Estructura Ausente Eco

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II. El estructuralismo ontológico y su ideología 349

5. Los métodos de la semiótica 357

I. La ficción operativa 357

II. Estructura y proceso 358

III. Los universales del lenguaje 360

IV. La comprobación psicolingüística 362

V. La arbitrariedad de los códigos y la provisionalidad del modelo estructural 364

VI. La génesis epistemológica de la estructura 365

VII. Lógica estructural y lógica dialéctica 368

CONCLUSIÓN 375

INTRODUCCIÓN

1. El campo semiótico

I. Al iniciar una investigación sobre el alcance de las leyes de la semiótica ante todo es necesario establecer si a) con el nombre de «semiótica» distinguimos una disciplina específica con un método unificado y un objeto concreto; o bien si b) consideramos la semiótica como un simple campo de investigaciones, un simple repertorio de temas no unificados aún del todo. Si la semiótica es un «campo», las distintas investigaciones semióticas se justifican por el mero hecho de existir y la definición de «semiótica» se ha de inducir por la extrapolación de una serie de tendencias constantes en el campo de investigaciones, y por ellas, de un modelo unificado. En cambio, si la semiótica es una «disciplina», el investigador ha de proponer por deducción un modelo semiótico que sirva de parámetro para incluir o excluir del campo semiótico las distintas investigaciones.

En este libro vamos a seguir un método dialéctico. Creemos que no se puede llevar adelante una investigación teórica sin proponer una teoría, es decir, un modelo elemental que sirva de guía para el razonamiento que se ha de desarrollar; pero también creemos que toda investigación debe estar dispuesta a individualizar las propias contradicciones, y debe provocarlas cuando no aparecen.

Por ello, ante todo hemos de tomar en consideración el campo semiótico tal como se presenta actualmente, en toda su variedad y desorden. A continuación hemos de proponer un modelo de investigación en apariencia simplificados Y, por último, hemos de contradecir continuamente este modelo, individualizando en el campo semiótico todos los fenómenos y los métodos que no se adecuan al mismo y que nos obligan a reestructurarlo, ampliarlo, corregirlo. De esta manera quizás conseguiremos perfilar (aunque sea provisionalmente) el ámbito de la investigación semiótica en el futuro y sugerir un método unificado para hacer frente a fenómenos en apariencia muy distintos y hasta ahora irreductibles. Si la operación tiene éxito, nuestro modelo semiótico habrá conseguido mantener la complejidad del campo confiriéndole una estructura, y por lo tanto, transformando el campo en sistema. Como es obvio, si los elementos del campo tenían una existencia «objetiva» (en el sentido de que existen como aspectos de la cultura), la estructura del campo como sistema se ha de considerar como la hipótesis operativa, la red metodológica que hemos echado sobre la multiplicidad de fenómenos para hablar de ellos.

Esta estructura se aplica por deducción, sin pretender que sea la "estructura real del campo". Por ello, considerarla como estructura objetiva del campo es un error con el que el razonamiento, en lugar de abrirse, se presenta ya terminado. Esto justifica el título de la sección D de este libro y del conjunto del mismo: "La estructura ausente". Una investigación semiótica solamente tiene sentido si la estructura del campo semiótico es asumida como una entidad imprecisa que el método se propone aclarar (provocando continuamente sus contradicciones). No tiene sentido si la estructura, establecida por deducción, se considera "verdadera", "objetiva" y "definitiva". En tal caso la semiótica como investigación, como método, como disciplina, adquiere tres caracteres negativos: a) está terminada en el mismo momento en que nace; b) es un razonamiento que excluye todos los razonamientos sucesivos y pretende ser absoluto; c) no es ni un método de aproximación continuo de un campo disciplinario ni una disciplina científica, sino una filosofía, en el sentido más denigrante del término. Como veremos en la sección D, una semiótica que tenga estos caracteres ni siquiera es una filosofía (en el sentido que daban a este término los filósofos griegos): es una ideología, en el sentido que le da la tradición marxista (y que nosotros explicamos en términos semióticos en A.4.).

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⏰ Last updated: Oct 07, 2009 ⏰

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