El metro, un lugar mágico

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-¿Cómo está el simio ebrio? - Yara. "Realmente da gusto escucharla al despertar" pensé sínicamente.

-Aún sigue inconsciente- Alain respondió tranquilamente. También se escuchaba cerca. Probablemente a lado de Laila. Edwin y Yara iban al frente.

-No va a despertar al menos en 24 hrs, si va bien- Laila

-La verdad si fue un poco sorprendente que soportara la extracción, y más aun sin que se desmayase.- Un escalofrió recorrió mi cuerpo, estaba empezando a recordar todo. El callejón, la fiesta, la chica, la mordida...

-No fue poco veneno lo que tenía en su cuerpo, además la herida ya le había hecho perder mucha sangre. Que siguiera vivo, no es poca cosa-. Comento Yara, un poco admirada a su pesar.

-Que los lobos pensaran que querían convertirlo, no me extraña- Alain

En la parte delantera, Edwin soltó un gruñido.

Recordé que fue lo mismo que cuando vi a los lobos, antes de desmayarme, que Edwin parecía molesto por algo, más que eso, parecía furios..."LOS LOBOS" me había olvidado de ellos, "Que paso con los lobos, todos están bien"

Alain contesto mi pregunta.

-Tenemos suerte que se marcharan sin pelear-

-No gracias a ti, IDIOTA- se escuchó un golpe, posiblemente Yara le había soltado un puñetazo a alguien

-Auch... ey-.... corrijo, sonó como si Yara le hubiera soltado un puñetazo a Edwin.

-Bueno, que quería que hiciera, querían comerse al idiota de atrás, y no podíamos permitir que se tragaran al señor simpatías-

-Tienes razón. No podiamos permitirlo.- Laila, "aww que dulce, se preocupa..."

-Posiblemente se habrían envenenado con el- término. "Olvídenlo".

-¿Por qué tenemos que llevarlo a la sede?- "¿La sede?"

-Gracias a este cerebro de mosquito- Otra vez Yara. Y obvio, otro golpe.

-Basta- rezongo Edwin.-Al menos sigue vivo, ¿no? además, si de alguien fue la culpa, es de Alain.

-Gracias a él sigues vivo-siseo Yara

-Lo lamento- replico Alain (evidentemente no lo sentía)- pero después de que tú y ellos intentaran arrancarse la cabeza, fue lo primero que se me ocurrió-

-Me atacaron a mí, tenía que defenderme- se defendió Edwin.

-No hubiera sido necesario si no los provocaras-. Dijo Laila

-Hubieras sido igual de compresiva si te lo piden los vampiros-

Un silencio incomodo cayo en el auto

"¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Que tenía que ver Laila con los vampiros?"

Después de algunos minutos, Edwin hablo de nuevo, avergonzado.

-Lo lamento. No quería...-

-Olvídalo.-Dijo Laila. Su voz sonaba triste

Otro periodo de silencio. En este punto no creía poder volver a dormir. Aunque estaba cansado tenía muchas preguntas en mente. Pero también estaba seguro que dejarían de hablar en el momento en que descubrieran que estaba despierto, así que mantuve los ojos cerrados.

Todavía paso un buen rato antes de que alguien más hablara. Al fin Edwin rompió el silencio.

-Aún sigo creyendo que es mala idea llevarlo al consejo.-

GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora