―No me gusta cómo me estás viendo. ―Niego, echando instintivamente hacia tras.

―Tranquila. Solo tienes que ser el anzuelo.

―Eso suena a un peor. ―Sonríe de modo perverso y se inclina un poco sobre la mesa.

―Solo tienes que ir y habla con él. Yo aprovechare para entrar en el archivo.

―Pero...

―Ese lugar tiene cámaras y él las revisa desde su oficina. Claro, cuando no hay alguien presente. Pero si tú vas, estará distraído y yo lograre entrar.

―Te verán al revisar las cintas. ―Sacude la cabeza.

―Tengo algunos trucos y el tipo de seguridad es mi amigo. Basta con que le diga que cometí un error y él me ayudara.

―¿Y que hay en el archivo? ¿No se supone que toda su información la tenemos disponible?

―No toda ―asegura con un brillo extraño en la mirada―. Su historial completo, datos personajes, entre otras cosas están ahí dentro, bajo llave. ¿No tienes curiosidad? ―Desde luego. Sería mucho mejor que ir de nuevo a su habitación, sobre todo porque aseguré que no volvería a verlo y solo han pasado dos días.

―Está bien. Pero creo que esto es una locura. ―La advertencia de Suzy resuena en mi cabeza. No debería hacer esto. Si alguien la descubre, seguro me mencionaría y todo lo que he hecho para llegar hasta aquí se iría a la basura. ¿Por qué he dejado de actuar con rectitud? Todo es su culpa, ese chico me ha trastornado.

―Tranquila, Hannia ―dice tratando de darme seguridad―. Solo ve y habla, sobre los libros u otra cosa que se te ocurra. Después ve a tu habitación o actúa normal. No se te ocurra vagar por la clínica, seria sospechoso.

―¿Y tú que harás?

―No puedo sacarlo, porque alguien lo notaria, así que le tomare foto o lo copiare. Mañana te cuento ¿de acuerdo? ―Asiento. Es mejor evitar cualquier percance.

―Ten cuidado.

―Claro. No te preocupes. Muy buena. Ya verás.

Camino despacio, cruzando el marco de la oficina. El escritorio de su secretaria luce desierto, supongo que se ha marchado. Me detengo y reconsidero lo que estoy haciendo. Pero le he dado mi palabra a Giova y echarme atrás ahora sería una pésima idea.

Avanzo y llamo a la puerta.

―Pase ―responde con voz firme. Tomo la manija y haciéndola girar, empujo la puerta―. ¡Hannia! ―exclama al verme poniéndose de pie. Me siento mal e incómoda.

No puedo verlo del mismo modo, aunque su expresión es amable y parece sincera. Sin embargo, sé que oculta algo. No solo por lo que ha dicho Jae y Giova, sino porque yo misma escuche la otra noche. ¿Qué es lo que ocultas, Jack?

―Hola di... ―Chasquea la lengua y niega. Me aclaro la garganta y forzó una sonrisa―. Quiero decir, hola Jack. ―Asiente complacido y señala la silla frente a él.

―Eso está mucho mejor. ¿Cómo estás? ―Mantengo las palmas de las manos extendidos sobre mis rodilla, controlando mis nervios.

―Bien.

―¿Cómo lo llevas? ¿Comienzas a familiarizarte? ―Son preguntas que cualquier director haría y eso está bien. No porque de verdad crea que lo es, sino porque me da seguridad.

―Este lugar es interesante.

―Vi que conociste a nuestro paciente VIP. ¿Qué te pareció? ―¿Por qué preguntar sobre él?

Loco AmorWhere stories live. Discover now