Michael y Calum eran amigos. Mejores amigos. Juntos la pasaban muy bien, se entendían perfectamente.
Cada vez que estaban juntos, Michael sentía que era transportado a otro lugar. A un lugar donde sólo existían Calum y él.
Michael siempre había sentido algo más que amistad en respecto al otro chico. Finalmente, con el tiempo, pudo darse cuenta de que se había enamorado de él.
Él solía sentirse solo antes de conocer a Calum. Las noches eran su peor pesadilla, hasta que se conocieron. Desde ese momento, aunque no estuvieran juntos, él lo sentía cerca. De hecho, él sentía que iban juntos a su mundo.
Con el paso del tiempo, comenzaron a pelear constantemente. Se decían cosas horribles el uno al otro. Pero, muy en el fondo, Michael quería que Calum le dijera que estaba mal por todo esto, que no podía dormir en las noches por los constantes enfrentamientos verbales.
Sin embargo, todo pareció derrumbarse dentro suyo al oír sus palabras.
-Por favor, Michael. No podemos seguir así -hizo una pausa y se miraron a los ojos-. Si volvemos a vernos, ni siquiera me saludes. No me hables más, por favor.
Los días pasaron y el deseo de Michael se cumplió, sólo que nunca lo supo. Calum ya no dormía bien, necesitaba a Michael y no le daba vergüenza admitirlo.
Michael, por su parte, comenzó a recurrir al alcohol para eliminar temporalmente sus problemas.
Calum no pudo evitarlo: necesitaba aclarar su mente y eso implicaba hablar con Michael.
Todo pasó muy rápido. Michael estaba por cruzar la calle y cuando vio a Calum, le sonrió y se distrajo. Ninguno vio aquel auto que se dirigía hacia el muchacho de pelo verde.
Calum sólo pudo gritar su nombre, deseando que él hubiera estado en el lugar de Michael, o que simplemente, todo fuera un sueño.
Pero no lo era.
Llamó a la ambulancia y cuando llegó, de subió para poder acompañarlo en todo momento. Una vez dentro, sólo podía pensar las mismas palabras una y otra vez.
No te vayas, Michael. Quedate. Sólo quedate.
En todo el camino, en ningún momento soltó su mano. Cuando llegaron, vio cómo se llevaban a Michael y le impedían ir con él.
Al cabo de un rato, el médico vino y le comunicó el estado del accidentado a Calum. Él asintió y se sentó en la sala de espera.
Comenzó a recordar los momentos vividos entre ellos dos. Las risas, los llantos, todo. Cuando reían a carcajadas frente al televisor, en el sofá de su madre; las largas llamadas a altas horas de la noche; todos y cada uno de sus abrazos, llenos de amor. Y por último, su beso. La razón de sus continuas peleas. Michael negando sus sentimientos y Calum tratando de ignorarlos. Desearía poder volver el tiempo atrás y poder estar juntos.
Las lágrimas caían por sus mejillas sin poder creer que su mejor amigo, su primer beso, su primer amor... Se había ido para siempre.
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Demasiado corto hasta para ser One Shot, lo sé. Pero me gustó cómo quedó y con Lu decidimos subirlo.
Basado en la canción Stay de Mayday Parade (Multimedia)
-Mike
