Es un cuarto como en el que esta anteriormente pero más pequeño, hay figuras de madera sobre repisas y muebles tallados meticulosamente a mano. Se detiene delante de una gran pintura enmarcada.

Me paro a su lado para mirar mejor, suspiramos al mismo tiempo al ver quien está allí.

La pintura es hermosa, esta él sentado en lo que parece ser un trono con su cabello largo; vestido de cuero marrón, con su inseparable espada a su lado y sus hermosos ojos ámbar mirando hacia nosotras.

-Ewan.- apoya una mano sobre el lienzo- Soñé con ser tu esposa desde el día que te vi cabalgando por las tierras de mi familia cuando solo teníamos catorce años, supe que ambos debíamos estar juntos.- sus lágrimas comienzan a caer igual que las mías- ¡Maldita sea el destino!.- apoya su frente en la pintura llorando más fuerte que antes- Yo te amé como a ninguna persona Ewan, soñé con darte muchos hijos y hacerte el hombre más feliz del mundo. Cuando moriste yo morí contigo mi amor.- se separa para mirar el retrato y sonríe- Te vengue mi amor, mate al animal que se atrevió a arrebatarte de mi vida. Espérame amor mío, espérame en la otra vida.

Acaricia el rostro de Ewan y camina sonriendo hacia la cama, se mete dentro de ella y se acomoda para dormir.

-Pronto estaremos juntos.- dice sonriendo.

Despierto por el palpitante dolor de cabeza que tengo y la fuerte lluvia que cae afuera, mi boca esta seca y pastosa como si estuviera comiendo algodón. Abro los ojos y tardo en enfocar la vista. Mí aturdida mente tarda en procesar que ya no estoy en casa, aquí hace frio y esta oscuro; y más importante aún: estoy atada a una silla.

Miro a mí alrededor y me parece que estoy en una especie de bodega o algo por el estilo, las pequeñas ventanas que están casi rosando el techo se iluminan débilmente con la claridad del día. Huele a humedad y hace frio.

¿No estamos a pleno verano?...

Muevo mis manos y ciento el escozor de la cuerdas que me las sujetan apretadamente, mis piernas también están atadas a las patas de la silla; esto parece una muy mala película de la mafia o algo por el estilo.

Un ruido se oye a mis espaldas haciéndome sobresaltar, unos pasos se acercan a mí y aparece la última persona a la que esperaba ver.

-¿Tamila?.

-¡Por fin despertó la señorita!.- sonríe esplendida como siempre.

-¿Qué está pasando?, esto no es divertido.- forcejeo un poco más pero es inútil.

-No es una broma estúpida, esto es el comienzo de tu final querida Vanellope.

-Oye, si tienes pensado dedicarte a la actuación déjame decirte que morirás de hambre.- respondo.

-Vamos a ver Van,- dice mi nombre riendo- ¿Quién de las dos está atada a una silla?.

-¿A ti de pequeña te golpearon en la cabeza o algo por el estilo?.- muevo mis manos un poco más tratando de desatarme pero es inútil- Ya no es gracioso, desátame.

-Nop, yo solo vengo a comprobar que el suero este lleno.

-¿Suero?.- miro a mi lado y veo un tubito que sale desde mi brazo hasta una bolsa de suero que esta por la mitad.

-Sip, Rob no quería que murieras deshidratada así que te puso esto.- revisa el gotero tarareando como si fuera cosa común lo que hace- ¿Sabes lo molesta que eres cuando estas drogada?, juro que casi te pongo cinta adhesiva en la boca para que te callaras y dejaras de llamar a ese fortachón bien bueno que tienes escondido.

Se para al frente de mí y me sonríe.

-A quien por cierto tengo planeado buscar cuando todo esto haya terminado, pero no se lo cuentes a Rob.- me guiña un ojo y se aleja riendo.

Sweet spell.Where stories live. Discover now