02

17.9K 2.2K 752
                                    

La bonita relación que ellos llevaban en los primeros meses de conocerse fue algo que muchos no dejarían de lado. Y si ambos se vieran en esos momentos, llorarían de lo estúpidos que se notaban.

Porque se notaba el amor de ambos, de distintas maneras pero todos lo notaban.

La relación que tuvieron al principio fue una parecida a amigos muy preocupados. O al menos Keiji lo era. Era una madre.

Koutaro más bien era el tipo hiperactivo y falto de atención, que intentaba destacar por encima del que pronto se convirtió en otro de sus grandes amigos, y finalmente, pareja también.

El comienzo tan lindo que tuvieron, cualquiera lo recordaría si es que estuvo ahí. A ambos les gusta, de hecho, hablar de eso a veces.

La relación de amigos-pareja que ambos no entendían se comenzaba a entender incluso desde antes de que se dieran cuenta de lo mucho que se gustaban.

Las actitudes sobre-protectoras de Keiji eran lo que alertaban al resto del equipo, y el hecho de que el capitán tuviera un favorito que pase los balones lo hacía más obvio.

Lo más icónico fue cuando llegaron a más, y eso si que no se olvida. Ellos no lo hacen aún, y tal vez no piensen en hacerlo.

—Es que usted me gusta mucho, Bokuto-san.

Unas tiernas palabras dichas en un momento inoportuno. Quizá porque todo Fukurodani estaba con ellos, incluyendo a las managers.

Aunque nadie escuchó al pelinegro, todos notaron la incomodidad en Bokuto Koutaro.

¿Incomodidad? No... era más algo como alegría extrema. Tanta que no podía siquiera mirar a su setter a los ojos.

Los días pasaron, y fue esa felicidad la cual los mantuvo alejados por un tiempo. Porque Koutaro necesitaba un respiro, y Akaashi una respuesta que ayude a que su cabeza deje de pensar en cosas estúpidas.

—Dime, Akaashi, ¿por qué te gusto?

Su respuesta fue una pregunta. Una que dejó a Keiji demasiado confundido acerca de sus propios sentimientos.

¿Por qué te has enamorado de tu capitán, mejor amigo y compañero, un año mayor que tú?

—No... no lo sé, Bokuto-san —dijo algo desesperanzado.

Quizá haya sido su actitud, o el cabello gris medio blanco que se alza sobre su cabeza. Ese parecido a un búho tan extraño que incluso a veces asusta. Esa valentía para decirte las cosas, su risa, los ojos dorados que podían examinarte hasta el alma.

Todo eso, e inclusive más, podía enamorarte de Bokuto Koutaro. Y él no lo entendía, nadie lo entendía.

—A mi también me gustas, Akaashi. Y tampoco sé qué es exactamente. Que bueno que no supiste contestar o sino me vería como un tonto frente a tí.

Y aunque el rostro de Keiji denotaba confusión, estaba feliz de poder abrazar a su capitán como algo más que un simple amigo.

Ya era oficialmente su pareja.





//////
djdjdjddksmd
no sé
ame escribir esto.

BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora