uno

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Me levanté para ir al instituto, era lunes. Había pasado todo el fin de semana en casa de mi tía en Bournemouth. Echaba de menos a mis amigos.

Liam Payne, tenía el pelo corto y unos preciosos ojos de color castaño claro. Siempre había sido una persona muy importante para mí.

Louis Tomlinson, con el pelo un poco largo y los ojos azules como el océano, nos conocíamos desde los tres años. Más que un amigo, él era un hermano.

Zayn Malik, tenía el pelo oscuro. Él era como mi consejero, siempre que tenía algún problema él estaba a mi lado para ayudarme y darme el mejor de los consejos.

Y por último pero no menos importante, Niall Horan. Él fue mi novio cuando tenía trece años, estuvimos saliendo durante seis meses, pero él tuvo que volver a Irlanda, donde estuvo durante dos años. Más tarde volvió a Bradford y apenas nos hablábamos, pero con el paso del tiempo se convirtió en uno de mis mejores amigos. Tenía el pelo rubio, unos ojos celestes como el cielo. Aunque quedamos como amigos aún seguía sintiendo algo por él, fue mi primer amor, el chico que me enamoró a tal punto que cuando se fue no pude parar de llorar y terminé con mi vida social durante tres meses, hasta que Louis, Zayn y Liam me obligaron a volver a llevar un vida normal. Gracias a ellos conseguí salir de aquel pozo de sufrimiento en el que había caído por enamorarme como una tonta de aquel irlandés.

Caminé hacia al instituto, con mis dieciséis años vivía sola, mis padres tuvieron que volver a Wolverhampton por cuestiones de trabajo y aún no habían vuelto. De eso hacía un año, se fueron poco después de que Niall volviera. Se fueron sabiendo que la madre de Louis se preocupaba por mí, ella era como una segunda madre.

Giré la esquina de mi calle y vi a Zayn esperándome en la puerta de su casa, corrí hacia él y le abracé efusivamente como si hiciera años que no le viese.

—¿Cómo estás pequeña? — empezó a darme vueltas en el aire — Te hemos echado de menos.

—Y yo a vosotros. — dije cuando sentí que mis pies volvían a estar en el suelo.

—Déjame llevarte esto.

Me cogió la cartera y se la colgó en un su hombro izquierdo, mientras que en el derecho llevaba la suya.

—Gracias, ¿cómo ha estado tu fin de semana? — pregunté.

—Ya sabes, lo mismo de siempre. Lo he pasado en casa de Liam, sus padres tuvieron que viajar para visitar a sus abuelos. Estaba enfermo y llamaron a Louis preguntándole si algunos de nosotros podíamos estar con él. Al final fuimos todos a su casa.

—Resumiendo, ha sido un fin de semana genial. — aclaré.

—Básicamente.

Pasó uno de su brazos rodeando mis hombros. Zayn la mayoría del tiempo era muy protector, al igual que el resto.

Continuamos caminando hasta el instituto, no vimos a ninguno de los chicos, por lo que al sonar la campana que indicaba el comienzo de clases cada uno se fue a la suya.

Pasaron muy lentas las tres primeras horas, el único con el que tenía clases era Louis y él todavía no había llegado.

Fui hacia el campo de rugby. Zayn era jugador y en la hora del almuerzo siempre debía entrenar junto al resto del equipo.

Órdenes del entrenador.

Me senté en uno de los asientos de las gradas y sonreí cuando miré al campo y vi que Zayn estaba saludándome, le devolví el saludo agitando mi mano.

Me resultaba extraño que los chicos todavía no hubiesen llegado. Pero me extrañaba aún más en Liam, él era como el padre del grupo, siempre estaba cuidándonos y era muy responsable.

La hora del almuerzo estaba apunto de terminar cuando sentí cómo alguien puso sus manos en mis ojos impidiéndome ver, me sobresalté un poco cuando posó sus labios en mi mejilla derecha haciendo un sonoro ruido al darme un beso.

—¿Quién soy? — preguntó cambiando su voz a una más aguda y chillona.

Reí por el sonido de esta.

—No lo sé.

—Venga chica, tampoco es tan difícil.

—Niall. — dije con una amplia sonrisa en mi rostro.

El rió suavemente y quitó sus manos de mis ojos para después sentarse a mi lado.

—¿Cómo has estado?

—Bien, he estado con mi tía, ¿y tú? — pregunté.

—Como siempre, genial.

Sonrió dejándome ver esa sonrisa un poco torcida pero tan especial de la que él era dueño.

—¿Dónde has estado toda la mañana? ¿Y dónde están los demás?

—He estado ayudando a mi madre con la mudanza, y los demás no tengo idea de dónde pueden estar. — dijo clavando su mirada en la mía.

—El único al que he visto es a Zayn. — entonces reaccioné — ¿Qué es eso de mudanza? ¿Te vuelves a Irlanda de nuevo? — pregunté rápidamente un poco asustada por la respuesta que podría darme.

Observé cómo levantaba la comisura derecha de sus labios en un acto de sonreír.

—Tranquila Amber, no me voy a ningún lado, se me había olvidado que eres la única que no ha oído la noticia todavía. — dijo lentamente haciéndome sufrir.

Hubo un largo silencio en el que ninguno de los dos dijo nada.

—¡Pero dímelo! — exclamé haciendo que él riera.

—¿Te has fijado que la casa que hay al lado de la tuya está en venta? — preguntó sonriéndome. Asentí por inercia. Por la mañana había visto algunos camiones de mudanza llegar allí — Nuestra casa como ya sabes se nos quedó muy pequeña desde que volvimos, así que ahora soy tu vecino. — dijo con un brillo en los ojos.

Me lancé a sus brazos, literalmente.

Niall era una de las personas más importantes en mi vida, sin él en ella todo cambiaría.

—Eso es increíble. — susurré.

—Ahora no te podrás librar de mí.

—Tampoco de mí pequeña. — dijo otra reconocible voz a mis espaldas.

Giré sobre el siento para encontrarme con un sudado y despeinado Zayn sonriéndome.

—¡Zayn dúchate! ¡Hueles a mierda! — le grité.

Comenzó a acercarse a mí con los brazos abiertos, iba a abrazarme. Un pequeño gritó escapó de mi garganta.

—¡No te escaparás! 

Empezó a perseguirme mientras bajaba las gradas y me metía en el campo de rugby. El entrenador al vernos nos llamó la atención y tuvimos que volver.

Al pie de las gradas nos esperaba Niall para así volver los tres juntos a clase.

Cuando empezamos a caminar hacia la entrada del instituto, rogué porque Louis se dignara a aparecer en las tres últimas horas que quedaban.

Pero no fue aquel el caso, no aparecieron ni él ni Liam.

Al salir de la última clase, en la puerta de esta estaban esperándome Niall y Zayn. Enganché mis brazos en los de ellos y los tres nos fuimos hacia la salida.

Cuando salí del instituto no pude creer lo que veían mis ojos.

peligro | Harry Styles #1Where stories live. Discover now