Capítulo 1

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A pasado tiempo desde que se fue, creo que un año y medio. Aún me acuerdo cuando pasó la enorme puerta de Alfea. Ese momento para mi marcó un antes y un después. Aunque aún me hago muchas preguntas, con el tiempo lo fui superando. Como soy una persona a la que no le gusta ser el centro de atención no les dije nada a mis amigas, pero creo que Tecna ya lo había notado luego de tantas noches soñando con él.



Estaba caminando en pijama por los pasillos de Alfea en medio de la noche, sentía como el piso frío congelaba mis pies descalzos. No se lo que buscaba deambulando por ahí más que la soledad, lo que ya tenia así que no le veía mucho sentido a caminar por ahí, pero por alguna razón lo hacía.

De repente escucho unos pasos detrás de mi, al sentirlos cada vez más cerca acelero mis pasos sin mirar atrás, esas pisadas se sentían más fuertes haciendo que corra hacia la escalera del colegio que llegaba al primer piso, donde estaban las aulas de clase. Al llegar al comedor paro de correr y con toda mi valentía me doy vuelta para ver la identidad de mi acosador. Pero lo que vi no fue una bestia como lo esperaba, si no una cara que me angustiaba ver.

- ¡Basta! ¡Basta! ¡¿Que quieres de mi?!

Le grité arrodillándome delante de él explotando en un llanto desesperado.

Él sólo se quedaba mirándome con seriedad, en su rostro no había ni felicidad ni tristeza, ni complicidad por verme así, ni siquiera una mirada de lástima hacia mi. Solo miraba cual estatua como lloraba mirando al piso.

-¡Déjame! ¡Vete! ¡Vete!

Le grité mirándolo a los ojos desde abajo, mientras él solo me miraba desde arriba serio al igual que al principio.

-¡Vete! ¡Lárgate Riven! ¡Lárgate!

-¡Musa! ¡Musa!-

De repente escucho como una voz dulce y tranquila me gritaba.

-¡Lárgate Riven! ¡Lárgate!

Sentí como poco a poco volvía a la realidad, creo que fue porque estaba pateando y unos brazos cálidos trataban de detenerme.

-¡Musa!

Volvió a gritarme por lo que al fin abro mis ojos y me encuentro en mi habitación compartida con Tecna, la veo que estaba al lado mio de rodillas en mi cama, y ahí caí en que era un sueño, más que eso era una pesadilla.

-Riven, ¿cierto?

Me pregunta mi amiga sentándose en la cama.

- ¿Por que sigo soñando con él?

Le pregunto en tono suplicante como si ella supiera la respuesta a todos mis problemas.

- Creo que tendrías que relajarte, ¿en el día piensas mucho en él?

- Solo...solo un poco

-¿Sabias que si una persona piensa mucho en algo en el día el cerebro lo sueña de noche?

-Ja

Sonrío por el comentario informativo del día de mi amiga.

-¿Entonces dices que debo dejar de pensar en él si quiero dejar de soñar con él?

- Así es, distráete con otra cosa, sal a caminar, canta más seguido, diviértete. No dejes que tu cerebro piense en él Musa.

Me recomienda apoyando su mano sobre la mía.

Luego de pensarlo en silencio la miro y veo que esta observando nuestras manos, por lo tanto no estaba enterada de que estaba bajo mi atenta mirada. Cierro mis ojos pensando en ella y luego los abro para ver la buena energía mágica que salía de ella. Al ser un hada era obvio pero esta energía se sentía diferente en estos momentos. De repente me mira y me sonríe con pena. Ella ve a fondo lo que me pasa, ella me entiende como nadie al saber casi todo sobre mi.

-Creo que tienes razón

-Pues, creo que debemos descansar solo nos quedan tres horas de sueño, ya van a ser las siete.

Me avisa apretando mi mano antes de soltarla e irse a la otra punta de la habitación para acostarse en su cama.

-Si pasa algo avísame ¿si?

-Claro, gracias Tecna, en serio.

-De nada Musa, descansa.

Me despide tapándose y posicionándose de lado por lo que me da la espalda inconscientemente.

Luego de sonreír y sentirme acompañada respiro hondo y me acuesto. Veo que dejé mi teléfono celular en mi mesita de luz aún conectado a mis auriculares de casco. Lo pienso un poco pero al final me decido por tomarlos y escuchar música para distraerme de él, por lo menos en la noche no me molestaría al pensar en música.



Camino hacia el salón de música que Faragonda guardó para mis clases, allí me encargo de darles clases de música practica y teórica a las alumnas de Alfea, esa es mi manera de aportar algo al colegio que me hospeda durante todo el ciclo escolar.

Al abrir la puerta me encuentro con algunos instrumentos, el salón es bastante grande por lo que no puedo quejarme de nada.

Dejo mis libros de clase y partituras sobre el escritorio, miro el piano y me siento en el banco que este me ofrece delante de él, abro su tapa y miro cada tecla, y así poco a poco voy tocando una melodía algo alegre. Mientras la escucho pienso en cada locura que cometí con mis amigas durante mis años de hada primeriza. Cuando nos escapamos a Torre Nubosa para recuperar el anillo de Stella, cuando casi incendiamos la cocina, y muchas otras más de las que obviamente la mayoría de las veces nos descubrieron y obtuvimos nuestro castigo correspondiente. Todo eso me hacia reír, con cada nota me traía un recuerdo de las Winx.

Pero de repente entre esos recuerdos apareció Riven nuevamente, amargando toda nota musical con cada momento recordado por mi. Mi melodía feliz de repente paró y en mi pausa instantáneamente le siguió una canción muy decaída y deprimida.

Es increíble como solo pensar en él me saca lágrimas y me angustia de una manera muy amargada, como solo Riven lo sabe hacer.

Cuando me percato de todo esto mis manos paran automáticamente, el silencio invade el salón, y yo de nuevo me hecho la culpa de pensar en nuevamente él. Unos minutos de silencio después seguía pensando, por lo que mi mente se da cuenta y en un intento desesperado por olvidarme de él golpeo un par de teclas con mi frente rompiendo el silencio con un ruido desagradable pero gracioso del piano.

-Eh...¿Musa?

-¡Ah!

Grito del susto para luego apoyarme una mano en el corazón y sentir sus latidos acelerados, luego miro la bendita causante de mi ataque y veo a Bloom  parada la puerta sonriendo, parece que le causó gracia mi grito.

-¡Bloom! ¡Eres un hada no una nin-ja!

-Lo sé, lo siento.

Se disculpa entre risas  acercándose a mi lentamente hasta llegar a sentarse en la tapa del enorme del piano.

-Solo quería avisarte que Faragonda nos citó en una reunión.

-¿A las dos?

-A todas las Winx-

-De acuerdo, ¿para que crees que sea?

-No lo sé, todo anda bien por aquí

Luego de su aviso nos quedamos hablando de todo un poco, hasta que en un momento una alumna la llamó, por lo que tuvo que irse.

Lo que me dejó con mucha intriga es esa reunión a la que nos convocó Faragonda, aún no tengo ni una mínima idea de para que será o que nos dirá.

Amor vs AmistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora