Prólogo: El Antro

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El hedor a cigarrillo ya es insoportable. La música está a todo volumen. Mi cabeza, a punto de explotar. Todos bailan como si mañana fuera el fin del mundo. Desearía estar en casa...


"Recuerda que te escapaste, no seas débil, ellos ya no te quieren" - Me dijo mi conciencia.


Los tristes recuerdos azotaban a mi cerebro de manera descontrolada. Toda mi infancia he vivido con problemas familiares, soy hija única y prácticamente un error. Mi madre me tuvo a los quince, mi padre no se hizo cargo. Mis abuelos ayudaron a mi madre y a su embarazo no deseado, me brindaron educación. Hasta que murieron. Mi madre le vino la depresión y se sumó al mundo de las drogas, de mi padre todo sobre él me vale una mierda. Ella cambió, me golpeaba y me gritaba. Estaba harta de esa rutina diaria, así que me fugué. Entré en hambre, no tenía ni dinero ni ropa. ¿Mi solución? Ir a un antro y hacer lo que me apetezca.


-¿Barbara? El jefe te espera en su oficina.- me dice mi amiga y compañera, Jane.


-En un minuto estoy ahí.- luego de eso ella se esparció junto a la multitud.


Mientras que yo tenía que pasar apretada junto a la abundante gente que se encontraba en el lugar. Todos me quedaban mirando o me tocaban alguna parte del cuerpo, no me importaba además estaba en mi contrato que no debía responder de manera alterada a las necesidades de los clientes-a menos que ellos quisieran-. Entro a la oficina, en donde en una silla refinada se encuentra James Buckett.


-Señorita Blair, que gusto tenerla por aquí.- Elegante era la palabra que lo define. Tiene unos treinta años, pero se ve de veinticinco, a pesar de ser mi jefe, es un amigo y la persona con quien perdí la virginidad.


-James. ¿Qué necesita? - doy una de mis mejores sonrisas.


-Debo decirte que Jane tiene un excelente gusto para la lancería y ropa, estás exquisita.- en eso se muerde el labio. Sé exactamente lo que está pensando, sexo. No soy una adicta, pero es algo que me gusta hacer. Me miro y veo el vestido que tengo. Es negro, algo transparente. Mi ropa interior igualmente del mismo color. Soy delgada, aunque no soy alta. De cabello castaño ondulado y de ojos grisáceos.- Ven aquí.- señala una de sus piernas y obedezco, me empieza a tocar mis muslos.- ¿Sabes lo que quiero, no? - En vez de responder gimo levemente.- Así me gusta.


Me coloco encima de él, me empieza a agarrar con ambas manos mi trasero, sin piedad lo beso lenta y apasionadamente, haciendo que se excite. Coloco mis manos en mi vestido que tiene cierre sobre mis pechos. Me separo de él, contemplo sus labios que están hinchados de tanto besuqueo. Lentamente, estiro mi espalda para que mis "tesoros" se vuelvan más grandes, me empiezo a sacar el cierre, gimiendo. Puedo sentirlo... está excitado, su miembro me lo demuestra todo.


-Déjame a mí.- dice y me ayuda a sacarme el vestido, coloco mis pechos en su rostro.- El negro te favorece definitivamente.- dicho esto me pone sus manos en mi cintura aferrándose a mi cuerpo. Le saco la camisa y luego la lanzo al piso. Me pongo en acción y le beso, lamo y muerdo todo su abdomen.- Es por eso que eres una de mis favoritas, Barbara.- me coloco en cuclillas, cojo una de sus manos, el pulgar específicamente y me lo meto a la boca, lo succiono. Puede que tenga una mente bastante sucia, pero es por eso que soy a la que mejor pagan. Voy lento y suave, luego me pongo salvaje y hago sonidos sexuales haciendo que él gima conmigo y coloque la cabeza hacia atrás como signo de satisfacción. Me doy media vuelta en la misma posición, mi trasero y sus pies están pegados, subo lentamente, hasta llegar a su miembro, me enderezo y empiezo a mover mi cadera en su pene, como un baile erótico. Coloco mi cabeza en uno de sus hombros, la giro un poco y empiezo a morderle el lóbulo de la oreja. Sin piedad me empuja a la pared, se acerca brutalmente sacándose los pantalones, quedando el bóxer. Apega nuestros cuerpos y da saltitos para que lo sienta. Gimo como loca. Todavía recuerdo la vez que perdí mi virginidad, le dije que la tenía grande. Literalmente no él no podía entrar en mí. Esa noche fue tocar el cielo.

BackStage {Justin Bieber HOT}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora