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Mirai suspiro mirando la bufanda de Carla, esa cosa era bastante grande y a ella literalmente le cubría todo él rostro. Hizo un leve mohín con sus labios, Carla era alto, demasiado.

Resignada la chica tomo su mochila y se la colgó en el hombro puesto tenia clases y iba bastante tarde ya que se había desvelando dándole pequeños vistazos a las fotos de Carla -Si se le puede llamar pequeños a dos horas-.

- ¡Mirai! - La chica suspiro profundamente, el inconfundible grito de su madre le dejaba en claro que si no se marchaba al instituto en ese mismo instante estaría en problemas.

Haciendo acto de la velocidad que había adquirido al stalkear a Carla -cuando en una ocasión unos lobos la detectaron y tuvo que correr por su vida- Mirai corrió hacia la salida de su casa escuchando de fondo la voz de su madre despidiéndola.

Aun estando fuera no dejo de correr, si disminuía la velocidad llegaría tarde a clases y eso significaba escuchar los reclamos de su madre, por con siguiente recibiría un castigo relacionado con la limpieza en su hogar y la sola idea le daba paja.

- ¡Mesubuta! - Al reconocer la voz y el apodo Mirai disminuyo poco a poco la velocidad mientras observaba como una limusina de detenía junto a ella, segundos después la puerta de esta fue abierta y pudo apreciar a los hermanos Mukami.

- ¡Titan! - Exclamo en cuanto paro en el mas alto de ellos, Yuma, y ante él apodo el aludido soltó un gruñido.

- Sube antes de que cambie de opinión, Mesubuta - Mascullo por lo bajo y Mirai nunca estuvo mas agradecida de haber comenzado a relacionarse con el chico con anterioridad -En realidad ella comenzó a hacerle bullying por su altura y así comenzó su 'amistad'-.

(...)

Mirai se estiro levemente mientras soltaba un pequeño bostezo, finalmente había salido de sus clases de piano y esto era sin duda una cosa que le había estado pareciendo imposible, ya que su tutora se había ensañado en que perfeccionara su técnica y sentía que hasta sus dedos se habían entumecido, solo esperaba que eso no interfiriera en su 'trabajo'.

Tenia tarea, sin embargo sentía la suficiente paja como para dejarla de lado, pero tarde o temprano debería hacerla. Sonrió ante lo que paso por su mente, quizás podría dar una rápida visita a la mansión Tsukinami, eso le daría la suficiente motivación.

- Carla, aquí voy - Murmuro sonriente cambiando el rumbo por el que iba, entretenida palpo su mochila y sonrió conforme al tocar su móvil.

Realmente el camino lo paso entre recuerdos, por ejemplo la primera vez que fue a la mansión de los Tsukinami dispuesta a conseguir buenas fotos; Ese día se había caído del árbol en mas de tres ocasiones y llego a su casa con su pelo lleno de ramas y hojas -además de solo conseguir fotos borrosas o de su pulgar-.

Río levemente ante tal recuerdo, consiente de que probablemente parecía una loca y agradeció que él lugar estuviese desierto, aunque, ¿A quien se le ocurriría ir hasta un lugar tan apartado?. Cierto, a ella.

- Finalmente - Exagero con devoción al apreciar a la mansión a unos metros frente a ella. Siendo lo mas sigilosa posible camino hacia ella pasando su pupila por cada lugar hasta que su mirada paro en un árbol en especifico marcado con una cinta negra, ella había marcado ese árbol porque era el que mejor vista le daba.

Siendo cuidadosa lo trepo, era cierto que antes para ella esa tarea parecía una misión imposible pero luego de un tiempo se fue acostumbrando al punto de que lo podía subir tan fácilmente como si se tratase de respirar, y con ello aplicaba el dicho; la practica hace al maestro.

Mirai casi quiso chillar al ver a Carla sentado en el living entretenido con un libro al que no presto mucha atención, había algo raro en el chico. Si, su bufanda. Estaba tan acostumbrada a verlo con ella que esa imagen de el era nueva para ella.

- Pero no por eso desaprovechare - Entusiasmada saco unas cuantas fotografías, ya con detalles diferentes a las anteriores, aunque ella esperaba que en usase la bufanda que le había hecho, sabia que era mucho pedir.

- Nii-san - En el lugar apareció quien Mirai esperaba algún día fuese su cuñado, Shin miraba serio al albino.

- ¿Que? - Carla en ningún momento despego su mirada del libro en sus manos, Shin sonrió torcidamente.

- Es nuestra oportunidad para buscarla - Informo con una sonrisa, Carla alzo su mirada y asintió desapareciendo del campo de visión de la chica. Confundida Mirai pestañeo un par de veces hasta que nuevamente allí estaba.

Mirai casi se cae del árbol y con su mano acalló la exclamación de sorpresa que quería salir desde lo mas profundo de su ser; Carla estaba usando la bufanda, su bufanda.

Pero eso no fue lo que le emociono, si no también el hecho de que este tomara la bufanda y al alzarla para tapar la mitad de su rostro como solía hacerlo; lo noto sonreír, no una grande, era ese tipo de sonrisa que solo curvaba la comisura de los labios con levedad, pero para ella aquello era mucho y no dudo en sacar fotografías del momento con Zoom.

Y hubiese fangirleado de no ser porque noto como él albino aspiraba con lentitud el aroma de la bufanda y luego se giraba fijando sus ojos en la dirección en la que ella estaba. Entonces Mirai de congeló, ella lo sabia, Carla no era tonto.

El lo sabia.

Stalker |Carla Tsukinami|Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz