capítulo 29

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Katniss

¿Saben? Nunca creí llegar tan lejos, si hace unos años me hubieran dicho que estaría embarazada y entusiasmada por ello, no lo hubiera creído.

Estaba muy entusiasmada por poder sostenerla en mis brazos, arrullarla, verla dar sus primeros pasos, oírla decirme mamá. Aquella bebé significó, en un punto, el fin de un ciclo de terror que había vivido en los juegos, allí, con su llegada, todo eso se esfumaría y sólo quedaría mi familia, tal y como debía ser.

Peeta no podía ocultar su emoción, siempre quiso que tuviéramos una familia juntos, y al enterarse de que teníamos un bebé en camino no hizo más que mostrar cuán feliz se sentía. Ahora puedo escuchar sus sollozos, los cuales trata de ocultar, que son a causa de la pérdida del ser más puro y hermoso que pudo haber pasado por nuestras lúgubres vidas.

Aquella bebé era la única salida a la realidad que nos quedaba.

Ahora estoy aquí, acariciando el lugar en el que solía guardar su vida, lamentándome por no haber sido más cuidadosa, maldiciendo a Cashmere por haber matado a mi bebé.

- lo siento - me dice Peeta con la voz quebrada.

- no ha sido tu culpa - me acerco un poco y limpio las lágrimas en sus mejillas - ha sido toda mía y de mis malditos descuidos.

- no ha..

Peeta es interrumpido por unos gritos provenientes de la selva, los cuales reconozco al instante.

- ¡Katniss! ¡Katniss! - de la nada escucho a Prim gritando mi nombre.

Volteo hacia todos lados, buscando la dirección en la que se encuentra mi hermana.

- ¡Katniss! ¡Ayuda!

Los gritos provienen de un claro atrás, en el bosque.

- debo ir.

- no - la voz de Peeta se quiebra un poco más - te harás dañ..

Lo miro fijamente a los ojos, antes de decir - permití que me arrebatarán a mi bebé, no perderé también a mi hermana.

Dicho esto, él simplemente me suelta.

Corro lo más rápido que puedo, mientras limpio las lágrimas que caen aún por mis mejillas y sostengo el arco lo más fuerte que la deshidratación, el hambre,el llanto desgarrador y la pesadez gracias a mi bebé hace poco perdida me lo permiten.

De repente me encuentro en un claro, de donde los gritos parecen provenir. En las copas de los árboles puedo escuchar a Prim suplicarme ayuda.

- ¡Prim!, ¡¿dónde estás?! - grito como puedo.

Los gritos se mueven por todo el claro, casi como un ave que revolotea..

...

¡UN AVE!

Puedo notarlo, es un charlajo, el cual grita mi nombre, suplicando ayuda.

No tardo mucho en atravesarlo con una flecha.

Segundos después, Finnick está en el claro, alegándome por haber huido de esa manera.

-¿cómo te sientes? - pregunta.

Creo que puede notar el dolor de mi mirada, ya que retracta su pregunta con la suya, aun así decido responderle.

_ acabo de perder un bebé, Finnick, - acaricio mi vientre por un pequeño instante - ¿cómo crees que me siento?

- lo siento, yo no quería..

- ¡Finnick! - éste es interrumpido por otro Charlajo, el cual revolotea sobre él clamando ayuda.

Sólo eran juegos (En llamas)Where stories live. Discover now