No hay estrellas en el cielo. El cielo está de luto.
Cada promesa rota, cada lagrima que rueda sobre aquellas mejillas,
mejillas que se encontraban en su resguardo
las han llevado al suicidio.
No hay estrellas en el cielo. El cielo está de luto.
Aquellas pequeñas confidentes se han sentido presionadas,
algunas se han sumergido en su miedo y han decidió no salir
pues temen al "amor" de papel y mentiras descontroladas.
No me pidan comprensión, pues hay que darle razón a su paranoia
si a cada paso malintencionado, cada juramento en vano
que se toma dando como aval su presencia,
es una condena a su muerte segura.
No hay estrellas en el cielo. El cielo está de luto.
Sus esperanzas de aquel recuerdo
en el que eran testigas de palabras significativas;
donde amor significaba par y no un sentimiento no correspondido.
No hay estrellas en el cielo. El cielo está de luto.
El cielo espera llenarse de ellas y revivir la magia que un día se perdió.
Nos pide a gritos una segunda oportunidad
por dar sentido a aquellas poesías donde se es reflejado el amor como algo puro y verdadero.
No hay estrellas en el cielo. El cielo está de luto y yo con él.
Espero con ansias su parte de fénix y tener sobre mí un millón de luces
que me arropen con su magia, que nos llenen de su luz
y alumbren el paradisíaco futuro donde las sonrisas sean el motor de aquello tan bello
dueño de las mil y una emociones... lo que nos cambia el sentido de vivir.
