—A mí si me gusta, pero no siempre pregunto a las personas...

—¿No?

—No—Me sonrojo, odiando mucho mi facilidad para ello y aparto la mirada

— Lo siento no es de mi incumbencia.

—He estado con mi padre esta mañana.Me giro y lo miro esperando que siga hablando.

—¿Y?

—Me pidió dinero.

— Y no se lo diste.

—No—A Justin no le sorprende que yo lo haya intuido.

—Y ahora te preguntas si de verdad lo necesitaba, y deberías habérselo dado.Ahora si me mira asombrado.

—Sí. Me dijo que era para comida, pero a mi abuela le hacía lo mismo, le decía que era para comida y luego no lo era. Le he dicho que si quería íbamos a comer un bocadillo y le compraba comida en el supermercado y se ha puesto como un energúmeno.

—¿Donde ha sido?—En la puerta de mi trabajo.

—¿Te preocupa la imagen que puedes dar?

—No, he vivido con esto desde niño ya estoy acostumbrado. Me preocupa él, y me da rabia no poder hacer yo lo mismo y desentenderme de él, como él lo hace conmigo.

—No eres como tu padre.

—Lo sé. Mi abuela desde niño me lo ha dicho muchas veces.Me acerco a él y le pongo la mano en el brazo musculado.

—Si le hubieras dado el dinero ahora estaría peor, y te sentirías culpable por haberle dado dinero para su adicción.

—No me arrepiento de no haberle dado el dinero. Pero odio esto, odio preguntarme cuando será el día que me digan que mi padre ha muerto. ¿Acaso no se da cuenta de que está perdiendo toda su vida? ¿Qué clase de vida es la que tiene? Sé que está enfermo y le he tratado de ayudar muchas veces, hablándole de centros de desintoxicación, pero si él no quiere, no puedo hacer nada.

—¿Alguna vez te ha prometido que va a cambiar?

—No, eso es lo peor, que en el fondo creo que él es feliz así.

—Es triste. Justin toma mi mano y la aprieta. Yo le sonrío.

—Él se lo pierde, de verdad Justin tiene dos hijos maravillosos y unos padres que han dado su vida por cuidar a su pequeño y la hubieran dado por cuidarlo a él. No ha sabido valorar los regalos que le ha dado la vida. Siento lastima por él, pero también rabia, porque haya elegido como compañera de vida al alcohol, y haya sido tan tonto de no valorar lo que tenía.

—Gracias. No sé que tienes ___(tn), pero no me siento mal contándote esto. No soy de los que comparten esto con nadie.

—A mí me encanta escuchar.—Y observar.

—Sí

Nos quedamos en silencio mirándonos y sintiendo la cercanía el uno del otro. Mi corazón martillea con fuerza en mi pecho y siguiendo mi impulso a cabo por hacer algo más estúpido que cogerle la mano, lo abrazo. Justin se tensa, me separo porque acabado de cruzar la frontera entre jefe y empleada, mi mente ya esta gritando que soy una estúpida y mi mortificación es alta. Soy demasiado impulsiva cuando tengoconfianza, y acabo de comerte un error.

—Yo lo...Pero antes de que termine de hablar Justin me encierra en sus brazos y acabamos abrazados en la cocina sin decir nada, solo sintiéndonos. Mi cabeza cabe a la perfección en el hueco de su cuello y la pongo en el para aspirar su aroma, y perderme aun más en sus brazos. Me siento tan segura en ellos, tan llena de vida, que tengo la necesidad de reír por la felicidad que me invade en este momento. Acaricio su espalada con manos temblorosas. Noto como mi corazón y mi estomago vibran de alegría en mi pecho y sé que es hora que deje de negar lo evidente, y que aunque parezca un imposible, me he enamorando de él.Nunca me he sentido así cuando me abrazaba Matt, ni nadie. Aspiro el aroma de Justin, huele muy bien. Me muevo para mirarlo, sonriente, pero Justin se aparta cortando de un plumazo toda la magia del momento. Algo no va bien, lo siento en seguida.

—Lo siento, no debería haber pasado esto. Sus palabras me caen como un jarron de agua fría, y trato que no note el dolor en mi mirada y de recomponerme cuando me mira.

—A veces soy un poco impulsiva.

—No ha sido culpa tuya.

—Será mejor que me vaya a casa. Tengo muchas cosas que hacer... Entre ellas probarme el vestido que me ha preparado mi madre para la cena de este sábado en mi casa.

—Mañana no trabajo, me quedaré con la pequeña, nos vemos el lunes. No debería dudar de su palabra, pero siento que es una escusa. Pero solo asiento y recojo mi mochila y mi cuaderno, sin olvidar ningún boceto, ya he hecho suficiente el ridículo por hoy.

—Nos vemos, pásalo bien en el fin de semana.

—Igualmente. Ten cuidado con la moto.

—Siempre lo tengo. Salgo de su casa casi corriendo, y cuando llego a la moto noto como mis manos me tiemblan. Monto en ella y voy hacia mi casa, sabiendo que ahora mismo lo que necesito es estar sola, pero le di mi palabra a mi madre que iría nada más dejara el trabajo, y no quiero tentar a la suerte y que me obligue a dejárlo, ya me ha costado mucho que lo acepte. Pero cuando veo la mansión de mis padres a lo lejos paro la moto, y me refugio bajo una sombra esperando coger fuerzas para que nadie note el desazón que siento.

—¿___(tn)?

Mi Hermana De Por Medio ♡ Justin BieberWhere stories live. Discover now