-¿Pero por qué?- pregunté algo exaltada- no necesito ayuda de nadie, menos de alguien que lo cree saber todo ¿Crees que soy solo registros? ¿Que mi problema es algo que un tonto estudió y yo puedo buscarlo en internet? Oh vamos Margaret.- eso fue lo más largo que dije en todo el día. Furiosa me limité a ir a mi habitación dando largas zancadas, buscando la forma de llegar lo más rápido posible sin toparme con nada.

Ya echada en mi cama, miré el techo. Necesitaba escuchar música a todo volumen, pues por algún sentido, la música es lo único que me quita del mundo al cerrar los ojos, transmitiéndome sensaciones inexcplicables. Y luego a todo volumen comenzó a sonar When I'm gone de eminem. Mi corazón latía al ritmo de la canción, la música era mi única compañera. Estoy sola en esa vida. Esa es mi historia, no soy normal, no soy como todos los adolescentes, yo me limito a huir de las conversaciones, mi habitación no tiene fotos, solo eran estantes con libros, muchos libros desordenados, otra de mis salidas eran los libros, donde por un segundo me sentía otra persona, otra vida... pero claro, luego cierro ese libro, me miro al espejo y me doy cuenta de que no tengo nada en qué pensar sobre mi.

Estaba muy cansada, necesitaba dormir un poco... Sin limitarme a moverme para apagar la música, cerré mis ojos donde me dormí sin problema alguno.

Eran las 6:00 AM, estaba revolviéndome en mi cama, me había dormido muy temprano y ahora debía buscar una manera de entretenerme. Pues como siempre en las mañanas que me levanto temprano, no hago nada más que salir por el pueblo.

Al llegar, deje mi bicicleta donde la dejaba habitualmente atada a un poste a unas cuadras del instituto para que no me la roben, llenen de papel o la tiren al suelo como ya ah pasado.
E aquí, otra vez a entrar en esos pasillos, de piso de baldosa con paredes de casilleros de color azul. Al entrar evitaba las miradas, al principio, algunos me miraban y se reían de mi pinta, algunos intentaban charlar conmigo pero siempre me ponía a balbucear o los trataba mal, así que, ahora ya ni me miran... Solo soy  la chica del salón. Pues, soy todo lo contrario a Valerie Stomphson. Ella es Valerie Stomphson y yo soy solo Lisa. Valerie Stomphson es solo una tonta que se cree la reina del mundo por 1) tener dinero 2) tener unas piernas extremadamente sensuales (además de sus pechos, piernas, trasero, ojos, labios y creo que hasta uñas) 3)por ser Valerie. Tonta Valerie que me arrebata todo.

Iba caminando por el pasillo de camino a mi casillero para tomar mis cuadernos, pero en eso pasan dos chicas a mi lado y me empujan contra otro casillero. Una quitó mis auriculares...

-hola tonta- dijo esa pelirroja que tanto odiaba, Valerie. Pues, ella y yo siempre fuimos enemigas, a decir verdad, no hay razón alguna más que nunca hubo buena vibra. A ella le gusta molestarme, a mi me molesta, y ella gana.

-¿Qué mierda quieres perra?- dije muy enojada pegando mi cabeza al csillero para que sus labios con aroma a frutilla se mantengan lejos de mi.

-¿perra? ¿Yo?- dijo como desentendida- aquí la única perra eres tu- dijo golpeando mi estomago y alejándose de mí. Cuando se fue, el timbre sonó. Yo seguía contra ese casillero. Siempre era lo mismo, me lastimaban cuando querían, como querían. A veces pienso que si, necesito ayuda pero luego me limito a que no... Yo soy quien quiero, no lo que ellos quieran.

Esa mañana la clase fue muy rápida, pues era historia, 2da guerra mundial y cosas que cualquiera sabe... A veces pienso en esas cosas, pienso en que antes hubo un pasado, donde la gente luchaba y peleaba, y ahora me veo a mi, sentada en un salón de clases.
¿Cómo llegó la sociedad a esto?
Ya que había salido antes, pensé en ir a visitar a mi madre, ya que el psicólogo era a las 17:00 PM y faltaba media hora. Tome mi bicicleta rumbo al hospital psiquiátrico. Cuando yo era pequeña ella era extraña, a veces era buena, a veces mala... sobre todo cuando cuando mi padre no estaba, sin razón alguna, luego de que mi padre nos dejó por otra mujer, ella no volvió a hablarme, se volvió loca, me golpeaba fuerte, me rompía la ropa, me encerraba en el baño y pues se volvió una loca con todas las letras. Siempre quise que quien se haya ido, sea ella y no papá, él hacía de mi vida una maravilla, siempre que íbamos por la calle, me decía que podría saltar bien alto, y yo saltaba, sentía que mis pies no tocaban el suelo por horas, pero claro, en realidad, él me levantaba con su brazo.

Help n.h(editando)Where stories live. Discover now