Background character

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Pero en ese caso no era suficiente, nunca lo sería.

Y no importaba cuántas veces se dijera así misma que estaba bien así, porque el nudo en su pecho le demostraba todo lo contrario.

Era consciente del por qué de su tristeza, no era tonta. También sabía el cómo y el cuándo, siempre lo había sabido.

Se preguntaba si realmente Sakakibara se había acercado a ella hacía unos meses porque había notado que sabía más de cierto asunto que cualquiera, o porque era la que en ese momento estaba más cerca suya en el gimnasio, casi a unos pocos metros. Quién sabe, nunca se lo preguntó y ahora daba igual, simplemente pasó. Porque si en ese momento había algo que ambos sabían, era que Karma y Gakushuu eran lo suficientemente imbéciles cómo para no querer arreglar la tensión latente entre ellos. Y si no podían arreglarla ellos solos, necesitarían ayuda. Fuwa apreciaba a Karma, todo el aprecio que se le podía tener al alumno de la clase E que más se parecía a un personaje manga; Así cómo Ren quería a Gakushuu, de forma que deseaba completamente que esclareciera su mente respecto al pelirrojo, aun si eso significaba que tenía que firmar un "acuerdo de paz" con una chica de la clase E.

Y así fue cómo empezaron, las conversaciones nimias que acababan en pequeñas indirectas para los dos cabezotas, las miradas furtivas al otro a través de las habitaciones cada vez que la parejita se lanzaban pullas, los planes estúpidos para juntarles que casi siempre acababan en desastre, las recomendaciones de canciones, las llamadas en plena noche, todo.

Era divertido ¿Por qué no? Ver cómo las dos personas a las que querían juntar se hacían más cercanos poco a poco, fruto de su esfuerzo y sus observaciones. Era incluso gratificante.

Sin embargo había un enorme fallo en su plan. Porque si bien todo lo hacían considerando los sentimientos de Asano y Karma, se olvidaron completamente de los suyos propios.

Para cuándo Fuwa pensó aquello, ya era demasiado tarde. El pensamiento de "cuidado con el mujeriego de la clase A" había cambiado y la imagen de ese chico también.

Y ahora, mientras Fuwa se alejaba de él con rapidez y con la esperanza de que no notara su figura cabizbaja entre la multitud del gimnasio, se maldecía a sí misma por no pensar las cosas con cuidado.

Aquello le venía grande, lo sabía. Pero ya lo había dicho, debería solucionarlo. Porque no podía estar enganchada a Ren siempre, su "misión" terminaría algún día y no iba a ser uno muy lejano, las figuras de Gakushuu y Karma escapándose juntos del gimnasio minutos antes se lo hacían saber. En el momento en el que todo aquello terminara, ella y Sakakibara no volverían a hablar, estaba muy claro. Y esos sentimientos que había empezado a tener por él, sólo servirían para hacerle más daño del que ya lo hacían.

Y debía derrotarlos, era fácil. Tenía que olvidarse de Ren y de lo mucho que le gustaba, porque era la única forma que tenía de asegurarse de que no seguiría estando abatida en un futuro. Eso debería ser fácil para ella ¿Verdad? Le gustaba el shounen, los personajes de un shounen lo hacen así ¿No? Porque es para lo que están creados, para lo que supuestamente están preparados, para solucionar sus problemas, para no rendirse nunca, confiar en ellos mismos y en sus amigos para enfrentarlos.

Y eso quería, de verdad que quería. Quería ser cómo uno de esos personajes, quería tener la valentía de enfrentarse a su problema y derrotarlo con facilidad, quería ser fuerte para soportar el dolor que aquello suponía. Quería ser cómo Asano y Karma.

Pero eso no era posible. Porque era un personaje secundario.

Ella era un personaje secundario, siempre lo había sido. Estaba diseñada para quedarse en las sombras, hablar en segundo plano, aparecer únicamente cuándo el autor lo quisiera y a veces ni eso. No era tan fuerte, ni valiente, ni siquiera especial. Era un personaje mediocre, normalucho, sin nada en lo que destacar y rodeado de protagonistas carismáticos e increíbles que le superaban en todo.

Era ese típico personaje que no importaba cuánto lo intentara, jamás derrotaría al villano. Siempre sería el primero que se enfrentaría a él, pero nunca le vencería. Sólo sería carne de cañón, alguien que dé apoyo, aquel que grite ánimos al protagonista desde lejos y luego le felicite por su victoria. Estaba condenada al fracaso, tal y cómo un secundario débil debe estarlo.

Era por eso que no había esperanza de enfrentarse a esos sentimientos, así cómo jamás podría llamar la atención de Ren.

Porque aún si a veces los secundarios cómo ella podían reunir un poco de valentía, seguía sin servir de nada en su situación. Pues Ren era otro protagonista rodeado de los mismos, mientras que ella seguiría observándole en las sombras.

Sí, era fácil distinguirle. Ren era un protagonista shoujo, guapo, atento y el interés amoroso más comprensible para cualquiera. Y así cómo lo era él, su reputación y circunstancias le hacía estar rodeado de otros protagonistas. Protagonistas femeninos, mujeres y estudiantes hermosas, llamativas, carismáticas, inteligentes, todo lo bueno que una heroína debe tener para llamar su atención. Y lo hacían, a Sakakibara le gustaban las protagonistas, las protegía, las alababa, las cuidaba en silencio cómo si fueran un tesoro y ella no le culpaba, era normal.

Aunque ella intentara llamar su atención de la misma forma que las otras chicas lo hacían, Fuwa jamás dejaría de ser un personaje secundario y patético a su lado. Nunca podría cambiarlo, porque no era nadie. No era tan guapa cómo esa chica de allí, ni tan popular cómo el actual rollete, ni tan amable cómo la anterior ex-novia, no era nada, no era nadie. Era el triste personaje que se quedaba en segundo plano del panel, amando al protagonista en silencio, siendo incapaz de alcanzarle y con la única opción de apoyarle en su relación con otra persona.

Así eran las cosas y no podía cambiarlas. Por eso mirar al suelo durante la asamblea e ignorar las miradas preocupadas de sus amigos, era todo lo que podía hacer. Porque no importaba lo mucho que quisiera, su situación no iba a cambiar, únicamente se haría peor con el tiempo y ella, cómo buena secundaria que era, tendría que lidiarlo cómo pudiera.

Porque un protagonista debía estar con otro protagonista. Nunca con un secundario. Era antinatural.

Por eso Fuwa salió del gimnasio con rapidez, le dio una sonrisa falsa a la amable Hara, que estuvo a punto de cogerla de la mano para hablar con ella y se dirigió a la máquina de bebidas para comprarse un zumo de naranja.

No quiso notar la mirada de Ren en su espalda mientras se marchaba, no le serviría de nada. Él estaba mejor acompañado, no la necesitaba a ella, nunca lo había hecho. Sólo quería tomarse su zumo sin dejar que una sola lágrima se escapara de sus ojos.

Porque alegrarse por el feliz destino del protagonista, lleno de amor y felicidad, también era el papel de un personajes secundario. Aún si eso le rompía el corazón.

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