Los observo sin decir nada, pero cuando veo a mi esposa salir en ese vestido blanco ajustado no puedo parar de observarla, desde que salimos de casa ha pasado lo mismo, juro que si Dallan no hubiese estado en el asiento trasero del auto la hubiese hecho mía allí mismo. Lleva un moño alto en su cabello y sus labios pintados de ese rojo que muy pocas veces usa, se ve hermosa, profesional, toda una dama, mi dama. Dallan se lanza a sus brazos y le pregunta algo, ella sonríe y no puedo evitar embozar una sonrisa yo también. Daría mi vida y todo lo que poseo por ellos, mi hijo es el regalo más hermoso que me ha dado ella, y ella es el regalo más hermoso que me ha dado la vida. ¿Qué más podía pedir? Los tenia a ellos dos, mis dos pilares que me impulsaban a salir adelante cada día, que me ayudaban a ser una mejor persona, un mejor padre.

Años atrás pensaba que mi futuro seria oscuro, drogas, alcohol y mujeres. Quería perderme en los excesos para hacerle daño a mi familia, estaba tan equivocado, errado, sin saber que el daño me lo haría a mí.

Pero ella llego y lo cambio todo, con su cabello desordenado y sus grandes ojos me mareo y me metió en un mundo que desconocía por completo, un buen mundo, por el que tuvimos que luchar, pero valió la pena pelear por ella, por esto, y lo haría una y mil veces nuevamente.

Solo por tenerlos a ellos a mi lado, a mis luces que me guían en la oscuridad.


Narra Alana:

—La cena esta lista —Anuncio a todos, por lo que se dirigen a la mesa. Cada uno toma su lugar, al lado de la persona que quiere tener a su lado — ¿Por qué me mirabas de esa forma? —Pregunto a Ian.

Pude ver como nos observaba a mi y a Dallan, esa mirada dulce que nos da todos los días, pero de un momento a otro su ceño se frunció y me preocupo. No quiero que nada le preocupe.

—No era nada, amor. —Dice — ¿Dónde esta Dallan?

— ¡Aquí estoy, Papá! —Dice Dallan desde su lado izquierdo, casi quise reír cuando se sobresalto un poco.

—Quédate a mi lado, Pequeño —Dice.

Comenzamos a cenar y reíamos por lo que algunos decían, Tiffany nos acompaña ya que sus padres se fueron a Francia, esta con su novio y se le ve muy feliz, a diferencia de antes, ahora somos un poco mas unidas, su actual novio la ha hecho cambiar mas de lo que podía imagina, era magnifico verla tan feliz.

Me extraño verla llegar con Lucas ya que el no le tenia mucho afecto, pero supongo que también noto que ha cambiado. Como el, últimamente lo he ido a visitar a su oficina y como dijo Jeremías esta yendo a un psicólogo, para encontrar un poco e ayuda, parece estar funcionando; ya que esta un poco mas relajado, mas sonriente y mas amable con el mundo. Tengo la esperanza de que siga así.


~*~

La navidad ha pasado, pero no el frió que el invierno trae. Ahora mismo nos encontramos en un pequeño parque que esta a unas cuadras de donde vivimos, Ian corretea a Dallan por todo el lugar y ambos tienen grandes sonrisas en sus rostro.

En nuestras vidas todo es calma, así tratamos de llevarlas. Por supuesto que tenemos una que otra discusión, porque, ¿Quién no discute? ¿Qué pareja no lo hace? Pero todo se arregla al instante. Como en toda familia hemos castigado a Dallan por alguna que otra cosa que ha hecho mal.

No les diré que somos la familia perfecta porque les estaría mintiendo. Nada es perfecto, nadie. Pero sabemos llevarlo, mi relación con Ian es tan estable que cuando discutimos por cualquier tontería lo hacemos como personas civilizadas, sin gritos, sin agresiones y por supuesto sin faltarnos el respeto.

Hemos sabido sacar tiempo para el trabajo, para la casa, para Dallan y para nosotros. Hemos sabido llevar la vida como padres, como empresarios, sin dejar que la rutina y el trabajo nos sobrepasen. Y se trata de eso, creo que las relaciones se terminan por eso, porque se dejan tragar por la rutina.

Siempre sacamos tiempo para cenar en un bonito restaurante, para viajar. Ian siempre me sorprende con algún obsequio o simplemente un ramo de flores, cualquier día, en cualquier momento y sin celebrar alguna ocasión.

—Solo lo hago porque te amo y quiero agradecerte que también me ames a mí. —Dice.

Dice cosas que me hacen enamorarme cada día más de el, de su forma de ser, de tratarme... de amarme.

Esto es todo lo que soñé y creí que nunca tendría, yo no pedía nada más que una familia feliz, un chico que me amara y varios hijos maravillosos, aunque lo de los hijos aun seguimos trabajando en ello.

Lo veo caminar hacia mi y levanta mi barbilla para darme un beso, Dallan se ha quedado jugando con otros niños mientras lo observamos desde la banca donde estamos:

— ¿En que piensas? —Pregunta.

—En ti... en todo. —Digo, fijando mi vista en el. Sonríe y vuelve a besarme.

—Eres mi hogar, amor. El hogar que siempre quise tener y luchare por mantener.

no pude evitar embozar una sonrisa por sus hermosas palabras, lo tome por su abrigo y plante un beso en suaves labios. 

Fin.

...

Gracias por leerme.

—Essa Garcia. <3

Destino 《EDITANDO》Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt