Cold || hs [español] ✔

Cinco

Nos quedamos callados pero ella palmaba sus bolsillos una y otra vez lo que me hizo sonreír.

"¡No no no!" Ella susurró. "Dejé mis llaves y mis padres no están en casa." Ella gime. Como un niño, ella cruza los brazos sobre sus pecho y pisa sus pies, llorando. Me preguntaba dónde habrá dejado sus llaves.

Lo que aprendí de "observarla" es que simplemente se despierta, va a la escuela, va a la tienda de café y luego regresa a casa.

"¡¿Eh!? ¡¿A dónde vas?!"

"¿Yo-yo sólo pienso que debemos salir del frío? ¿Cuándo tus padres vuelvan a casa?"

A pesar de que sé la respuesta (tos, 6:00, tos), todavía le pregunto.

"A las seis. A veces, incluso ocho."

"Son sólo las 3:13." Ella continua. "Entonces..." Hice un gesto a mi casa y ella muerde su labio.

No hagas eso Willow, por favor. Por tu bien y sobre todo por el mio.

"Bueno." Ella sonrie levemente. Busca en su bolso y saca una nota adhesiva, escribiendo una nota para explicar su ausencia y luego se dirigió hacia mi casa.

Ella iba a estar en mi casa.

Willow Stone iba a estar en el lugar donde vivo.

La Srta. Stone iba a estar en mi casa.

De cualquier manera que lo pusiera, significaba una cosa:

Willow iba a estar en mi casa.

Abrí la puerta y puso sus bolsas de comestibles a un lado.

Mierda. Se suponía que debía ir de compras para mi propia comida.

¿Y si ella tiene hambre?

¿Puede que tenga algo...?

"Guau." Ella respira. "Me gusta mucho tu casa."

Realmente tú me gustas.

Ella se quita el abrigo y lo coloca en el sofá, sentandose junto a él.

Se queda tranquilo entre nosotros y en el momento justo, Misty entra corriendo. Ella salta en el sofá al lado de Willow y Willow se ríe, cogiéndola y presionando la nariz contra la nariz del gato.

"Hermosa." Exhalo.

"¿Qué?"

"¡¿Qué?! Nada. ¿Qué?"

El real Harry suave.

Ella pone al gato en el suelo y me mira.

Nunca voy a conseguir sacar sus ojos azules de mi cabeza. Especialmente ahora que puedo imaginarlos cerrandose mientras me acerco hacia ella. Sentí que mis pantalones se aprietaron alrededor de mi miembro y tragué saliva, dando las gracias a los cielos que tenía un abrigo que me llegaba a los muslos.

Ella se aclara la garganta y miro hacia arriba.

"Gracias por dejar que me quede." Ella dice en voz baja.

"No es ningún problema."

Era un gran problema para mí. ¡Voy a volverme un tonto delante de ella!

Ella sonrió y miró a la mesa de café.

"¿Quieres ver la televisión?" Pregunto.

Ella asiente, agarrando el mando a distancia en frente de ella y encendiendo la televisión. Ella cambia de canal a Peppa Pig y sonrío mientras ella se centra en el programa.