Capitulo 1: 'Saludo a América'

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Creciendo, en este momento me encuentro creciendo. 

-¿Sabes que en esta etapa nos atraviesa la menopausia y así es como me tratas?—Dijo mi mamá, desde ayer llora, no sé si es actuación. 

-Mamá, desde que el año empezó sabías que iba a marcharme. Además tú conseguiste mi lugar en Nueva Orleáns. Te amo mamá—Dije y me acerqué para unir mi pecho con el suyo y fundirlo en un cálido abrazo, de su parte materno. 

-En mi mente perdurará esa escena en la que berrinchabas y te colgabas de las lámparas porque te de unas míseras gotas de leche de mis pechos—Dijo limpiando una lágrima que rodó hasta su mentón.

-No es momento de recordar eso. Sé que me extrañarás, también lo haré mamá, pero te llamaré todos los días—

-Querida, recuerdo usar esa frase con mi madre y nunca la llamé, sólo los fines de semana—

-Entonces déjame ir ahora—Dije en broma. Sonrió, pero sabía que era tan sensible, que volvería a llorar como si estuviese recibiendo una tortura china.

“Vamos, Hija” Acotó mi padre desde su auto, mamá me dio el abrazo más rápido pero duradero, si se entiende, que podría haber dado en años. 

Subí al coche de mi carro, y a media hora ya me encontraba en el Aeropuerto Kingsford Smith, el Aeropuerto central de mi ciudad natal, Sydney. 

Tuve una breve despedida con mi padre, el se emociona más en los encuentros que en las despedidas, es tipo que odia las despedidas pero no las llora. Tengo una relación unida con mis padres, siempre estuve agradecida que me dejen trabajar mi soltura, y nunca tuve riesgos, no fueron estrictos, sí exigentes, pero siempre confiaron en mi, en toda mi persona. 

Soltando los brazos de mi progenitor, escuché el llamado “El vuelo número 10 con destino a Nueva Orleáns, Luisiana de puerto América, está recibiendo sus pasajeros, por favor abordar antes de los próximos 15 minutos”. 

Mi lugar junto a una embarazada, la miré extraña, si yo estuviera en sus zapatos, no viajaría, pese a que además de los síntomas de un embarazo, sea primerizo o no, los efectos del avión me causarían un alboroto alimenticio y estomacal. 

Largas, si recuerdo bien, 16 horas de vuelo. Estaba tan alejada de América. Se sentía extraño, el simple hecho de pensar que me acogerá una familia la cual sólo conozco a la hija mayor, es aterrorizante pero quizás encantador. Mi madre me habló de Olivia Sullians, una mujer coqueta pero tan humilde que no parece. El señor Marcus Sullians es el hombre de la familia, gerente y a pasos de Jefe de las empresas Industriales de Nike, una línea de atuendos deportivos. Sólo conozco a Barbara la hija mayor, y no recuerdo quien más integra la familia. 

Deje que mis ojos se hundan en un profundo descanso para calmar mi tensión. 

No sé cuantas horas transcurrieron en el viaje pero una azafata me trajo la cena, y agradecí cordialmente antes de que se marche. En mi íntimo diario comencé la escritura de mi nueva <aventura>, me gusta llamarle así. 

Descendí del avión y un cartel a 200mts pero tan visible, “Janis Grunt, Sydney” se sacudía como si viniera con un baile sincronizado de bienvenida. 

Obsession (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora