Prologo

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Todos los días son una aventura, lo que creías inimaginable era posible. La mujer no tiene libertad alguna, son controladas por sus maridos, por sus padres o por sus hermanos. Si tenía el deseo de viajar y ver mundo todo eso se quedaba a parte, pero en mi caso no. Mi padre llegó a un punto en el cual nosotros aprendemos de nuestros errores, si nos enamorábamos no ponía traba alguna, si la persona nos hacía daño él nos consolaba pero aprendíamos la lección para la próxima vez. Nunca le gustó obligar a uno de sus hijos a casarse por la fuerza y con una persona que no ama, eso no es amor.

Padre me había hablado de mandarme a una de las colonias que pertenecían a nuestro país, una vez allí descubriría una nueva cultura, gente nueva,... Estaba tan emocionada por esa noticia, yo no iba como Adele o Victoria que iban a ser mandadas para buscar un marido, principalmente Adele que se había comprometido con el hijo del Gobernador al cual no conocía; en cambio Victoria no tenía pretendiente alguno en aquella tierra lejana sino que ella se iba a preocupar en buscarse uno. Las tres nos quedaríamos viviendo en la gran casa del Gobernador, una plantación con tierras de grandes dimensiones. Aquel día estaba tan emocionada que ni me acordaba de la visita de la familia Abbadie a nuestra casa.

-¡Genevieve! Mon dieu. Todavía seguís aquí - dice mi madre entrando a través de la gran puerta doble, con ese tono y acento británico que tiene -. Los Abbadie ya han llegado, tu padre está hablando con el padre de Adele.

-¿Adele ha venido? - le pregunto feliz a través del espejo, preguntando por mi mejor amiga de la infancia.

-¿Qué crees?

-Termino de peinarme y bajo enseguida.

Mi madre se retiró de mi habitación. Cuando terminé de peinarme hice lo que le había dicho a mi madre. En el salón estaba mi padre junto con mi madre, Adele cuando me vio corrió a abrazarme, donde estaba ella se encontraba su madre Marie Angelique y su padre Claude sentados hablando con los míos.

-Está todo preparado para que salgamos en una semana - me dice llena de emoción como si estuviera a punto de reventar. Es una persona que se suele entusiasmar.

-¡No puedo esperar! - le digo igual, llena de emoción. Si en aquel momento hubiera sabido lo que me deparaba, hubiera rechazado aquel viaje.

-Genevieve, cariño ven aquí - me llama mi padre.

-¿Qué ocurre padre?

-Le estaba diciendo a Claude que por ahora tú irás a Nueva Orleans y que más tarde tu hermano Etienne se reunirá contigo.

-¿Él también bien? - le pregunté perpleja.

-Ya sabes como es tu hermano, irá a donde vayas pero lo hará después de resolver unos asuntos - dice mi madre.

-Solo faltaría que Gérard viniera también - dice Adele sentándose con su madre.

Después de la charla con los Abbadie fui a ver a Victoria a casa de sus padres, los duques. Nos sentamos en la terraza hablando mientras nos traían té. Me contó sobre unas leyendas, especialmente sobre seres que se alimentan de sangre, vampiros. Ella parecía creérselo pero yo me reía de aquella historia, por alguna razón lo llamaban leyendas.

-Oh, niña tonta, debe de ser una nueva historia basada en la leyenda de Drácula, no sabía que eras ingenua.

-Si no quieres creértelo no me importa, pero fue Philippe quien me ha contado - Victoria agarra elegantemente su taza y se la acerca a los labios, yo en aquel momento me reía.

-Philippe debe de haber perdido la cabeza, es algo normal entre los marineros.

-Di lo que quieras pero mantendré mi opinión.

The Casquette Girl | The Originals #1Where stories live. Discover now