SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR. Miguel de Unamuno (RESUMEN DE LA OBRA)

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CAPÍTULO 6: Acompañaba al médico y se interesaba sobre todo por los embarazos. Para él la muerte de un recién nacido, o un niño y el suicidio eran terribles misterios. A los suicidas los enterraba en suelo sagrado convencido de su arrepentimiento "in extremis". También ayudaba al maestro y acudía a las fiestas incluso tocaba el tamboril que dejaba a un lado cuando llegaba la hora de rezar el Ángelus. Y todo se revestía de ministerio cuando él lo hacía.

CAPÍTULO 7: Había que estar contentos, vivir era suficiente; lo último, desear la muerte. En cierta ocasión, acompañó en su muerte a la esposa de un titiritero mientras que éste seguía con el espectáculo de payaso haciendo reír a los niños. Cuando el titiritero quiso darle las gracias, se dirigió al pueblo agradeciéndole a él que dedicara su vida a hacer felices a los demás y asegurándole que su esposa ya lo esperaba en el cielo. Más tarde, Ángela comprendió que la alegría del párroco era una infinita tristeza recatada heroicamente a los ojos de los demás.

CAPÍTULO 8: A pesar de su actividad trepidante, y de su temor a la soledad, a veces iba a pasear solo por las ruinas del monasterio cisterciense. Allí, la celda del Padre Capitán conservaba las salpicaduras de sangre de sus mortificaciones. Cuando Ángela intrigada le pregunta por qué no había optado por la vida de meditación, don Manuel responde que la soledad le mataría el alma, que era un don que le había sido negado, "yo no podría llevar solo la cruz del nacimiento".

SEGUNDA PARTE

CAPÍTULO 1: Hasta aquí nos ha contado sus recuerdos de don Manuel cuando ella llegó al pueblo. Entonces la recibió con entusiasmo y se interesó por su hermano que seguía en América deseándole un pronto regreso. El miedo la paralizó en su primera confesión y necesitó de la ayuda de don Manuel para hablar. Don Manuel la insta a que le transmita sus inquietudes como si hablara con su hermano y se olvidara de cuentos de santidad. Cuando ella manifiesta sus dudas, les quita toda importancia: "¿Y dónde has leído eso, marisabidilla? Todo eso es literatura". Fue entonces cuando ella sintiéndose mujer notó cómo su miedo se trocó en lástima maternal hacia don Manuel, y empezó a acudir al confesionario para consolarle.

Al plantearle sus dudas, don Manuel siempre respondía "A eso, ya sabes, lo del Catecismo", porque las dudas las inspira el Demonio. Pero al insistir ella, intuye que quizás don Manuel no creía en el Demonio. De regreso a casa en estas reflexiones, la voz de Blasillo repitió el "Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado" y ella llegó para echarse a llorar. Con tanta confesión, la madre cree que puede ir para monja, pero ella, responde al hilo de don Manuel que su convento es el pueblo y hay mucho por hacer allí. Un día se atreve a preguntarle abiertamente si hay infierno. Don Manuel evade la pregunta respondiendo que para ella no; al insistirle, el sacerdote responde que crea en el cielo que ve. Pero ella plantea su última duda: si no hay que creer en el infierno tampoco hay que creer en el cielo. Don Manuel regresa a la fe sencilla: "Se ha de creer todo lo que enseña la Santa Madre Iglesia". Zanja así el tema, con una honda tristeza en la mirada.

CAPÍTULO 2: Poco a Poco, Ángela se va convirtiendo en la ayudante del párroco en el pueblo. Una vez fue a la ciudad invitada por una antigua compañera y tuvo que regresar. Parecía que le faltara el aire, sentía como si don Manuel la necesitara. Reconoce en este sentimiento, que había desarrollado hacia el sacerdote, un afecto maternal: "Quería aliviarle del peso de su cruz del nacimiento".

CAPÍTULO 3: Ángela tiene 24 años cuando su hermano regresa de América con algunos ahorros. Quiere llevarlas a vivir a la ciudad. Para él, la aldea es el pasado feudal y la ciudad el progreso. Había que huir de la ignorancia. Cuando la madre se niega a abandonar la aldea, Lázaro comienza a darse cuenta del imperio que ejerce don Manuel y se revuelve contra lo que entiende una teocracia oscura y medieval. Pero con el tiempo va viendo la labor de don Manuel y se rinde a su bondad. Seguía manteniendo su posición progresista y anticlerical, pero veía en el párroco algo diferente que motivaba su curiosidad. Con el tiempo aquello derivó en una especie de duelo entre Lázaro y don Manuel, hasta que Lázaro acudió a escucharlo y salió reafirmado en que no era un cura normal. Aunque afirma que alguien tan inteligente no puede creer en lo que predica.

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⏰ Last updated: Nov 14, 2013 ⏰

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SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR. Miguel de Unamuno (RESUMEN DE LA OBRA)Where stories live. Discover now