasta que el refriado se valla, ¿sí?

--Sabes que eso es bajo...

--Por favor, no deseo verte enfermo mi amor—completo mientras una lagrima recorría su mejilla...

...Y eso fue todo lo que necesito Tony para doblegarse.

Después de ese "pequeño" incidente se podría decir que Tony se resignó a la voluntad de Steve. Aunque cabe aclarar que cuando se llevó a cabo esta platica, la fiebre del joven Stark era casi inexistente, y realmente Tony se sentía mejor. Pero para la mala suerte de nuestro Héroe mayor tan solo una hora se necesitó para que el castaño se pusiera más débil, y para que la tortura del rubio empezara.

--Estoy muriendo!!! –exclamo Tony mientras dejaba caer su brazo izquierdo dramáticamente por el costado de la cama—STEVE!!—grito mientras con su otra mano cubría su boca por el nuevo ataque de tos que le causo alzar la voz.

--Ya voy Tony—dijo el capitán al tiempo que entraba a la recamara con una bandeja que contenía sopa de pollo y juego de naranja—Aquí estoy ¿qué necesitas? –pregunto con voz gentil.

--Quiero helado—dijo Tony mientras le daba la espalda a su novio para evitar ver la bandeja con comida.

--No, Tony te puede hacer daño, y aunque te voltees tendrás que comerte esto, te hará bien.

--No soy un niño, no quiero sopa de pollo ni jugo de naranja—respondió Tony regresando la mirada a la charola que aún sostenía el rubio.

--Y un adulto pediría helado en su lugar? –dijo Steve soltando una ligera risa.

--Le niegas a un moribundo sus últimos deseos, ¿Cómo puede ser tan cruel capitán?

--No estas muriendo Tony—reitero Steve rodando los ojos.

--Eso lo dices, solo porque TÚ no estás enfermo, agonizando, muriendo—dijo mientras se levantaba un poco solo para dejarse caer dramáticamente

--Tony—dijo Steve mientras se sentaba a su lado y dejaba la charola en la mesa más cercana—un resfriado no te va a matar.

--No puedo creer que seas tan cruel—dijo mientras se cubría con la manta—si deseas matarme será más fácil con un arma

Resfriado (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora