Cap.- 2

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"Yui"


YUI.-podía mirar gente a mi alrededor, pero no distinguirlas, después solo miraba paredes negras las cuales se tiñeron de blancas y después de eso simplemente mi mente se derrumbó.

-YUI MALDITA SEA DESPIERTA.-abrí mis ojos pero los cerré al instante ya que la luz del sol me cegó así que tomando de nuevo la sabana que antes me habían quitado volví a cubrirme hasta la cabeza.

-Déjame dormir.-grite cuando una vez más mi sabana había sido jalada y aferrándome a ella no la solté hasta que la otra persona me dejo en paz, pero es que como no seguir durmiendo cuando estaba tan cansada y peor aún como no estarlo cuando la noche anterior me había ido de fiesta, pero claro para mi desgracia mi sueño fue de nuevo esfumado cuando una vez más mi sabana fue jalada y esta vez sí me despojaron de ella.

-Mierda Yui, el maldito despertador ha sonado casi por una hora, y tu madre es la tercera vez que llama, el vuelo sale a las 12:00 y si no mueves el trasero ahora mismo lo perderás.-y solo con escuchar eso mi sueño se esfumo y salí de la cama corriendo para después entrar al baño ya que era cierto, y hoy regresaba a mi casa.

-MIERDA YUKI PORQUE NO ME DESPERTASTE.-grite desde el baño y solo dándome un baño rápido ya que suponía era demasiado tarde para uno largo como debidamente lo debía haber tomado me apure, pero claro eso hubiese pasado si hubiera despertado temprano, así que después de tomar una toalla y enredándola en mi cuerpo desnudo salí.

-O si ahora cúlpame a mi.-tome unos pantalones y una blusa blanca además de ropa interior y entrando de nuevo al baño para vestirme lo que menos necesitaba ahora mismo era un gran conjunto cuando estaba tarde para mi vuelo.-Mejor piénsate que si no te hubieras ido de fiesta anoche, y tomado como una autentica alcohólica ahora mismo estarías lista y no echándome la culpa a mi.-y mierda que con solo recordar lo dicho por Yuki podía sentir mi cabeza no tardaría en explotar por la gran resaca que sentía pero negándome a vomitar y hacer que perdiera mi vuelo salí del baño ya lista y mirando a Yuki mi mejor amiga desde que me había mudado a Nueva York.

Pero por lo menos la muy tonta era de ayuda y ya con la cama echa y recostada en ella solo me miraba mientras que yo recogiendo mi cabello en un moño alto deje de lado el maquillaje porque no habia tiempo, tome el desodorante y perfume porque tampoco queria apestar en el largó viaje que me esperaba y preparada para salir solo antes mire a mi amiga que por años me habia acompañado.

Yuki era una chica hermosa, castaña, piel clara, ojos cafés la mejor amiga que me pude conseguir, entonces solo por eso nuestra despedida sería tan dolorosa, kami que no sabía que sería de mi sin ella a mi lado pero era hora de que nuestra despedida y valla que dolia.

-Pero sabes ahora que recuerdo tú fuiste la que me convenció de irme de fiesta la noche anterior, además de que fuiste tú la que me convenció de hacer una competencia para saber quién podría beber más, y si mal no recuerdo también fuiste tú la que gano reina de las alcohólicas.-y es que así era y solo mirándola sacarme la lengua se levantó.

-Ok, total mente culpable, y tranquila porque aún es temprano pecas.-y vamos que esta vez sí se había pasado porque girando a mirar mi reloj este indicaba que eran las 9:00 a.m. y mientras yo casi me moría del susto por pensar que era tarde la muy tonta de Yuki solo sonreía.-Vamos pecas no te molestes, y digamos que esta es mi última broma antes de que me abandones.-y es que no aprendía después de años porque Yuki y sus bromas siempre me hacían caer y solo tomando una almohada se la lance mientras que ella reía y así golpeándonos por un rato con las esponjosas armas fue nuestra ultima pelea ante de cansarnos y yendo a la sala estaba lista para marcharme.

-Te voy a extrañas Yui.-y mire a Yuki porque yo también lo haría y abrazándola estaba triste por marcharme pero también extrañando a mi familia sabía que era momento de regresar con ellos aunque mis amigos siempre me preguntaba de como lo hacia si apenas y los conocía, y tal vez así era porque después de 9 años sin estar a su lado era lo más natural de pensar, pero es que no teniendo opción al alejarme de mi familia solo mis padres habían tomado esa decisión cuando yo solo siendo una niña me había enfermado y viajando a Nueva York aquí había tenido la medicación para mi salud, entonces los días se habían combertido en meces después en años y bueno al final 9 años habían transcurridos.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora