El discurso de Stiles se vio interrumpido cuando sintió un pinchazo en el trasero.

Miró por encima de su hombro justo a tiempo de ver la mano de Derek, y que hasta ahora había permanecido quieta e inocente, apartarse del trasero que acababa de pellizcar. Incrédulo, devolvió la atención al Beta que ahora le estaba sonriendo.

- Antes de que empezaras a pensar que esto era un sueño.

Stiles abrió la boca de par en par, presto a mostrar la mueca de desagrado más escandalosa de su repertorio. Pero al final no pudo hacerlo, porque no tenía ni un solo motivo para sentirse ofendido... Todo lo contrario.

Por ello cerró la boca y sus labios dibujaron una tímida sonrisa, antes de apoyar la frente en el pecho desnudo de Derek. La mano del Beta, que no se había apartado de su mejilla, avanzó entonces hasta su cuello y comenzó a juguetear con su pelo. Y aunque estaba más pringoso de lo que le gustaría por culpa de ese gel que le habían obligado a ponerse, seguía siendo el pelo de su chico, así que todo estaba bien.

Stiles se dejó llevar por el tacto de los dedos de Derek en su pelo y en su espalda, donde había ido a parar la otra mano, y por unos segundos dejó que eso fuera lo único importante del mundo.

Hasta que se recordó que aún no había dicho lo más importante

Lentamente se apartó del pecho de Derek, y respondió con timidez a la sonrisa que él le estaba ofreciendo. Una muy sutil, apenas visible, pero que sabía que estaba ahí. Sólo para él.

- Lo que quiero decir es que te quiero – dijo Stiles sin dudar, y sintió un calor en el pecho cuando los ojos de Derek se abrieron más, todavía sorprendido por aquellas palabras – Y que mientras que estés a mi lado, da igual lo que hagamos... O lo que no hagamos. Porque no hay nada más importante que eso.

- Stiles...

- Porque yo no soy como ellas – añadió con la voz rota por la emoción. Y aunque parte de él sabía que tocar ese tema era peligroso, necesitaba estar seguro. Necesitaba que Derek estuviera seguro de las diferencias – Yo no busco sólo follar con el tío sexy del pueblo, o con el hombre lobo sexy del pueblo - trató de sonreír para aligerar la tensión del momento, aunque no lo consiguió del todo - Eso me da igual.

- Lo sé – respondió Derek en seguida, su voz más grave incluso que antes, y acarició de nuevo la mejilla para limpiar la lágrima que se había escapado – Nunca he pensado lo contrario.

Stiles asintió, de pronto sobrecogido por el momento. Por lo que había dicho y por el millón de cosas que había implícitas en aquellas palabras. Y pese a que jamás habían hablado de ello, saber que Derek le entendía tan bien era perfecto.

- Bien... - tuvo que decir al final, pues sabía que Derek no diría nada más.

O eso es lo que pensó.

Derek se acercó lentamente al chico y le besó con una ternura infinita. Sin apenas apretar los labios, y sin siquiera cerrar los ojos.

- Yo también te quiero – susurró en cuanto rompió el beso, sólo para darle luego otro más, esta vez más profundo y más largo.

El temblor de Stiles hizo que tuviera que agarrarse con ambos brazos al cuerpo de Derek para no acabar cayendo, y eso que aún estaba de rodillas. Pasó los brazos por su cuello, y se pegó todo lo que pudo al cálido pecho del hombre lobo, sin romper un segundo el beso que le llenó de pies a cabeza.

Era la primera vez que Derek le decía esas palabras.

Por su parte Derek intuyó, y muy bien intuido, que no debía esperar a que Stiles dijera algo, pues las palabras ya habían pasado a segundo término... Y porque poco más se podía decir.

Dream a Little DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora