Atracción física

Capítulo 19: La noche más esperada

—Yo contigo, siempre. No sé tú —intento molestarlo.

—Por supuesto que sí —se ríe —¿No te acuerdas de mis indirectas muy directas?

—¡Uf! Como olvidarme de un cavernícola como tú —sonrío.

—Luego de esta noche, no podrás olvidarme —dice lo último y arranca el coche.

<< Lo sé, será una noche para recordar >> pienso emocionada, mientras veo el paisaje.

Al llegar, Ronny toma mi mano y subimos a su departamento. La primera vez que estuve aquí, lloraba por conseguir el amor y me había tomado un montón de copas. Ronny me recostó en su cama y no me tocó ni un pelo ese día. Ahora vuelvo a estar en su cama y tengo el amor que tanto deseaba, el amor del mismo chico que fue tan gentil aquella noche. Pero esta vez, seré feliz, muy feliz.

—Alisha... —susurra en mi oído y me da pequeños besos en el rostro —te amo.

—Yo... yo también... te amo... —me ha costado, pero lo dije.

Lo beso y el corresponde muy dulcemente. Su mano baja por mi cintura hasta llegar a mis caderas, pasa por debajo de mi pollera y me acaricia la cola. Yo meto mi mano bajo su remera y toco ese torso bien formado.

¡Wow! Que músculos.

—¿Haces mucho ejercicio? —sonrío de una forma pícara.

—Sólo planeo hacer mucho ejercicio contigo —me inclina y me saca mi remera, dejando expuesto mi sostén rojo —¿Estabas preparada? —levanta una ceja al ver mi corpiño nuevo. Casi sin usar, lo dejo para estas ocasiones especiales.

—Te dije que estaba segura —hago lo mismo con su remera y al fin puedo ver su torso tonificado —eso sí que es una obra de arte —me muerdo el labio inferior.

—No es justo, yo también quiero ver —se acerca más a mi y me abraza, pero sin previo aviso desabrocha el corpiño y lo tira fuera de la cama —ahora sí estamos iguales.

Siento como mis pezones se endurecen y frunzo el ceño.

—Eso no vale, las mujeres tenemos más partes, así que no es justo —cubro mis pechos con mis manos.

—Hey no seas mala —sonríe y se me acerca —dejame jugar —me atrae hacia él agarrando mi cintura, pero posiciona su cabeza sobre mi busto, besa el medio mientras sigo cubriendo los costados, aunque luego cedo y lame el derecho.

—¡Ah, Ronny! —exclamo nerviosa.

Puedo sentir su tacto, su lengua húmeda en mi piel, noto como me estremezco al contacto y veo cómo él se emociona al igual que yo.

—Alisha... —vuelve a llamarme y a besarme.

Me acaricia tanto como yo a él, nuestros sentimientos son mutuos y se sienten con solo tocarnos. No necesitamos más palabras y Ronny se deshace de mi prenda íntima restante.

—Permiso —exclama sonriendo y su lengua juega dentro de mí sin ningún pudor.

Mi espalda se enarca y se escuchan mis gemidos en la habitación. Estoy en el cielo, el cielo del placer.

—Ro... Ronny... Ah...

Escucho un plástico y lo percibo se ha puesto el preservativo. No quiero ponerme a pensar pero, Mark jamás ha usado uno, ha sido tan desconsiderado.

Ronny se detiene.

—¿Sucede algo? —se ha dado cuenta.

—Sólo pensaba —hago una pausa —que eres muy atento y no solo piensas en ti —le sonrío.

—Hago el intento —se ríe y luego se acerca —me preocupo por ti —me besa —y eso es porque te amo.

Mi corazón se emociona por sus palabras y quedo paralizada. Sin embargo mi quietud no dura mucho, ya que Ronny comienza a actuar y se introduce en mi entrada.

—¡Ah! —siento su órgano viril penetrarme de una manera sutil pero ardiente a la vez —Ha... hace calor.

—Lo sé... —dice sonrojado y comienza a moverse dentro de mí.

Ambos gemimos al mismo tiempo, en un vaivén de sensaciones. No puedo evitarlo, esto es la gloria. Mis piernas tiemblan y luego se agarran a la cintura de Ronny, mientras empuja y nuestros sentidos se complementan.

—A... Alisha... —puedo verlo sonrojarse y sentir como se corre, me besa en diferentes partes de mi cuerpo y yo hago lo mismo mientras nos movemos —per... permiso... —vuelve a decir y se separa de mí para darme vuelta, cambiando la posición.

—¡Ah! —un grito sale de mí y siento como mi flujo cae por mi pierna al yo estar en cuatro, mientras Ronny empuja y masajea mis pechos sin detenerse —Ro... Ronny... ma... más... -- exijo excitada y siento como nuestros fluidos se hunden fundiéndose en uno sólo. Mi mano se agarra fuertemente de la sabana al él obedecer mi pedido para que vaya más rápido —¡Ah, sí...!

El momento se a convertido en mágico, es sólo para nosotros dos, ahora somos sólo uno y nada nos podrá separar.

O eso pensaba hasta que...