Capitulo 1

342 18 2
                                    

Christine:

Estoy en el jardín un día como otro sumergida en mis recuerdos, ¿Habrá otra vida?, ahí muchas teorías sobre el tema de la vida y la muerte, ¿me recordara cuando lo vuelva a encontrar?, ¿lo volveré a encontrar?.

Ni siquiera se por que pienso esas cosas, debo de dejar de atormentarme con el tema que tanto Raúl como yo hemos evitado tocar.

A pasado una semana desde que me marche para siempre de la casa de el lago...una semana llena de sueños obscuros y tenebrosos, algunos muy lejos de la comprensión humana. Ya estaba acostumbrada a estar mas haya del borde.

Raúl me había pedido matrimonio formalmente hace tres días, pero yo le dije que quería esperar, ¿por que quiero esperar?, ¿no es esto lo que siempre soñé?.

Tengo la esperanza de que algún día esto acabara, ¿por que quiero que acabe?.

Es la única pregunta a la que puedo dar respuesta...solo quiero que el me saque de esta cruel realidad donde la cortina entre la realidad y lo ficticio tienen todo un mar de separación.

Todo era diferente cuando estaba a su lado, los dragones existían si el lo decía, el féretro era una caja para gato...la caja de ayesha.

Ella se recuesta a mi lado mirando fijamente el gran portón del castillo, sueña lo mismo que yo, sueña que él cruza ese enorme portón que nos separa a ambas de la realidad.

Nunca salgo, nunca paso ese portón por miedo, pero, ¿miedo a que?, ¿a dejar de ser la niña que juega junto al mar y adentrarme en el mundo real?.

No he visto a nadie aparte de a Raúl, como extraño a Meg y a Madame Giry, ¿que habrá pasado con ellas?, ¿el pasado las persigue al igual que a mi?, es posible, lo que ocurrió fue difícil de olvidar.

Puedo ver que alguien cruza ese portón, es Raúl que vuelve una vez mas de sus negocios.

Me levanto de mi asiento para recibirlo, después de todo es mi pareja ¿no?.

- Hola mi vida- dijo mientras me tomaba de la cintura, cosa que yo había rechazado desde que nos marchamos de la casa del lago. Nunca dejaba que me besara, le decía que necesitaba tiempo...y volvemos a las mismas dudas.

- Hola- dije muy nerviosa mientras hacia lo posible por liberarme de su agarre, pero el es mucho mas fuerte que yo.- Raúl?...estas borracho?.

Era obvio que lo estaba, el olor a alcohol impregnada en su ropa lo delataba, ¿Que no estaba en sus negocios?, pues ahora entiendo por que en algunas locaciones no llegaba a la casa, de repente pude sentir un escalofrío bajar por toda mi espalda, él no se separaba de mí.

- Ven cariño vamos a adentro- y me jalo aun mas fuerte de la cintura para que lo siguiera.

¿Que tiene planeado? No debe de ser nada bueno.

                           ♪♥♪

Me guiaba bruscamente hacia su habitación. Yo nunca entraba ahí por demasiadas razones que no tienen importancia ahora mismo.

Me arrinconó en una esquina de la enorme habitación, no lo reconozco, el nunca me había tratado de esa forma.

- No Raúl, esto no esta bien- dije apunto de gritar, ¿por que me hace esto. Ya no queda nada de aquel niño que se aventó al aguas para atrapar mi chal. Ahora mismo su mirada dulce y comprensiva fue sustituida por la mirada de una bestia que no razona.

- oh Christine, te voy a hacer una sola pregunta, ¿me amas?- yo no supe que decir, mis piernas temblaban de puro horror. No fui capas de responder a su pregunta- no, no lo haces, y todo lo que hice por ti fue en vano.

Sus palabras eran hielo pero tenia razón, el hizo todo para tenerme a su lado y yo lo único que hago es lamentar a un muerto.

- ¿Pero sabes que?, eso no me importa, llevo demasiado tiempo deseándote, que ya no me importa si estas en desacuerdo o no.- cuando termino de decir eso, yo estaba horrorizada, jamas creí que Raúl me llegara a hacer algún tipo de daño físico pero me equivoque.

- NO RAÚL, POR FAVOR !!, AYUDA!!- pero en cuanto intente gritar me dio un fuerte golpe en la cara, ¿por que todo me pasa a mi?, esta muy claro que no nací para ser feliz. Me cubrió la boca con su mano y me llevo directamente a la gran cama que reposaba en medio de la obscura habitación.

Me tiro sobre la enorme colcha, intente liberarme pero el me lo impidió posándose sobre mí.

Podía sentir sus manos cerrarse bruscamente y sin compasión sobre mis muñecas.

Podía sentir su miembro erecto a través de la ropa presionando mi vientre.

El desabrocho demasiado rápido los botones de mi vestido.

- Señor, el Conde de Chagny lo espera impaciente en la sala de estar- dijo la nerviosa voz de Margared, una de las sirvienta.

- ¿QUE ACASO NO PUEDE ESPERAR?- grito Raúl furioso.

- se-ee lo pregunte señor p-pero dijo que era muy urgente- ella sabia perfectamente bien lo que pasaba en aquella habitación, por esa razón hablaba así.

El se aparto de mí muy bruscamente, cuando ya estaba de pie sus ojos me miraron como un águila que no puede esperar a devorar a su presa.

- Vendré por ti, ni sueñes que te vas a escapar- y tras decir eso cerro la puerta bajo llave.

¿y ahora que hago?

Fijo la vista en la enorme ventana a un lado mio, pero ¿como?, estamos en el tercer piso, y si me dejo caer no viviré para contarlo. Me abrocho rápidamente los botones como puedo...debe haber alguna forma.

De repente se me ocurre algo...hacer una soga con las sabanas.

Pero con las únicas dos sabanas que se encuentran el la fría habitación a duras penas llego a un árbol muy alto, yo solía escalar arboles, pero eso fue hace años.

Saco el dinero que tengo y coloco la soga en en la ventana. Con mucho cuidado desciendo hasta que mis pies tocan ese árbol que se encuentra a un lado del castillo.

Cuando ya estoy en el árbol una rama se rompe bajo mis pies haciendo que descienda hasta el suelo dañandome  mi tobillo derecho, pero eso no es excusa para no correr.

Una vez ya adentrada en el bosque, me siento a los pies de un viejo roble...¿y ahora que?.

Miro a un lado mio y ahí se encuentra Ayesha. ¿Como rayos pude olvidarme de ella?.

La tomo delicadamente entre mis manos mientras le susurro «ya paso», eran las dos palabras que necesitaba en esos momentos...que alguien me tomara entre sus brazos y me diera un beso en la frente como mi padre, cuando estaba asustada era lo que el hacia.

De repente entre todos esos arboles pude distinguir una figura familiar...gracias a Dios mi salvación a llegado.

 

Dondé Estás Mi Angel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora