Capitulo 2

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Cordoba, Argentina, 21 de agosto del 2009.

Acababa de llegar del colegio, fui hasta la cocina y busque unas galletas que había dejado ayer en la alacena y comencé a comérmelas con un vaso de leche.

-¿A qué hora te tengo que llevar a la cancha de la escuela?- me preguntó mi papá después de plantar un beso en mi mejilla.

-En media hora, ya voy a cambiar- contesté terminándome de comer la última galleta.

-Esta bien, me avisas hija- dijo y yo asentí y me levante de la mesa.

Subí hasta mi habitación y comencé a cambiarme rápidamente.
Hoy era el partido al que me había invitado Paulo, obviamente iría, se lo prometí y aparte quería ver qué tal jugaba y lo lindo que se vería haciéndolo.
Me terminé de cambiar y baje enseguida para avisarle a mi papá que ya me podía llevar.
El camino hacia la escuela no fue muy largo, ya que esta quedaba cerca a mi casa.

-Vengo por vos a las siete y media- me señaló antes de que me bajara del auto.

-A las ocho mejor- dije y él negó.

-A las siete- dijo nuevamente.

-Porfa- hice pucheros y el torció los ojos y suspiró.

-Esta bien, a las ocho en punto- contestó y yo asentí sonriendo. Le di un beso en la mejilla y salí del auto.

Entre a la escuela y fui directamente hasta la cancha, ahí me encontré con todas mis amigas, comenzamos a hablar y me di cuenta de que los niños que jugarían ya estaban calentando.
Busqué a Paulo con la mirada y apenas lo vi observé que al parecer el también estaba buscando a alguien, pero no en la cancha si no en las gradas donde estábamos todos sentados. Nuestras miradas se cruzaron y él apenas me vio sonrió, yo le devolví la sonrisa.

-¿A quién le sonreís?- me preguntó Sofía sacándome de mi trance.

-________ se está mandando sonrisas con Paulo- dijo escandalosamente Mariana, una de mis amigas.

-Claro que no- contesté.

-Todas te vimos- dijo Daniela burlona y se rieron.

-Ya cállense que va a empezar el partido- habló Sara y todas asentimos.

El partido comenzó y yo estaba muy entretenida, enserio me gustaba muchísimo el fútbol, y obvio que si el niño que me gusta esta jugando me entretiene más.
El partido iba empatado, 2-2, pero faltando dos minutos para que se acabara, Paulo hizo un gol y todo su equipo corrió a abrazarlo y la gente de las gradas gritaba. Paulo se alejó un poco de todos e hizo la forma de un corazón con sus dedos y luego me señaló a mi, inmediatamente todas mis amigas comenzaron a gritar y saltar por lo que Paulo había hecho, y aunque no lo demostrara, yo estaba muriéndome internamente.

-Adiós amiga- se despidió Sofia una vez que la vinieron a recoger.

-Adiós Sofi- me despedí. Ya me había quedado sola, mi papá aún no llegaba y ya eran más de las ocho.

-Hola- escuche una voz detrás de mí, dos minutos después de que Sofia se fuera.

-Hola- sonreí al ver a Paulo.

Since Always -Paulo Dybala y tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora