II

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Hacía un mes desde que Louis tenía que acompañar a su madre al trabajo, seguía preguntándose el porque, cada vez que le preguntaba la razón por la cuál tenía que ir ella respondía con un "Es demasiado peligroso estar solo en casa" 
Ir al trabajo de su madre en ocasiones resultaba entretenido, pero la mayor parte del tiempo Louis se aburría demasiado en ese lugar.
"Boo bear, cariño, ¿Podrías llevar estás sábanas limpias a la habitación 412?" preguntó su madre mientras le daba una sonrisa cálida, Louis asintió y tomó las sábanas azules. La habitación 412 quedaba junto a una máquina dispensadora por lo cuál podía dejar las sábanas e ir por algo de comer.
Louis iba cantando una vieja canción que su madre solía cantarle mientras daba ligeros brinquitos por el pasillo, llegó hasta la maquina expendedora y compro una bolsa de papas, tenía hambre y su madre no saldría a comer hasta dentro de una hora. Abrió la puerta de la habitación sin cuidado alguno mientras comía su bolsa de papas, 2 pares de ojos lo miraban con una sonrisa, provocando, que Louis se sonrojara al instante regresandoles una sonrisa tímida.
"Hola, soy Louis y traje sábanas limpias" dijo mostrando el contenido de su mano derecha, un castaño de edad avanzada asintió, el pequeño dejo las sábanas sobre un viejo sillón que se encontraba en la esquina de la habitación y se encaminó hasta donde el hombre estaba sentado.
"¿Quieren papas?" preguntó tendiendoles la bolsa, el castaño negó, mientras que la chica rubia que yacía acostada le sonreía. "¿Como te llamas?" se dirigió a la muchacha, Louis solía ser demasiado curioso, le encantaba hacer preguntas, cosa que a veces molestaba a los demás.
"Soy Cara" respondió con una sonrisa débil.
"¿Cara? ¿Así como esta?" Preguntó Louis mientras tocaba su cara, la chica soltó una carcajada y asintió. Era raro, nunca había encontrado a alguien con el nombre de una parte del cuerpo, eso hizo imaginar al ojiazul que sí había alguien llamado Cara, también podía haber alguien llamado oreja, rio ante su pensamiento y negó levemente.
"¿Porqué tienes esos tubos en la cara?" preguntó tomando asiento en la cama de su nueva amiga mientras terminaba de comer.
"Tengo cáncer" dijo sin más, Louis no entendía muy bien lo que era el cáncer, su madre le había dicho que las personas solían llorar mucho por ésta enfermedad.
"Hey, como el signo zodiacal" El pequeño trato de bromear, pero a diferencia de su primer broma, la chica sólo soltó una pequeña risa. "¿Tu quién eres?" preguntó, esta vez dirigiéndose al castaño que estaba frente a él. Vestía una gabardina café, Louis siempre las odio, por el simple hecho de que su estatura no le permitía usarlas sin tropezar.
"Soy Liam, soy amigo de Cara" respondió mientras le extendía su mano al castaño, Louis la agitó repetidas veces y luego la soltó. "Asi que Louis, ¿Trabajas en el hospital?"
"Oh no, pero mi mamá si, ella es enfermera y ayuda a que las personas estén mejor" Respondió con orgullo, si había algo que Louis amaba, era hablar de su madre, ella hacía milagros con las personas, una idea cruzó por la mente del castaño haciéndolo sonreír "Hey, le diré que venga a verte, así te curaras y estarás mucho mejor" Dijo mientras saltaba de la cama dirigiéndose a la salida. "Espera aquí, iré por ella, no te muevas"
"Como si pudiera moverme" murmuró Cara, mientras veía a Louis desaparecer por la puerta. Liam la miró mal por su comentario y negó.
"Se ve agradable, tal vez él podría hacerte compañía mientras yo no estoy" Sugirió el castaño mientras dibujaba círculos imaginarios en la palma de su mejor amiga.
"Tal vez."

Louis corría despavorido por el hospital, moría de ganas por ver como su madre curaba a su nueva amiga. Cara estaría muy feliz en cuanto se quitara esos tubos, sin ellos y fuera del hospital, ambos podrían salir a jugar a diferentes lugares, la idea llenó de emoción a Louis. Se adentró en el elevador y presionó el número 2, podía ir por su juego de acuarelas para pintar algo para su nueva amiga, tal vez un lindo atardecer o unas lindas flores. En cuanto la puerta del elevador se abrió Louis trató de salir a toda prisa, chocando con alguien mucho mas grande que él.
"Oops" Dijo el pequeño mientras sobaba su nariz.
"Hola" respondió el más grande mientras soltaba una ligera risa.
"Debería fijarse por donde va señor" dijo Louis alzando la vista por primera vez, aquel extraño tenía el cabello largo y rizado de un color chocolate, sus labios eran delgados y finos, sus ojos, Dios, Louis nunca había visto un par de ojos tan bonitos en su vida, eran de un color esmeralda hermoso. Si, Louis se hubiera quedado horas admirando los ojos de la persona que tenía frente a él, si no hubiera sido porque las puertas del elevador se cerraron, golpeandolo justo en la cara.
"Ouch" dijo este sobando los costados de su cara, el extraño soltó otra risa, provocando que Louis lo mirara mal, decidió caminar lejos del extraño, tenía que encontrar a su madre y no podía perder el tiempo.

Harry vio cómo el pequeño de ojos azules caminaba enfadado lejos de él, por Dios, había sido graciosa la manera en la que el elevador se cerró ¿No? Decidió no tomarle mucha importancia y seguir su camino, se adentró en el elevador y presionó el número 4. Había logrado infiltrarse en el hospital, tuvo que pagar una gran suma de dinero para que el director de este lo dejara quedarse, pero a Harry el dinero era lo que menos le preocupaba. Caminó por el extenso pasillo hasta llegar a la habitación que buscaba, una vez ahí dio unos cuantos golpes a la puerta.
"Hola, ¿Señorita Delevingne?" Dijo y la chica rubia asintió, un chico castaño la acompañaba, deben ser pareja, pensó de inmediato. "Soy el Doctor Harry Styles, estaré al pendiente de su salud. Te prometo que tu novia mejorará" Miró al castaño regalandole una sonrisa de apoyo, este tenía una mueca divertida en su cara.
"Ella no es mi novia, es mi amiga" Harry se sintió avergonzado y al instante se disculpó.
"Bien, vendré mañana por la mañana a revisar que todo vaya bien, hasta luego" dijo para después salir de ahí, todo iba bien, había visto a su primer paciente del día. El reloj marcaba las 5 lo cuál significaba que era hora de ir a comer, no tenía mucha hambre así que decidió ir a su casa y regresar cuando la comida terminara.
Saludo a su vecina, antes de entrar a su casa y cerrar con llave, subió hasta su habitación y abrió su computador, había pasado un mes y en Londres aún lamentaban su perdida. Vio una fotografía de su famila en su supuesto funeral y no pudo evitar soltar una sonrisa triste.
"Era lo mejor" dijo para si mismo mientras sacaba un cigarrillo de su cajetilla, debía dejar de lamentarse por su vieja vida si quería disfrutar la nueva sin problemas.

"Mamá vamos, debes ver a Cara" Dijo Louis mientras jaloneaba a su madre por el pasillo, algunas personas se reían de la escena mientras que la madre del muchacho apenas y podía caminar sin tropezarse, Johannah amaba a su hijo, aun que a veces fuera un dolor de culo.
"Louis, amor, harás que me caiga" dijo mientras se soltaba del agarre de su hijo, caminaron hasta la habitación 412 mientras el pequeño le contaba de sus dos nuevos amigos. Estaba feliz de ver a Louis tan entusiasmado, aunque su hijo siempre era así, le gustaba que esta vez fueran personas las causantes de su entusiasmo. Al llegar a la habitación Louis entró casi corriendo, sin molestarse en tocar la puerta.

"Mira Cara, traje a mi mamá y mis acuarelas para pintar algo" Johannah le regalo una sonrisa a la nueva amiga de su hijo, sonrisa que la rubia correspondió.
"Esto es genial Lewis" Dijo esta mientras tomaba un paquete de acuarelas y las inspeccionaba, Louis hizo una mueca rara al escuchar como la chica lo había llamado hace un momento.
"Hey, mi nombre no es Lewis es Louis" Respondió el ojiazul mientras se cruzaba de brazos, Cara río ante la acción del pequeño.
"Mamá, Cara pronto estará bien ¿Verdad?"
Johannah, quién se encontraba revisando la bolsa de suero de la chica, le dio a su hijo una mirada tranquilizadora. No podía mentirle sobre el estado de la chica, ya que, esta tenía un gran cuadro de cáncer, sólo podía darle palabras de aliento.
"Con un buen tratamiento y los medicamentos adecuados, Cara estará fuera de aqui para tu fiesta de cumpleaños" El ojiazul brinco emocionado, al fin podría tener una fiesta de cumpleaños con amigos.
Luego de un rato Louis tuvo que abandonar la habitación de la rubia, la hora de visitas había terminado, sólo faltaban algunas horas para poder ir a casa con Gemma. El castaño se encontraba debajo del escritorio de su madre pintando aquellos ojos color esmeralda que tanto le habían gustado, Louis amaba pintar, sin embargo, sólo se dedicaba a plasmar en el papel los paisajes más bonitos, en este caso, un par de ojos verdes.
"Disculpe, ¿Sería tan amable de indicarme dónde queda el checador?" Preguntó una voz grave, el castaño estaba seguro de que era una voz muy profunda, debía pertenecer a alguien muy importante.
"Claro, este queda junto el área de urgencias, hay una puerta grande con un letrero de sólo personal autorizado, ahí es." contestó la mujer de mediana edad mientras le regalaba una sonrisa coqueta al muchacho. "Eres nuevo por aquí, ¿Cierto?"
"Oh sí, yo uhm, acabo de mudarme hace un par de meses" respondió el rizado mientras se removia de manera incómoda. Johannah quería saber más de aquel hombre tan fascinante, sin embargo, fue cortada rápidamente por este. "muchas gracias por su ayuda, pero debo irme"
La mujer miró como el ojiverde se alejaba con pasos presurosos hacia la salida, soltó un suspiro como si de una colegiala enamorada se tratara
"Louis, creo que estoy enamorada"

Doctor Harry| l.sNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ