Capítulo 1

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I




"Mi nombre es Lucius Kriegger.

Hace veinticinco años fui encerrado durante más de una década en una cápsula de reinserción social. He luchado y sufrido en decenas de mundos; he matado y visto morir. He viajado hasta el infinito y rescatado hombres por todo el universo, pero a pesar de ello, mi alma sigue tan vacía como el primer día que desperté.

Cuando me creía en mi mejor momento sucedió algo en el planeta Naastrand que cambió mi vida para siempre. Algo que acabó con todos mis compañeros a excepción de mi camarada Ravenblut y yo mismo; algo que debería ser capaz de recuperar de las entrañas de mi cerebro debido a su gravedad, pero que los trece años de inactividad que he permanecido encerrado en un tanque de reinserción social han borrado para siempre. Afortunadamente, Lightling me ha sonreído, y veinticinco años después del incidente regento el puesto de oficial de mayor graduación de la Valkirie, una de las naves de la flota Spectrum, siempre al servicio de nuestra amada y venerada líder Suprema. Tengo a noventa y nueve hombres a mi servicio y soy admirado y respetado por mi labor. Viajo por todo el universo reclutando a los elegidos de Lightling, y estoy rodeado por camaradas y amigos que sacrificarían sus vidas por mí.

¿Acaso puedo pedir más?

Puede que no sea ni el más alto ni el más fuerte; tampoco el más astuto ni el más apuesto, pero tampoco lo necesito. Me basto con mis ciento ochenta centímetros de altura, mis dos pistolas, mi uniforme y la lealtad de mis hombres. El resto... el resto no es más que historia."




"Historia..."

Los pensamientos de Lucius Kriegger se vieron interrumpidos por el sonido de unos pasos. Su dueño avanzaba tan rápido por el pasillo contiguo y se movía con tanto nerviosismo que incluso en la distancia podía escuchar los rápidos latidos de su corazón y sentir el aire gélido de su respiración en la nuca. También podía ver sus ojos iluminados por la esperanza.

Antes de que su mente pudiera ver más allá de lo deseado, Kriegger presionó el botón de desconexión. La consola de mando emitió un agudo pitido, y las más de cien agujas que atravesaban su piel para conectar el sistema nervioso con la red de vigilancia retrocedieron. Acostumbrado a compartir con ellas largas temporadas, Kriegger no podía evitar sorprenderse de que su cuerpo aún no estuviese habituado a la descarga eléctrica que emitían a modo de despedida. Había quien aseguraba que ni tan siquiera notaba la desconexión. Él, en cambio, seguía sintiendo el mismo dolor que la primera vez, treinta años atrás. En aquella ocasión la desconexión se limitó a dejarle un desagradable sabor agrio en la boca y el cuerpo engarrotado durante unos minutos. Lucius se puso en pie, se secó el sudor de la frente con un paño húmedo y, justo antes de que la puerta se abriese, adivinó el nombre del visitante.

Le había visto con los ojos de la máquina.

—Eldwin Fuchs, ¿nunca te han dicho que es de mala educación interrumpir a alguien durante sus horas de descanso?

Mientras pronunciaba aquellas palabras, el aludido entró en la sala con el rostro congestionado y los ojos negros irradiando esperanza. Tal y como Lucius había podido ver, su camarada estaba muy agitado.

—¡Han vuelto! —vociferó el recién llegado.

—¿Han vuelto?

Tras agacharse un segundo para recuperar el aliento, Eldwin Fuchs se estiró todo lo alto que era hasta alcanzar sus imponentes casi dos metros de altura. Bajo la luz ambarina de los sistemas de iluminación de la celda, su tez pálida se asemejaba más a la piel de un cadáver que a la del hombre sano y fuerte que era.

Sujeto 5.555Where stories live. Discover now