Capítulo 1

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Corrió.

Corrió todo lo que le podían permitir las piernas, pasaba zigzagueando a la gente, no corría sin ninguna razón, para todo había una razón ¿Diversión? Podría verse de aquella forma. Para ella la diversión en su mayoría de las veces incluía algún funcionario del NIU, y últimamente el Imperio no la dejaba ni respirar, era cuestión de torcer una esquina en la calle y encontrar soldados imperiales esperándola.

Volteó unos segundos, distinguió a los soldados por sus uniformes blancos y las boinas azules, sus de estaban en alto, esperando a que dejara de moverse y disparar, durante unos segundos se paró y ellos prepararon las armas, ella sonrió y les sacó la lengua, para después seguir a la carrera. Escuchó los disparos contra el suelo.

Parecía que las concurridas calles de Zidac estaban de su parte. En una ocasión, ese lugar, ese fresco y soleado lo llegó a llamar hogar, una ciudad pequeña, una ciudad portuaria y comercial en la que se conocían todos los vecinos y tenderos; una prospera comunidad, hasta que sufrieron un gran incendio nueve años atrás, dejando a la ciudad en un gran proceso de reconstrucción; Scarlet se crió allí hasta los cinco años de edad, después de aquel incendio se marchó para no volver al igual que muchos habitantes, aquel incendio marcó la vida de muchos, incluida ella, todavía guardaba grandes y oscuras secuelas en su interior; ella ya no era la misma, muchos sucesos habían ocurrido desde su infancia, era una persona totalmente distinta.

Una chica que había madurado y endurecido demasiado rápido.

A pesar de lo joven que había sido, ella recordaba el incendio, tal fue su magnitud que salió en las noticias a nivel internacional. Recordaba el olor a humo y carne quemada, los gritos que surcaban las calles como ríos y el cielo teñido de rojo. Hoy en día seguía en boca de todos, si había sido un pirómano o un mejorado, un Psycho, en los últimos años habían estado aumentando como plagas, personas que desarrollaban una habilidad latente, hasta la fecha con la información obtenida se habían dividido en tres categorías: los Elementales, como su nombre indicaba simpatizantes de los elementos naturales, capaces de controlarlos como una extensión de su cuerpo, y raros casos de invocación elemental; los Cambiantes, aquellos que podían transformar su forma humana en otra forma de vida, normalmente limitada a una forma animal; y por último, los Inmateriales, su poder era el más vinculado a nivel de la psi, capaces de influir más de cerca a un adversario, podrían ser lectores de mentes o incluso la capacidad de curar heridas, estos últimos habían sido reclutados en las filas Imperiales de soldados.

El termino Psycho lo crearon científicos que investigaban a los seres mejorados, y tras su investigación vieron que dichas personas mejoradas a nivel cerebral tenían un psi más desarrollado que un humano común.

Y con el aumento de los Psycho, el Imperio decidió crear una unidad militar especial, para mantenerlos bajo mirada intensiva, las tropas FEP, Fuerzas Especiales contra Psychos.

Scarlet también era una Psycho y ahora mismo era perseguida por lo mismo.

Ella rompió a reír al recordar el inicio de la persecución en la mañana, era ya un hecho que donde fuera la reconociesen, su cara estaba empapelada por todas las calles y comisarias, y transmitida en las grandes pantallas digitales que podrían encontrarse por la ciudad. En cada entrada y salida de las ciudades había soldados, por mayor seguridad; y ella había decidido entrar por la principal, un error que no volvería a cometer, uno de los soldados la dejó pasar sin mirar, en cambio el otro la siguió con la mirada, tardó más de lo que pensó en reaccionar. El soldado al mirarla a los ojos, se había quedado en el sitio, los rumores habían sido ciertos, su mirada resultaba intimidatoria, y así, se lió a correr.

De nuevo, Scarlet lanzo una rápida mirada hacia atrás y sonrió.

Le hubiera gustado ver un poco más de la ciudad, ver que había sido reconstruido y que era nueva construcción, pero ahora debía correr; resultaba placentero sentir la brisa en su cara; aunque no fuese el mejor momento para sentirse alegre.

Crónicas Elementales 1: Fuego Escarlata © [ACTUALMENTE REEDITANDO]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon