"Leí en internet que son 10 horas de vuelo Harry."

"En realidad son 11." Confesó con una mueca. Louis suspiró y miró hacia la ventana. "Lamento no ser millonario y no tener un jet privado." Louis rodó los ojos ante las palabras dichas.

"Si muero prométeme que te asegurarás de que en verdad esté muerto." Harry reprimió una gran carcajada ante la patética broma de su novio.

"Eres un estúpido." Louis sonrió. Rió de todo lo que había pasado, porque eso era lo único que quedaba.

Unos minutos después en el auto llegaron al aeropuerto, su vuelo salía a las 8:15 am. Un largo y agotador viaje los esperaba. Después de pasar por seguridad y que sus boletos fueran checados los cuatro individuos subieron al avión. Mía ya tenía que pagar boleto, era demasiado grande para viajar con el cinturón de bebé sobre las piernas de Harry, al menos no durante el despegue y el aterrizaje. Filas de tres asientos; Louis, Mía y Beth en una hilera y Harry en la hilera de adelante. Después de unos momentos una azafata se acercó a su fila.

"Buenos días señor, por favor apague su móvil" Harry la miró con el ceño fruncido.

"Pero si todavía no cierran las puertas." Argumentó y ella le sonrió amablemente.

"Estamos repostando combustible, por favor apáguelo." Harry pudo haber entendido esto, pero no lo hizo.

"Pero en los aviones siempre dicen 'Los dispositivos móviles pueden estar encendidos hasta el cierre de puertas' y las puertas aún están abiertas." Siguió discutiendo y a la empleada se le notaba en la cara que tenía ganas de golpearlo.

"Sí señor, pero los móviles no deben estar encendidos mientras repostamos." Harry seguía discutiendo con la azafata y a Louis lo estaba sacando de sus casillas

"Pero lo que yo..." Explotó.

"¡Apaga el maldito móvil Harry!" Gritó Louis desde la parte de atrás sorprendiéndolo y le brindó una pequeña risa de vergüenza a la azafata. Quien se retiró de un lado del castaño en cuanto este le mostró su celular apagado.

"Gracias." Susurró la chica en cuanto pasó por un lado de él.

Unos momentos después las puertas se cerraron y una voz volvió a resonar. "Buenos días pasajeros, pedimos amablemente que abrochen sus cinturones y apaguen sus dispositivos móviles. Despegaremos en 120 segundos." Louis comenzó a abrochar los cinturones de las dos pequeñas.

"¿Cuánto es 120 segundos papi?" Preguntó Mía mientras Louis terminaba de abrochar su arnés.

"Dos minutos cielo." Harry asomó su cabeza por el respaldo de los asientos.

"Hey Mía, ¿En un rato me cambias el asiento?" Preguntó y la niña negó con un enfatizado 'No' "Pues te voy a quitar a la fuerza entonces." Enseñó su lengua en dirección a la pequeña.

"Deja de estar peleando con tu hija de 5 años Harry y abrocha tu cinturón." Bufó y sacó tiras de goma de mascar para los tres pasajeros de atrás.

"Es para que no se les taponeen los oídos al subir." Louis asintió y dio los dulces a Mía y Beth. Ellas comenzaron a mascar al mismo tiempo que los padres. Pasado el tiempo exacto el avión comenzó a andar y despegó en un santiamén. Unos minutos después la curiosa voz se volvió a hacer presente.

"Tenemos un buen clima y ninguna turbulencia, pueden desabrochar sus cinturones. De parte de la aerolínea les deseamos un excelente viaje." En ese momento Harry se levantó de su asiento y quitó a Mía de su lugar para sentarla en sus piernas.

"Pareces un pequeño bebé Harry, son 11 horas de vuelo. Trata de dormir."

~*~

"Queridos pasajeros abrochen sus cinturones que estamos a punto de aterrizar, de parte de la aerolínea les agradecemos su preferencia" El rizado se levantó del lugar poniendo a Mía ahí, abrochó su cinturón y luego el de Beth. Regresó a su asiento e hizo lo mismo. Louis llegó en unos momentos, estaba en el baño. Tomó asiento y aseguró su arnés, en unos momentos sintieron el avión caer. Seguía bajar de él y buscar sus maletas, habían dormido pero en realidad estaban cansados. San Francisco, California.

Teacher Lou ☆LS⭐Where stories live. Discover now